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Entrevista publicada en (8300)
Alejandro López, la esperanza de una clase
"La lucha la daremos acá adentro, pero con la fortaleza ahí afuera", asegura el diputado que asumió la banca obrera el pasado 10 de diciembre. Por Soledad Arrieta
La legislatura está vacía; el eco de las vacaciones retumba entre los pasillos del opulento edificio, erguido por sobre la superficie de la ciudad demostrando una superioridad que impide cualquier sensación de pertenencia a la población. Alejandro López, sin embargo, está en su oficina trabajando porque no entiende el concepto de asumir y descansar; ya habrá tiempo para eso, o no, debido a que son demasiados los temas a tratar y hay prioridades que no pueden postergarse por el placer individual.
—¿Cómo es pasar de un ambiente tan cálido como la fábrica a una infraestructura lujosa donde la idiosincrasia es completamente opuesta a la que estabas acostumbrado? —Nosotros entendemos que cuidamos y representamos los intereses de la clase trabajadora, estamos acá justamente porque muchísimos compañeros y compañeras lo han hecho posible, porque se trabajó muy fuerte y muy duro en la campaña militante por parte de los partidos y agrupaciones que componen al Frente de Izquierda. Dimos un paso importante al pasar de la lucha sindical al terreno político; porque, si bien siempre hicimos política, por primera vez lo hacemos en el terreno electoral, lo que nos da mucha tranquilidad y mucha fortaleza. Tener una banca obrera y socialista que cuida los intereses de los trabajadores nos fortalece, porque no estamos solos. Podemos estar en cualquier lugar, por más hostil que sea, porque sabemos lo que estamos representando . Pero, por otro lado, uno no deja de sentirse incómodo en un lugar como este, porque es otro mundo, está lejos de la realidad que viven la clase trabajadora y el pueblo. Los diputados tienen una cantidad de beneficios que yo no voy a tener, por una elección propia y del Frente de Izquierda de los Trabajadores al cual represento; vamos a resignarlos porque hasta nos incomoda tenerlos. Lo que me pegó más duro es haber asumido el sábado y ya estar de vacaciones; no se cumplió una semana y ya estamos de vacaciones hasta el primero de marzo. Yo he trabajado en varios lugares, no solamente en Zanón; conozco a muchísimos trabajadores con los que me relaciono y no sé de ninguno que tenga tantos días de vacaciones, ¡y con una semana de trabajo! Eso sí incomoda. Pero el equilibrio, lo más fuerte, son las convicciones nuestras, nuestras ideas y el haber conquistado una banca. No es que vayamos a cambiar muchas cosas acá adentro; esto es un aparato enorme. Creemos que los cambios los podemos hacer afuera con el conjunto de nuestros compañeros. Si construimos una relación fuerte afuera, esta banca va a generar bastante repercusión, como en estas dos sesiones que ya tuvimos. No queremos diferenciarnos y ponernos como un ejemplo, queremos ir más allá. No puede ser que un diputado triplique o cuadriplique lo que gana un trabajador en cualquier otro lugar, sumado a un montón de beneficios que se conocen desde adentro; no solamente tienen el salario ($16.000.- / $17.000.-), sino también los gastos de representatividad ($7.000.-) combustibles pagos, pasajes en avión, los viáticos, asesores; son fueros que te ponen en otro lugar, que nos ponen incómodos. Por eso vamos a cobrar lo mismo que cobrábamos en la fábrica y el resto va a ser destinado a un fondo de huelga para ayudar a otros trabajadores a organizarse. Desde ya que esto no va a quedar acá, en cuanto se reinicien las sesiones vamos a presentar un proyecto para que los diputados y los asesores ganen lo que gana cualquier trabajador de la educación o de la salud, pero algo más acorde a lo que se representa. Sino, se transforma en una elite y después se atornillan al poder, no quieren bajarse nunca más de ese lugar. Nosotros, todo lo contrario, no sólo vamos a cobrar lo mismo, sino que vamos a rotar en el cargo. Yo estoy un año, después viene Raúl (Godoy), después Angélica (Lagunas) y después Gabriela (Suppicich). Las cuatro fuerzas vamos a estar representadas los cuatro años. A medida que vayamos terminando volveremos a la fábrica, y eso es sano, es una forma distinta de hacer política. Es una banca, es un hecho político, y uno se puede sentir incómodo, pero también hace sentir incómodo al resto cuando nos ven con la ropa de grafa, cuando nos ven con nuestros planteos ideológicos, con nuestra práctica y nuestro mecanismo: los que más incómodos se sienten son ellos, no nosotros .
—Recientemente se realizó un plenario abierto para definir los temas a trabajar desde la banca obrera, ¿durante los cuatro años se trabajará bajo esta modalidad? —Eso ha sido un tema que debatimos bastante. Nosotros sabemos que estamos en un ambiente hostil, que somos la minoría absoluta, pero también que somos la clara oposición. También nos hemos dado cuenta de que hay una convivencia entre el oficialismo y la llamada oposición, entre comillas, que desde afuera no se ve. Pero la verdadera oposición somos nosotros, no únicamente en el posicionamiento, sino desde muchísimos aspectos, entonces, por la responsabilidad que tiene la banca y lo que significa la construcción del FIT, es que queremos que se desarrolle en profundidad y, para eso, todo el trabajo que vamos a hacer acá tiene que tener sustento, una base firme en el funcionamiento. Todos los temas que vayamos a desarrollar acá tienen que tener su base en los plenarios de los trabajadores. Es un espacio para que los trabajadores no solamente cuenten sus problemas, sino para que podamos organizarnos. La fuerza que se genera nos permite desarrollar una fuerte corriente militante que de la pelea en el terreno sindical, pero también en la política, con una fuerte independencia de clases, y esto está dando sus pasos a nivel regional y nacional. Hasta ahora el balance es más que positivo.
—¿Cuál es la propuesta en torno al déficit habitacional? —A nosotros nos pega muchísimo este tema. En mi caso, alquilo, como muchísimos trabajadores y trabajadoras de la provincia. Hay más de setenta mil familias que no tienen vivienda . Cuando planteamos que se prorroguen las sesiones ordinarias en la legislatura para tratar, entre otros temas (salud, educación, falta de agua), el habitacional, nos pareció importante hacerlo en verano porque después, en invierno, vemos en las tapas de los diarios que se mueren personas porque no tienen donde vivir, porque viven en sus casillas precarias; y esto no todo el mundo lo conoce. Yo me tomaría la atribución de decir que no todos los diputados saben lo que es vivir en una toma, lo que es relacionarse con compañeros y compañeras que viven así, con todos los problemas que significa. Entonces, en el tema de la vivienda, nos parece que están dadas las condiciones para solucionarlo: tenemos una fábrica que genera pisos y revestimientos que hace diez años que está bajo control obrero a la cual se le puede comprar material; hay dos fábricas, Cerámica del Sur y Stefani, que fabrican ladrillos huecos; está la mano de obra, que son los compañeros de la UOCRA que permanentemente están pidiendo la reapertura de la obra pública; recursos hay . Sabemos que estamos en una de las provincias más ricas del país. El mismo presupuesto ha demostrado que hay millones y millones de pesos, entonces el recurso está. Necesidad hay. Lo único que falta es la decisión política. No nos parece que haya que esperar hasta marzo, así que esperemos que una vez que se reinicien las sesiones acá sea uno de los temas centrales; nosotros, al menos, lo vamos a seguir planteando, porque tiene que ver con las necesidades que tiene la gente, las necesidades que tenemos los trabajadores de tener una vivienda digna, con los controles obreros y las grandes fábricas que hay acá en Neuquén y con el trabajo genuino, por lo que se solucionarían un montón de problemas al mismo tiempo.
—Esta semana rechazaron el proyecto que presentó Beatriz Kreitman, ¿qué tienen pensado para las problemáticas de educación y salud? —Nosotros desde la banca nos pronunciamos en defensa de la educación pública y de que se solucione un problema tan complejo. En el proyecto que presentó el ARI, se planteaba que la educación y la salud son servicios esenciales y ahí ya tenemos una diferencia: para nosotros son derechos básicos, no servicios . Y en el articulado se posiciona a las y los trabajadores de la salud y la educación a la misma altura que el gobierno, que es el que tiene que dar respuestas. Por eso no acompañamos ese proyecto, fui el único diputado que votó en contra, sobre todo porque hay un planteo concreto en el articulado que atenta contra el derecho a huelga ; los trabajadores tenemos nuestro derecho a reclamar. Que hayamos votado en contra no significa que no estemos preocupados por la educación, sino que consideramos que hay que buscar una solución integral, que no pasa solamente porque se cumplan los días de clases, pasa porque los trabajadores tengan salarios dignos, porque las escuelas estén en condiciones y porque los padres que mandamos a los chicos a la escuela tengamos trabajo , porque sino puede estar la escuela, pueden estar los compañeros trabajadores de la educación con salarios dignos, pero si está vacía de estudiantes es otro problema. Entonces, para nosotros es una solución mucho más compleja y sobre ella vamos a trabajar. Para este período 2012, lo que se ve es un claro ataque a la educación, van a tratar de avanzar en la reforma educativa y, en función de eso, nosotros vamos a debatir bastante, vamos a proponer desde el bloque del FIT a las asambleas de los trabajadores de la educación que trabajemos en conjunto, que nos organicemos y enfrentemos esa reforma que para nosotros es precarizar mucho más la educación y privilegiar a los sectores privados.En cuanto al tema salud, es muy importante no solamente el posicionamiento en defensa del sistema público de salud, sino que hay que hacer un claro relevamiento de cómo se ha ido vaciando el sistema y cada vez el presupuesto es menor , a pesar de que acá dicen que es mayor: no pasa por la cantidad de plata; si uno la compara, pareciera que es mucha más, pero no se tiene en cuenta la inflación, entre otras cosas. Lo que se ha visto es que cada vez hay menos aportes para la salud y la educación y cada vez más para los sectores privados . Entonces, esto es medio parecido a la problemática de vivienda: los que usamos el hospital público sabemos de lo que estamos hablando. No es solamente buscarle una solución al salario digno de los trabajadores, y sobre todo al 60% de los que quedaron excluidos de la última remuneración que hubo para los trabajadores profesionales, sino a lo que tiene que ver con infraestructura y con equipamiento. Un caso bastante interesante de hace unos años: los vecinos de Nueva España, enfrente de Zanón, hacía veinte años que estaban reclamando un centro de salud. Y nosotros, como hemos hecho varias obras en solidaridad con la comunidad por todo el apoyo que hemos recibido a lo largo de todos estos años, decidimos en la asamblea de la fábrica hacer un centro de salud, y lo hicimos. Hasta el día de hoy no funciona. Y es un centro de salud, no es un hospital de alta complejidad, se ha trabado siempre por las cuestiones burocráticas que no han permitido que haya un médico y enfermeros las veinticuatro horas. Los vecinos tienen que seguir yendo a Centenario o a Neuquén con todo lo que eso significa, ahí son todos compañeros y compañeras que trabajan en las chacras. Para muestra basta un botón, y eso pasa en muchísimos lugares. Acá nomás, en el hospital, hay gente que tiene que esperar cinco o seis meses para operarse. Es una situación compleja y delicada y la vamos a afrontar con la responsabilidad que eso requiere haciendo nuestro aporte para solucionarlo. La falta de políticas repercute en la gente, en la clase trabajadora, es uno de los temas que vamos a abordar.
—¿Qué planean para dar respuesta a la precarización no sólo en el ámbito estatal, sino también en el privado? —Acá hay una comisión de trabajo de la cual formamos parte, porque al ser una banca unipersonal somos parte de todas las comisiones. Nosotros vamos a abordar el tema de la precarización también en los privados, porque conocemos que hay muchísima, sobre todo en las empresas que tienen que ver con los supermercados grandes. Desde la banca, nos planteamos también luchar contra la precarización laboral, contra el trabajo en negro, contra la recarga horaria; por eso también es muy importante lo de los plenarios de los trabajadores, ahí es donde muchos trabajadores y trabajadoras se entusiasman y ven un lugar desde donde dar la lucha y la pelea . No hacemos ninguna separación: la clase trabajadora es una sola , podés estar en una fábrica, ser un trabajador estatal o en una empresa privada; la banca tiene políticas para todos. La idea es, justamente, sumar a compañeros que se vean representados con las políticas que tiene el FIT, así que eso es muy importante.
—¿Cuál es la postura de la banca frente al tema petróleo? —Es EL tema. El otro día, el gobernador decía que hay que ajustar el cinturón, y siempre el ajuste pasa por la clase trabajadora. Nosotros vivimos en Neuquén, acá está el recurso, está el petróleo, está el gas, nos parece que si se modificara la política de los hidrocarburos y las petroleras no se llevaran más entre diez y doce millones de pesos por día de Neuquén, estaría la solución . Ahí está el mayor presupuesto para salud, educación, infraestructura, viviendas dignas, agua . También nos parece que habría un cambio importante que tiene que ver con los trabajadores petroleros, porque por más que ganen muchísima plata, hay que estar catorce, quince o veinte días en el campo, y eso tiene consecuencias muy graves; porque sí, tienen un salario digno, pero el compañero petrolero deja a su familia sola, no cría a sus hijos, y eso es una precarización laboral enorme. Nos parece que el reparto de las horas de trabajo permitiría dignificar el trabajo del compañero petrolero y abrir más fuentes de empleo; están dadas las condiciones, no pasaría absolutamente nada, salvo que las petroleras se llevarían menos plata. Entonces: se generarían mejores condiciones para el compañero petrolero, se crearían más fuentes de trabajo, se solucionaría el tema de la vivienda, de la educación, de la salud y muchísimas cuestiones más. Habría mejores condiciones para toda la clase trabajadora . Desde la banca nos vamos a posicionar de este otro lado y vamos a dar todos estos fundamentos. Acá hay diputados que son petroleros, así que lo vamos a debatir, porque nos parece que no es alocado nuestro planteo, es bien de fondo: que cambie la política de los recursos naturales, porque los recursos naturales son del pueblo y tienen que ir a parar al pueblo en vez de que se los lleven las grandes empresas petroleras.
Mate en mano durante toda la charla, con la primera persona del plural resonando constantemente como una fiel evidencia de distanciamiento de los egoísmos típicos del poder, López concluye: "vamos a hacer un trabajo interesante desde la banca obrera, vamos a ver cómo nos va, no vamos a desperdiciar nuestra gran responsabilidad, queremos desarrollar el FIT y, por sobre todas las cosas, no ser una banca testimonial . En las cuestiones que podamos aportar, vamos a construir. Es muy difícil hablar de consenso o paz social, como lo hizo el gobernador, cuando hay tantas necesidades. Hay un reacomodamiento político muy grande a nivel nacional. Hay una crisis importante a nivel internacional que se pretende que paguen los trabajadores. Hay un nuevo movimiento sindical de bases y, en función de eso, la banca puede tomar un potencial importante, así que la idea es estar atentos e irnos desarrollando, porque es muy importante que demos la lucha en el terreno sindical pero también en el político. La lucha la daremos acá adentro pero con la fortaleza ahí afuera. Creemos que si los trabajadores nos organizamos podemos cambiar el país y el mundo, así que hacemos un llamado a todos los compañeros y compañeras para que se sumen a este proyecto ".
Foto: Jorge Ariza