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Por sorprendente que parezca el Frente Polisario y sus adláteres pretenden 'vender' la idea de que en el campamento de Gdeim Izik, en noviembre de 2010, no se produjo la matanza de policías. La indignidad de las ideologías violentas y sus apoyos siempre niegan a las víctimas
Mientras que las víctimas españolas del Frente Polisario ya están siendo reconocidas por el Reino de España como ‘víctimas del terrorismo’ se da la paradoja que el grupo causante de la victimización no es señalado formalmente como grupo terrorista. Cabe preguntarse cómo puede ser uno víctima del terrorismo y no ser considerado terrorista el responsable de tal situación.
Además de aquellas personas españolas, fallecidas, heridas o mutiladas, que lo fueron por acciones del Frente Polisario, las asociaciones de afectados por la violencia del grupo independentista -que mantiene su operativa desde Argelia- estiman que habría unas trescientas víctimas de este movimiento que se arroga -y así se lo reconoce extrañamente, aún hoy, la ONU- la única representación de los saharauis mientras que enfrenta graves acusaciones, en causas penales abiertas en tribunales españoles a instancias de saharauis que denuncian haber sido objeto de crímenes de lesa humanidad, por los que está siendo investigado el actual jefe del Frente Polisario y presidente de la ‘virtual’ República Árabe Saharaui, entidad que dice ser un estado pero que no goza de tal estatus en las Naciones Unidas.
Con las víctimas españolas del Frente Polisario se ha cometido durante años la injusticia -igual que ocurrió con las víctimas de ETA durante mucho tiempo- de haber sido condenadas al ostracismo. Han sido negadas, ocultadas, olvidadas. Eran unas víctimas molestas. Las víctimas del Polisario siguen siendo incluso criminalizadas por parte de los medios de comunicación hasta el extremo de que -como estamos observando en el caso de Gdeim Izik- ni las imágenes grabadas durante las ejecuciones, los apaleamientos y los degollamientos parecen ser suficiente motivo para que determinados informadores eviten plantear -como de hecho hacen, unas veces sutilmente y otras con un bochornoso desparpajo- que ni siquiera existen las víctimas. No parece que el llanto de las viudas, los huérfanos, los hermanos o los padres que se quedaron sin sus hijos deban ser tomados en consideración. Ni siquiera les otorgan la posibilidad de reconocerles el mismo sufrimiento que ellos consideran que han padecido los acusados.
Está claro que, en España, lo políticamente correcto es hacer un seguidismo acrítico respecto de todas las consignas que emanan del Frente Polisario, posicionarte de otra manera, tener una opinión formada diametralmente opuesta, considerar que España debe estar junto a un país aliado como es Marruecos en relación con la cuestión del Sáhara, no es bueno para la salud e incluso es motivo suficiente para que algún periodista llamado a menos te otorgue los epítetos que le venga en gana. En fin, cada cual puede tener su opinión y yo la mía la mantengo, por más que a los de siempre no les guste… ¡qué le vamos a hacer!.
La negación de las víctimas se corresponde con ideologías violentas que, como la que ha sustentado a ETA, niegan a sus víctimas el mínimo reconocimiento
Los acusados en un juicio son unos protagonistas del mismo pero también lo son las víctimas, pues es a ellas y a sus familias a las que se busca hacer justicia.
La novedad jurídica en el juicio de Gdeim Izik es que los familiares de aquellos asesinados tienen voz, como acción civil, y al menos su voz deberá ser escuchada. Entre quienes representan a estas víctimas se encuentra el abogado español, Lorenzo Peñas.
El letrado murciano pone de manifiesto que “estamos ante un juicio penal, quien quiera ver en estas sesiones un juicio político se equivoca. Existe una investigación, existen unos testimonios, existen unas piezas de convicción y ahora es el momento de juzgar y de buscar que se haga justicia a once víctimas, servidores públicos de Marruecos, miembros de las fuerzas del orden que, como puede verse en las imágenes actuaron desarmados y fueron masacrados de forma cruel”.
El abogado español señala que “no hay causa que justifique la conducta criminal que se observa en los vídeos en los que pueden verse los sucesos acaecidos en
El abogado español, Lorenzo Peñas, a la derecha de la imagen junto con dos decanos de los abogados marroquíes
Gdeim Izik, no hay justificación para el asesinato, para el degollamiento de ninguna persona, para la profanación de cadáveres. Esas conductas se produjeron, eso es una realidad que no cabe cuestionar. Ahora el tribunal deberá decidir sobre la culpabilidad o inocencia de quienes permanecen acusados, pero negar la existencia de las víctimas es negar la existencia del sufrimiento de madres y padres, de los hijos, de los hermanos de quienes fueron asesinados de forma cruel”.
El juicio por la matanza de policías marroquíes en Gdeim Izik se encuentra en plena fase de declaración de los acusados