El sacerdote y titular del ente antidrogas de Argentina, Juan Carlos Molina, se mostró partidario el domingo de 'habilitar' el consumo de todas las drogas e insistió en no criminalizar el consumo, en declaraciones a una radio local.

"Yo habilitaría el consumo de todo y abriría centros, pero estamos hablando de la no criminalización", dijo Molina, un hombre de confianza de la presidenta Cristina Kirchner.

El cura tiene a su cargo la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), el organismo que se dedica a la prevención de adicciones y el tratamiento de drogadictos.

Molina adelantó que van a enviar al Congreso un proyecto, pero que no tendrá que ver con la despenalización del consumo de drogas.

"No llamamos despenalización, porque no es ese el proyecto, sino que hay que hablar de la no criminalización", señaló en diálogo con la radio Nacional Rock.

La legislación argentina prevé cárcel para el consumidor de estupefacientes, pero un fallo de la Corte Suprema de Justicia se pronuncia en contra de la detención y por la recuperación del adicto.

En la entrevista, Molina también mostró su preocupación por el consumo de alcohol y se manifestó en contra de la publicidad de bebidas en eventos deportivos y culturales.

"Hoy el alcohol es un terrible problema y nos quieren vender que el consumo es responsable. Las publicidades dicen: 'Chúpense (bébanse) la vida que está todo bien'", dijo.

El nombramiento del religioso se produjo después de que la Iglesia argentina divulgara en un documento su preocupación por el crecimiento del narcotráfico y la drogadicción en el país.

Argentina está en segundo lugar en número de consumidores de cocaína en Latinoamérica (600.000), después de Brasil, de acuerdo a un informe de 2012 sobre Control Internacional de Narcóticos, basado en la agencia antidrogas estadounidense DEA.