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Breve resúmen histórico de los vaivénes económicos de nuestro sufrido país desde 1944 hasta 2001. Para no perder la memoria
CAMPORA-PERÓN-MARTINEZ DE PERÓN (Mayo 1973-Marzo 1976).
Nuevamente la falta de continuidad en los planes económicos influyeron negativamente en el crecimiento; en dos años y diez meses se sucedieron seis ministros de economía y cinco presidentes en el B. Central. Durante los primeros veinte meses, la capacidad productiva existente pudo atender la mayor demanda a que dio lugar la expansión monetaria de los años ’73 y ’74, en consecuencia, creció la producción. En el ‘75 se inicia una segunda etapa, con los medios productivos ocupados y sin nuevas inversiones. Esto acarreó la imposibilidad de hacer frente a una activa demanda originando una disminución de la producción y un crecimiento acelerado de la inflación La producción del ’76 representó el 95, 7% de la del ’74. En la producción industrial, la baja fue mayor, el índice se redujo al 92, 5%.
El producto bruto interno ‘per cápita’ del ‘76 fue menor en un 6% al del ‘74. Además, esto afectó con mayor intensidad a los sectores de menores ingresos por el impuesto inflacionario.
A partir del ’75 se interrumpió un período iniciado en el ’64, en el que el PBI creció a un promedio anual del 5, 5% y el ingreso ‘per cápita’ se acrecentó casi en un 50%. De ahí en adelante y hasta 1989, quince años, el PBI quedó prácticamente estacionado y el ingreso ‘per cápita’ se redujo en un 19%.
GOBIERNO MILITAR-ALFONSIN-MENEM (Período1976-1989).
El año ’74 significó un quiebre de la sociedad originado por el rodrigazo, los montoneros y José López Rega entre otras circunstancias históricas.
Cuando toman el poder los militares, a nivel mundial se precipitaba la crisis del petróleo, con la explosión de precios del producto en el mundo entero y la liberación de los mercados financieros internacionales. Este período ’76/’83 originó que la recesión iniciada en el ’75 durara casi una década.
El producto bruto interno por persona disminuyó alrededor del 10%. En el ’75 la inflación se decuplicó respecto del ’74 y el déficit fiscal llegó al 15% del PBI.
El primer ministro de economía del gobierno militar, José Alfredo Martínez de Hoz, implementó un plan económico, que llamó ‘Programa de recuperación, saneamiento y expansión de la economía argentina’, cuyos objetivos eran lograr el saneamiento monetario y financiero; acelerar la tasa de crecimiento económico y alcanzar una razonable distribución del ingreso.
Este funcionario introdujo la idea de ‘endeudamiento’ y surge así la famosa ‘patria financiera’, iniciando el oscuro período de la Deuda Externa.
Hasta ese momento existía una aceptable paridad cambiaria que se mantuvo hasta 1978, la moneda comenzó a sobrevaluarse en el ’79. A fines del ’78 se impuso el sistema de ‘la tablita’, cuyo objetivo era anticipar las devaluaciones de la moneda y lograr que los precios siguieran el mismo ritmo, frenando así la inflación.
El mismo criterio fue aplicado a las tarifas de los servicios públicos y los salarios mínimos. Los precios estuvieron por arriba de los índices y la sobrevaluación de la moneda se acentuó.
En junio del ‘77, se dejó sin efecto la llamada ´nacionalización’ de los depósitos, efectuada en el gobierno anterior retornando al sistema tradicional de efectivos mínimos. Esto obligo a crear elevados encajes bancarios para evitar creación monetaria que acelerara la inflación.
En el Banco Central se creó la cuenta ‘Regulación Monetaria’, que posibilitaba a los demás bancos del país adoptar disposiciones para reducir los depósitos en cuenta corriente y aumentar los depósitos con retribución.
Obviamente, la consecuencia inmediata fue un explosivo saldo deudor de dicha cuenta, que implicó una fuerte emisión monetaria en la segunda parte del ’77 y en todo el ’78, que significó el 3, 5% del PBI.
Esta política económica liberal posibilitó la creación de nuevos bancos, promovidos con poco sustento y que originaron la crisis bancaria sobreviniente en el ’80, con la intervención y liquidación de numerosas entidades causando una grave situación financiera.
Fue una política monetarista que produjo un aumento de la cantidad de moneda de 281 veces entre enero del ’76 y junio del ’81; el gasto público subió del 36% del PBI en 1973 al 45% en 1980.
El sistema crediticio, a través de redescuentos del Banco Central a bancos que luego fueron liquidados, provocó la financiación de proyectos y construcciones improductivos, y elevados auto-préstamos por muchos millones de dólares.
El ingreso de capitales extranjeros y su fuga posterior, provocó un enorme endeudamiento sin contrapartidas activas para el país.
A fin de reducir la brecha del déficit presupuestario se emitieron bonos y títulos de deuda pública.
En febrero del ’81, se efectuó una devaluación del 10%. A partir de marzo del ’81, es nombrado ministro de economía Lorenzo Sigaut.
Este período estuvo signado por fuertes devaluaciones y el desdoblamiento del mercado cambiario en comercial y financiero, cuyo tipo de cambio al final de la gestión duplicó al del comercial. Los precios mayoristas y minoristas aumentaron en promedio el 155, 7%, el doble que en el ’80.
Esto originó una profunda recesión y alta inflación, con crisis latente en el sector externo.
Nuevo ministro: Roberto Alemann. Se creó un mercado único de cambios, se fijó un encaje único del 13% para los depósitos a la vista y a plazo fijo en moneda extranjera y se aumentó a u$s 20.000 por día y por persona la suma para adquirir divisas y oro.
Fue una política monetarista que produjo un aumento de la cantidad de moneda de 281 veces entre enero del ’76 y junio del ’81
Se congelaron los sueldos del sector público, se subió la tasa del IVA –impuesto al valor agregado-del 10% al 12%, aumentándose las tarifas y los combustibles para incrementar los recursos fiscales. La unificación de los mercados de cambio significó una devaluación de alrededor del 25%.
En el ’82 nuevo ministro: José María Dagnino Pastore y a Domingo Cavallo como presidente del Banco Central.
Las medidas tomadas incluían un aumento del tipo de cambio comercial, un acuerdo de precios con las empresas, control estricto del sistema financiero y gran disciplina fiscal.
Desde el Bco. Central se refinanciaron los créditos que habían sido otorgados por las entidades financieras a las empresas, beneficiados a su vez con una tasa de interés reducida basada en redescuentos del B.Central a los otros bancos a tasas de interés concordante, esto, tal como lo reconociera el funcionario Cavallo posteriormente, tuvo como efecto ‘descargar sobre los sectores asalariados de ingresos medios buena parte de la licuación de pasivos empresarios’.
El índice de inflación se duplicó desde julio del ’82 con respecto a los índices anteriores. Durante todo este período la industria redujo su producción en un 20%. La deuda externa que en el ’76 era de poco más de u$s 9.000 millones, llegó a u$s 40.700 millones. El consumo ‘per cápita’ se redujo en un 9%.
Dada la inflación el valor de la moneda quedó reducido a menos de medio centavo de su valor al inicio del período.
La sociedad quedó en estado de conflicto, con inflación más recesión. Se instaló la ideología y la cultura de la tasa de interés. Desde el ’76 al ‘89 no hubo crecimiento económico y no aumentó el desempleo.
La función principal de los ministros de economía desde Martínez De Hoz hasta Erman González fue ir a EE.UU para renegociar créditos.
La emisión desmesurada de dinero, sumado a la Guerra de Malvinas precipitó la salida de los militares del gobierno. Hubo ocupación disfrazada, recesión clásica y crecimiento sin empleo.
Esta fue la herencia recibida por el gobierno radical.
El primer ministro de economía del flamante gobierno democrático fue Bernardo Grinspun, quien se propuso incrementar el salario real, reactivar la economía y disminuir la inflación, la receta era predeterminar el valor de la tasa de interés, ajuste de tarifas públicas, tasa de variación del tipo de cambio, de salarios y control de precios.
No dio resultado, aumentó la inflación, el salario bajó más del %20, hubo escalada de precios, quiebras de empresas, mayor desocupación y recesión.
Nuevo ministro: Juan Vital Sourrouille y su ‘plan quinquenal’ cuyo principal objetivo era aumentar las exportaciones lo que fue imposible ya que los países acreedores tenían políticas proteccionistas.
Nuevo plan: el Austral, aceptado por el FMI.
Nuevo signo monetario y propicio de privatización de empresas públicas, por ej: Cía Aérea Austral (estatizada por Martínez De Hoz).
Bajó la inflación y el dólar paralelo aumentó un 20%.
A fines del ’85, nuevamente inflación.
En el ’86 el dólar aumentó un 70%, mayor inflación, la balanza de pagos decreció. En julio del ’87, arreglo con el FMI de políticas económicas de ajuste: fuerte restricción fiscal, encarecimiento del dinero, recuperación del tipo cambiario y salarios fijados por promedio mensual de precios al consumidor y mayoristas no agropecuarios, privatización de empresas petroquímicas y modificaciones impositivas.
Esto posibilitó un refinanciamiento de la Deuda Externa, consistente en un período de gracia hasta el ’92 para pago de capital, hasta el 2005 (u$s 28.500 millones).
Se dictaron decretos de temporalidad y emergencia: ‘ahorro forzoso’ y ‘estado de emergencia previsional’.
A principios del ’89, nuevo ministro de economía: Juan Carlos Pugliese, quien propone mercado cambiario libre y flotante sin intervención del B. Central y retenciones a las exportaciones. El 1° de mayo, paradigmático ¿no?, nuevo ajuste tarifario, nuevo tipo de cambio y devaluación del 30%.
Hasta julio de ese año la inflación llegó al 200%.
Otro ministro: Jesús Rodríguez. El Congreso Nacional declaró el estado de emergencia social, sanitaria y alimentaria en toda la Nación. Aumentó la especulación financiera y la hiperinflación. Las prioridades nacionales eran el plazo fijo, la renta automática y la inversión sin riesgo.
De ahí en adelante y hasta 1989, quince años, el PBI quedó prácticamente estacionado y el ingreso ‘per cápita’ se redujo en un 19%
En suma la especulación y la desinversión. La situación precipitó la entrega del poder.