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Documentos inéditos demuestran que Franco colaboró con Hitler en la deportación de muchos españoles que acabaron en los campos de concentración nazi y está probada su responsabilidad en la desaparicion de más de 50.000 judíos de origen sefardí
La alianza Hitler-Franco en la II guerra mundial parecía la contrapartida de la importante ayuda del primero durante la guerra civil-con la Legión Ciondor sobre todo- iba ser ahora, la tras la Victoria del Caudillo una alianza de ayuda fructifera para cumplire el sueño e Hitler de un poder mundial. La colaboración entre los dictadores ya existía y era intensa. Faltaba plasmarla en un pacto oficial. Franco estaba decidido, Falange tambien, los vencedores de la guerra civil en España constituian ahora el nuevo Orden-el estado totalitario- bajo el Generalísimo. Los rojos estaban en las cárceles, en el exilio o en campos de concentracion la península o de Africa y todo seguía como antes al precio de un millón de muertos. Se abría un nuevo capítulo. Hitler se había hecho con el poder en Checoslovaquia, Béliga, Polonia, Noruega.Tras la rendición de Francia ante el blitz Krieg alemán, Franco y Hitler iban a conversar en Hendaya la molidad de la entrada de Franco junto a las potencias del eje:Alemania, Italiay Japón, el pacto Tripartito tenía un nuevo socio.
Se concertó la entreista de Hendaya en que dos los grandes concertarían futuras reuniones y el futuro se presentaba promisor pero, lleno de escollos.Y el primeo fue la RENFE, que retrasó en horas la llegada del Caudillo a Hendaya, con un Fuhrer pateando los 130 metros del andén de Hendaia una y otra vez….
Del contenido exacto de la Conferencia de Hendaya sólo se dispone de las actas oficiales alemanas incompletas, y no se sabe exactamente lo qué ocurrió. La hipótesis más aproximada es que quizá Hitler desconfiaba de Franco y éste tras varias horas de discusión no e dejó vonvencer y no firmó
El esperado pacto que le hiciera beligerante de la II Guerr Mundal. Y no lo hizo porque planteó a Hitler exigencias territoriales y estratégicas inaceptables para Hitler.. Franco estaba deseando entrar en la contienda y así lo expresba na y otra vez, pero se pasó de ambicioso.El Caudillo exigía a costa de Francia un gan bocado de sus colonias en Africa incluido desde luego el protectorado completo de Marruecos francés, el Sahara y otras colonias de habla francesa.
El dictador se había reunido días antes del encuentro en Hendaya con seis de sus generales, que le plantearon la situación desastrosa del ejército español tras la Guerra Civil, especialmente en aviación y marina. España iba a depender para sobrevivir de la llegada de alimentos y combustible por vía marítima de sus nuevos socios y Hitler podía ayudar algo aunque no abundaba en nada. El intercambio germano-español había comenzadoya. Los cargueros alemanes regresaban de España cargados de aceite de oliva, naranjas y fruta en general, aunque no cereales.Se llevaban también cobre, mineral de hero, piritas, mercurio, wolfamio. Y dejaban armas cortas, emisores de onda corta y larga, repuestos, municiones. Algúncañón antiaéreo. Franco sabía que podía contar siempre con la Legión Condor alemana con el resultado gaerantizao de Gernika, Durango, Barcelona y otras ciudades conocían de la guerra civil.Hitler no ofrecíaejército de a pie.¿Cómo pagar todo eso?. La moneda extranjera escaseaba y en el banco "nacional" de Esaña no tenía oro, aunque parece que Juan March y otros millonarios, habían aportado al Movimiento Nacional una cantidad de libras al contado que pemitía a régimen salir adelante, a base del hambre del pueblo español..
Franco pedía más de todo para entrar en la guerra junto a Hitler: quería bases en Europa, aviones y barcos, submarinos, ropa, calzado y alimentos para sus tropas y hasta médicos. Y, por fin, como Hitler se cansó y terminó por no hacerle caso. De todas formas juntos planeron la “Operación Felix”, (la toma conjunta de Gibraltar).El primer escollo esratégico: Franco exigía el mando.¿Pero con qué ejército?. Hitler garantizaba infantería, ariillería, aviación.Los dos dictadores se enzarzaron en una discusión y se distanciaron pero se alejaron como buenos amigos. Franco no entraría en la guerra, será beligerante es decir siempre “amigo” y Hitler le ayudaría a cambio de manipular sus problemas en Africa y utilizaría las islas Canarias como un portaviones, y las calas de Fuerteventura y Gran Canaria serían útiles para vencer a la Royal Navy en el Atlántico y las islas eran excelentes como refugio para sus submarinos a los cuales surtía de combustible la Campsa y el descanso para sus tripulaciones estaba garantizado durante la Batalla del Atlántico
Pero hemos contado la falllida entrevista de Hendaya, pero no hemos dicho que Franco se constituyó en un factor activo en la deportación de más de miles de españoles y de otros países.
Los periodistas Carlos Hernández y Eduardo Martín Pozuelo han escrito sendos libros sobre el Holocausto que incluyen documentos inéditos que demuestran cómo. Ambos periodistas encontraron documentación más bien fuera de España que dentro. Los hechos demuestran que Franco colaboró con Hitler en la deportación de más de 9.328 españoles que acabaron en los campos de concentración nazi. Más de la mitad de ellos no salieron con vida. Las pruebas y los testimonios que lo prueban los han recopilado en sendos libros. Pero hay más. Telegramas nunca vistos apuntalan la responsabilidad de Franco en la desaparicion de más de 50.000 judíos de origen sefardí (descendientes de los judíos expulsados de España a finales de la Edad Media).
"Escribiendo me he dado cuenta de que nos han engañado. La educación maniquea que hemos recibido, ha intentado e intenta reescribir la historia", lamenta Hernández”. La idea de un libro surgió tratando de librarse del cargo de conciencia que sufrió al morir su tío Antonio, prisionero en Mauthausen." Tenía una espina clavada".
Se puso manos a la obra y empezó a bucear en archivos, bibliotecas y hemerotecas hasta gestar una obra de más de 500 páginas con la que poner punto final a esa tesis tan extendida de que la dictadura española fue neutral y no se inmiscuyó en nada en la II Guerra Mundial. Con tan vasto material desconocido hasta hoy, los periodistas consiguen llegar a una conclusión: Franco, desde España, y Hitler, desde Alemania, comulgaron con la idea de enviar a los campos de exterminio nazis a miles de ciudadanos indeseables.
Pero la cosas fueron aún peor, Franco se negó sistemáticamente a aceptar las reiteradas propuestas de las autoridades nazis para que los judíos españoles residentes en la Gran Alemania fueran deportados a España. Eso sí, la España franquista reclamó a la Alemania nacionalsocialista los bienes de estos judíos alegando su nacionalidad. Lo documenta la investigación de Pozuelo en su libro “Franco, cómplice del Holocausto”.
“La oferta de Hitler de enviar a España los judíos españoles que se encontraban en la gran Alemania del III Reich, y fueran entregados Franco para que Franco se encargarse de ellos, cayó en saco roto. La propuesta no fue casual sino reiterada y larga, duró año y medio, durante el periodo 1942-1943. Se mantuvo incluso tras la Conferencia de Wansee, en que los representantes civiles, policiales y militares del gobierno de la Alemania nazi bajo la presidencia de Heindrich Heynrich, se decidieron por la «Solución final para el problema judío» (Endlösung der Judenfrage) que llevaría al Holocausto, al exterminio de todos los judíos de Alemania y de todo lo que sería la gran Alemania Polonia, Prusia oriental…”
Heinrich dijo a Franco que “… no se trataba tampoco de determinar con precisión quienes de ellos eran sefardíes.. Es una proposición ilimitada, en que no se dan cifras. Franco tiene en su mano decidir quiénes son y cuales podrían venir.”
La respuesta reiterada de Gómez Jordana ministro de Asuntos Exteriores a esta oferta fue siempre “no”. El interlocutor general entre franquistas y nacionalsocialistas era José María Doussinague director general del Departamento Político del Ministerio de Asuntos Exteriores. “La negativa era tan continua que llegó un momento en que los nazis preguntaron “¿por qué no quieren Franco que Alemania deporte los judíos españoles a España?” Dousinague se reunió con el embajador alemán en Madrid y con un representante del Ministerio de Exteriores de Berlín, y les dijo: “ Si los judíos son enemigos de Alemania tambien lo son de España”. Les explicó que esos “judeo-bolcheviques” una vez asentados en España se activarían y se pondrían del lado de los aliados, de las democracias y por tanto en contra de nuestro régimen y del Generalísimo. Y eso crearía el peligro de otra guerra civil”.
El germen de toda esta historia de colaboración íntima nazi-franquista se remonta al 31 de julio de 1939, tras la victoria de Franco en la guerra civil y brotó con fuerza imparable. Ese día la policía franquista y la Gestapo –policía secreta nazi– firmaron un protocolo de actuación para agilizar los procesos de extradición de los refugiados españoles en Francia y el intercambio de información sobre sus enemigos comunes. A partir de ahí, la comunicación no se cortó, sino más bien, se intensificó. En una de las cartas, Madrid admite que se "desentiende" de la azarosa suerte que puedan correr los españoles que no han sido capturados todavía en la Francia ocupada y devueltos a España. Franco tenía un miedo y un odio cerval, incomprensible a los “rojos”, los “masones”, los “bolcheviques” tanto como Himmler a los judíos.
"Es ridículo pensar que todo esto responde a una casualidad", apuntan los documentos, nadie duda de que "Hitler y Vichy hicieron el trabajo más sucio con la colaboracion de Franco para que el dictador español pudiera librarse de los ciudadanos que consideraba peligrosos, libres, fuera de España y a Lluis Companys le siguieron o antecedieron en el paredón, otros muchos". En libros poco conocidos se leen párrafos que demuestran que Berlín informaba "puntualmente" de sus planes de deportar a tal o cual español "rojo" capturado en Francia, Bélgica u Holanda por la Gestapo o por los gendarmes de Vichy.Y ese fulano no escapaba nunca.
Antes de la entrevista de Hendaya y ante la posibilidad de que España entrara en guerra al lado de Alemania Serrano Suñer tuvo que atar muchos cabos sobre los judíos residentes en España. Y los más furibundos partidarios de la opción de entrar en la guerra eran los falangistas revolucionarios, los nacionalsindicalistas que admiraban a Hitler y aplaudían su política de liquidación de la raza maldita. El Archivo Judaico es una prueba de lo que los falangistas pretendían hacer e hicieron en parte con los judíos españoles, los masones y los bolcheviques. Una directriz oficial alertaba a quienes vigilaban a los sefarditas es que estos podían pasar desapercibidos por su "similitud" con el "temperamento" español y su parecido físico, psíquico o de carácter. Y sabían español. Los gobernadores civiles obedecian al pie de la letra todas las directrices de arriba.
Esos días el peligro o el destino de muchos españoles en Europa estaba en Madrid. Le bastaba a a Gestapo con localizarlos en cualquier rincón del continente y tenía medios. Es más, Franco salvó a unas cuantas personas que tenían influencias, eran muy ricos, o tenían algún vínculo con los franquistas o con la Iglesia. Lo de Pablo Picasso fue un milagro en parte personal y él tuvo además el valor de salvar su inmortal “Gernika”, gracias a su amistad con artistas o amigos anglo-nórdicos que por supuesto no estaban en el Archivo Judaico de Franco. A muchos otros refugiados con el tiempo se les intentó salvar de algún modo pero la respuesta que llegaba desde Alemania era siempre la misma: “ya es demasiado tarde. Estan muertos", explica el escritor. Sobre todo despues de Vansee.
Eduardo Martín de Pozuelo ha escrito tambien sobre este “retazo” tan oscuro y obsceno de esa España, tras la victoria de Franco.Y eso hay que contarlo porque la gente tiene derecho a saberlo". El "retazo" es el de la relación entre Franco y el exterminio nazi de los judíos y enemigos bolcheviques. Su libro El franquismo, cómplice del Holocausto es una patada a la cara del tópico que ha adornado mucho al régimen y lo ha convertido en una especie de ángel protector y como los medios callaron entonces, hay que contar. A pesar de la oferta que Hitler había hecho de deportar los a judíos españoles a España, como país amigo, Franco fue quien decidió su suerte y dejó que liquidaran a miles de sefardíes que pudieron haber salvado la vida.
Febrero 1943". Fue así como millares de judíos sefardíes se convirtieron en humo, asesinados en los campos. Y si hubo algunas decenas de sefardíes que consiguieron pasaporte español y se libraron de los campos de exterminio, no se lo deben a la generosidad del Caudillo, sino al trabajo excepcional de unos pocos diplomáticos españoles, como Ángel Sanz Briz en Budapest, o el cónsul de Salónica, Sebastián Romero Radigales, que hicieron esta labor a escondidas de las autoridades oficiales y de la Falange arriesgándolo todo. De hecho, Franco, indignado, los relevó de su cargo en cuanto supo sus actividades.
Según Eduardo Pozuelo, todo el cuerpo ideológico del franquismo, con la Falange a la cabeza, había asumido totalmente las tesis nazis sobre los judíos, incluida la Solucion Final. La propaganda posterior que el régimen fabricó “el contubernio judeo-masónico” uno de sus cantos de guerra predilectos a cuyo compás se persiguió a miles con causa. Además, la hemeroteca del libro de Pozuelo está llena de referencias a artículos franquistas del estilo "avalancha de hebreos, arpías, rojillos y engañados en la frontera de Gerona o de Hendaya, o el sainete conocido de "unidos judíos y separatistas". No hay que olvidar que en la retórica del régimen, catalanes, vascos y judíos iban muy a menudo de la mano´. Pero lo realmente importante, y que ambos libros desvelan de forma inapelable, es que Franco tuvo en sus manos la vida de miles de sefardíes, rojos, masones y uno tras otro, decidió o dejó que terminaran en los campos de exterminio. Y no sólo eso, sino que tuvo cuidado de que "los bienes de los judíos españoles dejados atrás (lease deportados) al dejar Francia, Bélgica y los Países Bajos fueron “administrados” por los cónsules españoles por ser bien nacional de España.
La recente visita de Estado del presidente de Israel y del de Palestina realizadas semanas pasadas, la primera en 25 años, culminó con cena de gala en el Palacio Real de Madrid presidida por los Reyes. El presidente Rivlin y su homólogo palestino no escatimaron menciones a España cuando afirmaron que “es una piedra angular” de su identidad, por lo que precisamente afirmó “por ello España no debe ser únicamente un pasado, una tradición y una nostalgia”, sino “una alianza de presente y futuro para Israel”. Naturalmente no se menciona el Holocausto ni cómo fue ese pasado, que no se puede ni debe olvidar.
El Edicto de Expulsión de los Judíos que los Reyes Católicos decretaron el 31 de marzo de 1492—fue el principio del Holocausto. El edicto ordenaba, como se sabe, la salida de España de todos aquellos judíos que no se convirtieran al catolicismo, para lo que otorgaba un plazo de cuatro meses, hasta el 31 de julio de ese año. La cuestión que se plantean hoy los historiadores es la siguiente: ¿cuántos de los judíos que vivían en España en 1492 optaron por la conversión y por la permanencia en España, y cuántos prefirieron la perseverancia en la fe y por tanto el exilio?.Quedaría una regunta necesaria:¿y la Santa Inquisición se quedó con los brazos cruzados? El respetado historiador norteamericano Henry Charles Lea (1825-1909), en su “History of the inquisition in Spain” opinaba ”En ausencia de estadísticas fiables, toda estimación sobre el número de víctimas de la Inquisición es cuestión de mitos y conjeturas y consecuentemente, varía con las impresiones o imaginación del analista o datos imposibles de publicar. Andrés Bernáldez, “el cura de los Palacios”, autor de la “Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel” informó de que el rabi Mair escribió a Abraham Senior que los soberanos habían perdido 35.000 vasallos, esto es, 35.000 hogares judíos” (pág. 142).¿Qué pasó con ellos?. Silencio. La estadística que se suele dar por buena es, (estamos hablando de la época es que fueron 140.000 los judíos expulsados), es decir-cuatro personas por hogar.Y es difícil pero al hacer oscilar el número de los que salieron de España “entre 50.000 y 150.000” se incluye un dato poco seguro, pues evidentemente no es lo mismo que “sólo” un 25% de los judíos españoles, es decir, uno de cada cuatro, tuvo que abandonar España, a decir que lo hizo un 75%, esto es, de cada cuatro tres.
La lista de Franco para el Holocausto
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La Batalla de Francia, iniciada el 10 de mayo de 1940, había mostrado la abrumadora superioridad bélica de la Wehrmacht alemana, ante la cual los ejércitos franceses y las tropas expedicionarias británicas, no habían podido oponer una resistencia eficaz. París fue tomada por los alemanes el 14 de junio, mientras el gobierno francés presidido por Paul Reynaud se establecía en Burdeos pero en seguida Francia pidió un armisticio.
Según el armisticio. Francia quedó dividida en en dos grandes zonas, la zona ocupada, bajo control alemán, y la llamada zona libre, bajo la autoridad teórica de la Francia de Vichy, la del mariscal Petain. Aunque de hecho la capital de Francia fue desde entonces Berlin.
Hitler prefería mil veces tratar con Petain que con Franco. Este quería un buen bocado de sus coonias, a costa del Mariscal. El Fuhrer le temía: al Caudillo comprendía sus deseos de otros teritorios de ultramar a costa de Francia… pero la cuerda política estaba muy tensa y si se rompiera, Petain terminaría por pedir ayuda incluso al general De Gaulle.Había ahora que ayudar algo a Petain..
Estados Unidos salvó a Franco de ser un cininal de guerra y olvidar su claboración con Hitler en el Holocausto
Henri Pétain permitió, el arresto de judíos y miembros de la resistencia francesa y española. Y de miles de “sospechosos”. El Marechal buscaba desesperadamente la protección de una Alemania fuerte para conservar el hexágono y las tierras de ultramar completas.
Desde los últimos días de 1939 Franco bombardeó al Quai d´Orsay con cartas de protesta sobre las actividades de los exiliados rojos en Francia.. En el año 39, fueron 59 notas de quejas, el Mariscal Petain, amigo personal del Caudillo, admirador y condiscípulo suyo se basó en todo caso en todo ese tema en el diputado de origen vasco Jean de Ybarnegaray, amigo del franquismo y la Falange, y lo que éste planteaba en la Asamblea. Este vasco traidor a los vascos, planteaba problemas artificiales que creaban mal ambiente a los refugiados y al Gobierno Vasco en el exilio y las cosas iban peor cada día. La propaganda de Goebbels los coreaba. El presidente del Consejo de ministros Jean Daladier se asustó y se creó en 1939 el primer centro especial de” “internamiento” alentado desde Berlin, que era un campo de concentración o aún peor y los de Barcares, Saint Cyprien, Arles-sur- Tech y Prats-de-Mollo, Gafsa, El Getrar, Ben-Saif, Setat(estos últimos en Africa). Luego vascose Internacioales fueron encerrados en Gurs.No había ni pan, ni agua potable, ni abrigo, ni retretes, ni casas. No había coberturas, y sí abundaba la gripe, la bronconeumonia, el tifus.. la muerte.¿Médicos?... ¿qué es eso?. El Socorro Rojo era un letrero de cartón, sin efectivos sin medios, solo heroismo. Muchos enfermeros estaban en cárceles de Vichy. A fines de agosto había unos 275.000 exiliados internos y seguían llegando por centenares españoles custodiados por gendarmes de uniforme y soldados senegaleses. Era solo un nuevo comienzo de calvario que anunciaba un apocalipsis. Franco insistía en zaherir y machacar a un ejército ya vencido en 1939 pero ahora quería demolerlo.La familia republicana se deshilacha.
El régimen franquista era amigo de Hitler y podía permitirse todo con el mariscal, Franco y Himmler
La primera visita de un líder nazi a España(Himmler, naturalmente) en octubre de 1940 tuvo un importante componente no solo propagandístico para el régimen franquista, en aquel momento inmerso en un difícil acercamiento diplomático y logístico a la Alemania nazi y con vistas a una dudosa entrada de España en la II Guera Mundial codo a codo con las potencias del Eje.La primera estancia de Himmler en España duró una semana, y fue uno de los pocos viajes que el líder nazi realizó a países neutrales.
Las medidas de precaucion que los gobernadores civiles tomaron excedían lo lógico, pero tendían a impresionar al visitante. Himmler entró en el país por el puesto fronterizo de Irún, donde fue recibido, entre otros, por el director general de Seguridad; el comandante de la Sexta Región Militar, el embajador alemán en España, Eberhard von Stohre; el jefe de la Gestapo en Madrid, Paul Winzer y el jefe del Partido Nazi en España, Hans Thomsen..
El principal objetivo de la visita de Himmler era inspeccionar todos los dispositivos de seguridad españoles, conversar sobre la cooperación policial hispano-alemana y sacarle partido a la entrevista entre Franco y el Fuhrer en Hendaya, aunque esto falló en parte. Y por supuesto quería examinar el problema judío-masónico y las medidas a tomar.
Por sugerencia de Himmler a los gobernadores civiles españoles les llegó una circular de la Dirección General de Seguridad por la les ordenaba que elaboraran una lista detallada de los judíos que viven en España porque la Gestapo sólo podía barajar el listado que hizo la Santa Inquisición hacía 400 años y las de algunos claustros de frailes, actualizadas. El censo en unos meses con gobernadores y Falange movilizados, logró incluir los nombres, datos laborales, ideológicos, personales, comerciales de más de 10.000 judíos, que con toda seguridad, fuero directamente a Himmler durante alguna de sus visitas a Madrid y conversaciones con Franco y banda o sus enlaces. Los nazis incluyeron en Vansee a España y Gran Bretaña en sus planes para la Solución Final, también incluyeron Bélgica.
Himmler había prestado grandes servicios a todos los gobernadores, en connivencia con el embajador Lequerica, ultimo alcalde que los vascos tuvieron que soportar, tan enemigo de los vascos como de los judíos, y de la Gestapo. Y el control de los hebreos y los nacionales fue fácil. Utilizaba la Falange Exterior y sus hombres de confianza tales como el siniestro policía de apellido Urraca, quien consiguió detener a Companys presidente de a Generalitat en Bretaña y Zugazagoitia y los llevó a España por Hendaia, donde tras hacerles sufrir torturas y cárcel, los fusiló tras un simulacro de juicio.
Gracias a Franco, la policía política alemana gozaba de un status privilegiado diplomático en España, y podía vigilar a sus anchas a los treinta mil alemanes que vivían en el país, revisar archivos y documentos y hasta ordenar detenciones. En sus largos encuentros de Serrano Suñer con Himmler se acordó que la Gestapo abriría una oficina en la embajada alemana de Madrid y el Sicherheitsdienst (SD) Y la instalación de la red fue fácil y establecía delegaciones en cada consulado germano en suelo español. A la vez que los agentes de las SS y la policía secreta española actuaban en el territorio alemán o español con absoluta inmunidad diplomática y podían detener a cualquiera(y en España había miles de alemanes fichados).Himmler visitó las “gloriosas” ruinas del Alcázar de Toledo con el general Moscardó como guía. Junto a ellos también estaba siempre Karl Wolff.
Al día siguiente Himmler. El arqueólogo español Julio Martínez Santa Olalla, un ardiente admirador de Himmler, fue asignado para acompañarle personalmente. Algunos autores relacionan esta visita con su búsqueda del Santo Grial al haber sido Toledo una importante sede templaria, alquimista y nigromante. Por la noche el jefe de las SS asistió a una cena en el madrileño Hotel Ritz que había organizado José Finat, y a la que concurrieron las principales jerarquías de Falange. Durante su alocución el jefe de las SS anunció que “todos los judíos del Gran Reich Alemán serían reasentados en un "ghetto cerrado" del Gobierno General”.
Nadie sabe exactamente lo qué quería decir, pero se refería a judíos españoles, probablemente a los sefardíes.
En su visita a Cataluña acompañado de toda la jarca de las autoridades militares y civiles del sistema, se interesó sobre todo en el monasterio de Montserrat, lugar que conectaba con la tradición del Santo Grial. De hecho, Himmler creía firmemente que Montserrat era en realidad el “Monsalvat” que aparece narrado en la ópera Parsifal de Richard Wagner. Himmler —en varias ocasiones habló a los monjes, del origen germánico y pagano de Montserrat— pidió revisar los archivos relacionados con el Santo Grial, pero los benedictinos le hicieron ver que allí no había apenas material y que no se podía ver. ¿Otro archivo?. ¡No¡¡. Himmler salió desencantado. Al día siguiente tomó un avión y volvió a Alemania.
Durante su gira por España Himmler también visitó algunas cárceles y campos de concentración franquistas como Miranda de Ebro. El líder nazi quedó sorprendido por la magnitud de la represión franquista. Quizás su reacción mueve a risa porque venía de la Meca del Exterminio y era su máximo exponente.
Hiimmler asistió posteriormente a una corrida de toros que se ofreció en su honor en la plaza de toros de Las Ventas organizada por José Finat; tal y como recogió el diario nazi Volkischer Beobachter. Al jefe de las SS le horrorizó lo que vio y posteriormente comentaría su desagrado con la corrida de Las Ventas, considerándola un espectáculo “cruel”.
El objetivo del Archivo Judaico no consistía sólo en defender al régimen de la posible acción subversiva que pudieran realizar algunos refugiados europeos que pasaban por España huyendo de la persecución nazi, que era labor de Gobernacion y de la Gestapo. Algunos-los adinerados- eran conducidos directamente a Portugal para que se marcharan a Estados Unidos, donando todas sus riquezas a Himmler y al Partido Nacionalsocialista, pero una mayoría, los más pobres, eran internados en el campo de concentración de Miranda de Ebro o en cualquier otro hasta que Franco o Himmler decidieran qué hacer con ellos. Pero se trataba, además de tener controlados de cerca a los judíos sefardíes:
Los nazis tuvieron cuidado especial con los sefardíes porque gracias a sus contactos con los maquisards vascos o franceses a través del Pirineo intentaban salvar a familias judías del Holocausto..Pero en lugares como Barcelona, Baleares y Marruecos, se dio el hecho de que antes antes de la guerra los sefardíes tuvieron sus "comunidades, sinagogas y colegios especiales", lo que permitió a la Gestapo gran facilidad de localización de sus miembros y jefes. Fueron muchos los deportados al campo francés de Drancy o directamente a Auschwitz.
Cuando pasó el tiempo, el retroceso de las tropas alemanas en el Frente Este se hizo irreversible, después de Stalingrado, el Archivo Judaico fue ocultado o sistemáticamente destruido, con toda la documentación comprometedora para el régimen franquista en relación con la persecución antisemita realizada en los años cuarenta y después. Cuando dejó de ser urgente tener al día listas completas de israelitas y hubo que deshacer la patraña de que el régimen surgido del 18 de julio había ayudado en todo lo posible para que se salvaran muchos judíos de la persecución nazi, incluidos y en especial los sefardies…desde su posición de neutralidad.
La Historia olvidada de los judíos de Salónica es importante y tambien Franco alardeó ante Europa y estados Unidos de haberles ayudado. Se trataba de la de la comunidad, principalmente sefardí que habitó la ciudad griega de Salonica también llamada Tesalónica, desde su llegada a la misma, a finales del sigo XV, hasta su aniquilación casi total durante la II Guerra Mundial. La comunidad judía fue durante varios siglos mayoritaria en la ciudad, de la Diáspora de este tamaño con predominio judío.
Los sefardíes llegaron a la ciudad, procedentes de España en 1492 por causa del decreto de expulsión de los judíos emanado de los Reyes Católicos, doña Isabel y don Fernando.. Durante el siglo XVI y bajo dominio otomano, la población judía de Salónica vivió una edad de oro, hasta mediados del XIX, época en la cual emprendió una importante modernización, tanto económica como cultural. La historia de los judíos de Salónica tomó un rumbo trágico en el siglo XX, tras la aplicación de la solución final que se tradujo en la eliminación física de la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad. Franco no movio un dedo para ayudarlos.
Desde 1943 las cosas cambiaron, tras el desembarco aliado en las costas de Africa.Ya no se trataba de que la represión llevara la marca de la Falange. Se trataba de que el Nuevo Estado asumía comportamientos que no pudieran identificarle con los del III Reich Aleman, pero sin prescindir de aspectos externos de instituciones tradicionales, "auxiliados por elementos de absoluta garantía".
Los elementos “idealistas” de los falangistas partidarios de la represión en cualquier tiempo anterior a la muerte de Franco, no estaban visibles. Aunque durante años y años continuaron en funcionamiento la Delegación Nacional de Información e Investigación, con sedes en capitales y municipios españoles. Los Servicios Secretos, con diferentes nombres fueron reforzados. Siguió habendo más de treinta mil agentes del gobierno repartidos por toda la geografía nacional, que elaboran sin descanso expedientes sobre sospechosos. Los miembros de las delegaciones hacían constantes informes sobre la situación política en cada lugar, s sótanos de los gobiernos civiles, las palizas que no dejaban huella y las callejeras que la dejaban(“para que se acuerde”) estaban a la orden del día. Todo eso hasta la llamada Transición.
Otra de las circunstancias llamativas de la circular a los gobernadores civiles es que rompía con el antijudaísmo clásico de la católica España. Para la Iglesia, y por tanto para el régimen nacional católico de Franco bendecido por los cardenales Pla i Deniel, Gomà, etc.. un judío dejaba de serlo si se convertía al catolicismo mediante el bautismo. Los nazis consideraban que se trata de una raza, y esa diferencia ahora estaba patente sobre todo en los medios.
A Finales de 1945, los archivos de los ministerios de Gobernación y de Asuntos Exteriores de España fueron destruidos o escondidos para que no quedara nada que demostrara que la maxima piedad de Franco hacia los judíos fue dejar pasar a algunos, o aprovecharon en ocasiones la acción individual de los pocos diplomáticos como el Dr Wallenberg, que se la jugaron por salvar vidas humanas.
Al final de la II Guerra Mundial, Franco se disfrazó de demócrata fuerte con relativo éxito para manipular a la opinión pública mundial contando la fábula inversa de que él había contribuido a la salvación de miles de judíos del exterminio nazi. No solo era falso lo que esa propaganda franquista intentaba demostrar de acción en pro de los judíos (sefardíes o askenazi) sino que sabía difícil negar sus promesas y las de Serrano Suñer a Himmler, Hitler y a Heidrich y empleó toda su astucia y una maquinaria descomunal para convencer. En esa España, todas sus organizaciones oficiales se unieron para decir que Franco había sido providecial el la labor humanitaria de salvar judíos del Holocausto en España y en Europa. Y el imbécil de Eisenhower con su visita a Madrid en los años 50 fue agua bendita. Las medidas contra Khrushev lo exigían..
El cinismo franquista llegó al extremo cuando tuvo que negociar con los aliados vencedores en la guerra la liquidación de las deudas con Alemania. La delegación española se atrevió, ante el escándalo de algunos representantes aliados, a pedir compensación por los daños patrimoniales causados por los nazis a los sefardíes de Tesalónica. El representante inglés McCombe tuvo el coraje de recordar en la reunión que España jamás había protestado por la persecución nazi contra los judíos. El verdadero culpable de la total desaparicion de los judíos de Salónica se llamaba Fracisco Franco
La historia de los judíos de Salónica es la de la comunidad judía, principalmente sefardí, que habitó la ciudad griega de Salónica, también llamada Tesalónica, desde su llegada a la misma, a finales del siglo XV.
Venían procedentes de España, en 1492, por causa del decreto de expulsion de los Reyes Católicos. Durante el siglo XVI y bajo dominio otomano, la población judía de Salónica vivió una edad de oro, seguida de un relativo declive hasta mediados del XX, época en la cual emprendió una importante modernización, tanto económica como cultural. La historia de los judíos de Salónica tomó un rumbo trágico en el siglo XX, tras la aplicación de la Solucion Final, que de acuerdo a Himmler y a Heydrich, se podía traducir en la eliminación física de la inmensa mayoría de los miembros de la comunidad...