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Argentina, un ejemplo que no es (Iª Parte)

29/11/2011 11:20 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

A raíz de la ya extenuante crisis internacional, hay algunas naciones que se han mostrado como excepcionales, y entre ellas aparece la Argentina

La crisis internacional, que se desató con virulencia en el 2008 y que no ha dejado de realizar cimbronazos sin pausa, de esos que quitan el aliento, pues no dan lugar a ninguna recuperación o reacomodo.

Resulta ser que tal nación las pasó de mal en peor, desde hace años, teniendo a fines del 2001 un profundo estallido, de esos que incluyen muertos que ni se saben. Cuatro presidentes en un par de meses, y después asume por mandato del Congreso uno que fuera vicepresidente y luego gobernador de la más rica provincia Argentina, con un gran currículum de ser señalado como ligado al narcotráfico y a la corrupción estructural.

Poco después un reclamo airado de protesta con represión terminó en dos muertos, y ello llevó a que el presidente E. Duhalde llamara a una elección anticipada, y allí se desemboca en los comicios del 2003.

Mientras tanto la economía se fue acomodando, de la mano de un economista llamado Roberto Lavagna, quien sin mucha estridencia llevó a la calma con confianza, ayudado por los hechos consumados y la resignación de la mayoría -quienes perdieron dos terceras partes de sus ahorros, por la pesificación de sus depósitos en divisas extranjeras, más la degradación patrimonial de sus bienes, la abrupta disminución de sus ingresos o desaparición de sus fuentes laborales, y el enorme deterioro que todo ello conlleva en la salud, física o mental, que repercutió hasta una dimensión nunca estudiada correctamente, pero que si se sabe de suicidios y accidentes cerebros vasculares, por ejemplo-.

Por razones de viejo encono, entre dicho presidente Duhalde y el ex presidente Menem , el principal partido de Argentina, el Partido Justicialista -peronista- terminó yendo a las urnas con tres candidatos: el apoyado por el oficialismo -Néstor Kirchner-, el mismo Menem -buscando un tercer mandato-, y Rodríguez Saa -caudillo de una provincia intermedia, San Luis-.

Ganó Menem por dos puntos, pero resignó ir a la segunda vuelta por que el sondeo de opinión le era altamente adverso, de ser aplastado no por mérito del adversario, sino por desmérito propio de ser tachado como el responsable principal de la hecatombe Argentina.

Asunción de Néstor Kirchner como presidente de Argentina

Asumió un casi ignoto -para la gran mayoría de los argentinos- Néstor Kirchner, quien figuraba como un administrador aceptable, de ser gobernador en la provincia de Santa Cruz, situada al sur de Argentina, extensa y rica en petróleo, pero con una escasa población.

Entre sus primeras medidas aparentaba cambios renovadores, e inmediatamente le continuó la construcción de su propio poder -pues era señalado como el muñeco del ventrílocuo Duhalde- sin medir con quien, luego mantuvo a Lavagna como su ministro de Economía, y se inclinó discursivamente hacia la izquierda autóctona, dando lugar y apoyo a las Madres de Plaza de Mayo y entidades de Derechos Humanos , sumando todos a una misma bolsa propia.

Por razones de especulación internacional los precios de commodities subieron por encima de lo técnicamente razonable, y allí el nuevo presidente tuvo la fortuna a su alcance, a través de un poroto llamado soja, que venía creciendo y siguió en un ascenso impensable.

Entonces el invento denominado retención -introducido por Lavagna cuando aún presidía Duhalde-, que era un indisimulable impuesto bruto a la exportación, que impactaba en el 20 % del valor total, empezó a manar dólares a raudales.

Entre tanto Kirchner y Lavagna negociaron la deuda externa de manera firme, provocando una enorme quita en parte de ella, cuestión que si bien llevó un alivio en los servicios externos de Argentina, también trajo aparejado el encono del sistema internacional financiero, quienes le cortaron toda posibilidad de acceder a créditos.

La suerte continuó para el nuevo e iracundo presidente, quien en un arrebato hasta se atrevió a despedir a Lavagna, pieza principal de su gabinete.

Paralelamente a la construcción de su poder iba la corrupción, pues al no medir sus alianzas refrendaba lo peor de Argentina, los personajes enquistados como caudillos en muchas provincias y comunas, los eternos sindicalistas enriquecidos a costa de maniobras poco claras, y empresarios muy conocidos de venales.

Todo se asentaba y asienta en el manejo del dinero, que por diseño los principales impuestos van directamente al poder central, para ser distribuidos posteriormente bajo la coparticipación federal, lo que significa en la práctica un manejo discrecional.

Los serviles tienen al día y más la disponibilidad de los recursos, en cambio al opositor no le llega a tiempo o solo en parte, lo que por ley le debería corresponder, cuestión que obligó a muchas cabezas agacharse y realizar una procesión hacia la capital de Argentina.

Argentina, un ejemplo que no es (IIª Parte)


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Oscar Poe (92 noticias)
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