En plena era tecnológica, no debería resultar extraño que salieran al mercado nuevos productos o se lanzaran novedosos servicios en los que la tecnología tenga mucho que ver. De hecho, prácticamente a diario tenemos a nuestro alcance herramientas de ultísima generación que automáticamente se convierten en moda. Es lo que ocurre con esto de almacenar archivos en la nube, uno de los pasos más avanzados que ha dado la tecnología en lo que a almacenar datos se refiere.

En esta ocasión, se trata de un concepto recientemente introducido al mercado denominado cloud computing, y parece haber llegado a revolucionar tanto a los usuarios que ya son incontables las nubes de las que disponemos para guardar nuestros archivos. Para aquellos a los que les esté sonando a chino lo que estoy comentando, habré de explicarles que el cloud computing no es más que un término que hace referencia a la computación en la nube. La nube es un servicio en el que se puede almacenar cualquier tipo de archivo en el formato que sea: audio, vídeo, imagen, documentos de word, pdf, etc.

Por así decirlo, es algo parecido al escritorio de nuestro ordenador, pero imagina que en lugar de tenerlo en tu PC lo tienes subido a Internet, ya que las nubes funcionan solo con dispositivos que tengan acceso a Internet. Vamos, muchos lo definen como un escritorio virtual porque en efecto, eso parece. Así, el cloud computing podría decirse que sirve para guardar archivos en la nube y que esta es una útil forma si lo que se quiere es almacenarlos de forma permanente, rápida y sin complicaciones.

Las características de las nubes se definen según el tipo de nube de la que se trate, pues aunque todas siguen la misma línea y funcionan prácticamente de la misma forma, cada una luego tiene su propio sello de identidad.