Este año ha sido de las épocas más odiadas por todos, porque toda la situación que vivimos durante estos meses nos cambió los hábitos, formas de vivir y relacionarnos. Vale, a estas alturas ya eso lo tenemos más que claro. Este año que desde febrero nos deslumbró con su reluciente incomodidad que la demostró sin pena alguna desde el primer instante que pudimos entender todo lo que traería consigo.

Ya estando a unos pocos días de terminar este año, cosa que tal vez nos parecía imposible hace seis meses y mirando en retrospectiva, lo considero incómodo porque generó muchos cambios en mí, cambios a los que me estuve resistiendo y posponiendo por mucho tiempo. Fue incómodo porque me obligó a salir de mi zona de confort, fue incómodo porque este año creó la situación perfecta para poder por fin líbrame de ese empleo tóxico y asfixiante que me consumía y me hacía muy infeliz.

Este año me puso tan incómoda con la vida al punto que tuve que emprender de cero un nuevo proyecto para poder generar ingresos y poder sostener mis gatos. Este año fue el año donde tuve que pasar más tiempo conmigo misma y reconocerme de nuevo.

El 2020 fue ese año que me abrió los ojos y me hizo ser más responsable de mi misma como nunca antes en la vida. Fue ese año donde tuve que rescatarme a mi misma y entender que si no lo hacía yo, nadie más lo haría por mi.

Este año fue tan incómodo que me permitió demostrarme a mi misma de lo que soy capaz. Este año, ha sido el año que me puso tan incómoda que me llevó a reconectar con mi espiritualidad y a preocuparme más por mi ser interior.

Este año me puso tan incómoda con mi entorno y con lo "tradicionalmente aceptable" que por fin entendí que hay muchas formas de tener una buena vida y que pueden ir más allá de tener un trabajo formal y un sueldo básico.

El año 2020 ha sido tan incómodo que por primera vez entendí que siempre he tenido posibilidades, muchas posibilidades que estaban frente a mi y nunca las vi.

Y finalmente, este incómodo año 2020 ha sido ese año que me llevó a cambiar conscientemente mi manera de pensar, de ver la vida y mi entorno en general. Este ya casi finalizado 2020 puedo decir que fue el año que me llevó a buscar el camino de la superación personal y la verdadera abundancia. Esa abundancia que solo reside en tener presente que somos abundantes si siempre tenemos posibilidades.