Tiene 76 años y dicen que está enfermo. Él y su pareja son acusados de someter sexualmente a la hija de ésta, durante 9 años. Por Walter Vilca - Diario De Cuyo Un excura y exdiputado provincial que fue denunciado hace 7 años por abusar y someter a supuestas perversiones sexuales a la hija de su pareja, irá a juicio en abril próximo. Al menos esa es la intención de los jueces de la Sala III, aunque se supo que el principal acusado actualmente tiene 76 años y dicen que permanece enfermo. Él nunca fue detenido debido a que lo beneficiaron con la prisión domiciliaria por su edad, lo mismo que su mujer (que se encargaba de cuidarlo), quien es sindicada como la otra responsable de los vejámenes que sufría su propia hija, desde los 6 hasta 15 años. Lo increíble de la historia no es sólo los años de demora en la causa, sino que en medio de todo esto la víctima volvió a vivir junto a la pareja que supuestamente la humilló y la corrompió, y ahora la familia dice que 'eso ya pasó'.

Un tío de la víctima (que ahora tiene 22 años) dijo muy tranquilo, y sin saber de la inminente realización del juicio, que 'el caso ya prescribió. Todo está arreglado y mi sobrina vive acá', en referencia a que actualmente la chica reside bajo el mismo techo de sus presuntos victimarios: su madre de 40 años y el viejo dirigente bloquista Juan Carlos Icazatti, de 76 años. Este hombre fue cura, docente y diputado provincial.

El juicio contra la pareja fue fijado para el 22 de abril próximo y el fiscal Eduardo Mallea busca que no se postergue más. El caso es por de más escandaloso y fue la propia chica, cuando tenía 15 años, la que denunció a Icazatti y a su madre por las supuestas aberraciones a la que la sometían. Eso ocurrió el 25 de mayo del 2007, después de que escapó de su casa en Rivadavia y la llevaron a un hogar de tránsito.

Una psicóloga describió como 'vivencias de horror' lo que padecía la adolescente. Y es que ella misma declaró que su mamá e Icazatti la tenían encerrada, no le festejaban sus cumpleaños, le elegían la ropa, no la dejaban tener amigos, la llevaban y la traían de la escuela y, lo más grave, la obligaban a satisfacer sus desviaciones sexuales.

En 2009, la juez de instrucción María Inés Rosselot procesó a Icazatti por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por el grave daño en la salud mental de la víctima y por su calidad de guardador, y corrupción agravada de menores. A la mujer la acusó de corrupción de menores agravada por el vínculo. En dicha resolución, la magistrado señaló: 'resulta de los relatos de la damnificada que ésta fue obligada por Icazatti no sólo a actos impúdicos, sino también a hechos que produjeron en la menor una humillación que va más allá de un abuso sexual común'. Y es que la investigación dio casi por acreditado, tal como lo testimonió la joven, que él la manoseaba desde los 6 años y que a los 8 la quiso violar. Y que cuando era más grande la hacían dormir con ellos, se bañaban todos juntos, la obligaban a ver cómo tenían sexo, hasta la invitaban a que tuvieran relaciones íntimas con su madre o miraban en familia películas pornográficas, según fuentes judiciales. El dueño de un video club declaró que Icazatti alquilaba asiduamente esas películas y muchas veces llevaba a la menor. En ese entonces, los psicólogos afirmaron que la víctima había padecido constantes abusos sexuales y no mentía sobre sus denuncias, a la vez que otros estudios indicaron que la pareja presentaba una personalidad psicopática y tendía a manipular y mentir, señalaron.