En términos futbolísticos, los argentinos tienen un sueño: jugar la final del Mundial contra Brasil. Ganarle sobre la hora y, si es posible, con un gol con la mano. Claro, se trata de un clásico, un enemigo histórico. Y a la hora de los papeles nada se disfruta más que ver al rival de toda la vida mordiendo el polvo de la derrota de la forma más cruel posible. Es por eso que en la antesala del trascendental choque que se disputará el sábado en la cancha Rosario Central, por las Eliminatorias, Clarín eligió los diez mejores triunfos de Argentina frente al seleccionado que salió cinco veces campeón del mundo.

Diez grandes alegrías contra Brasil

Todos tienen un sabor diferente. En el Sudamericano de 1957, por ejemplo, fue una paliza futbolística (3-0) con baile y vuelta olímpica incluida. Luego, en 1964, la Selección dio el batacazo (3-0) en el Pacaembú y vapuleó al equipo de Pelé. Una fiesta en la que se anotó Amadeo Carrizo atajando un penal. Mucho tiempo después, en 1983, el Tigre Gareca, metió el único gol en el Monumental para romper una racha de 13 años sin victorias ante Brasil. Histórico.

Y llegó la época dorada, en la que Argentina lo tuvo de hijo. Fue la década del 90. ¿Cómo olvidar la magnífica jugada de Maradona en el Mundial de Italia y el posterior golazo de Caniggia en un partido que fue netamente desfavorable para los nuestros? Al año siguiente, en la Copa América de Chile, fue 3-2 con cabezazos de Franco y Batistuta en lo que fue la previa del título del equipo del Coco Basile. Hubo revancha en la Copa América de Ecuador, en 1993 y Argentina volvió a dejar en el camino a Brasil, esta vez en los penales y gracias a los reflejos felinos de Goycoechea. Y para rematarla, en 1998, fuimos al Maracaná para enfrentar a Ronaldo, Rivaldo y compañía. Pero, sobre la hora, más de 100 mil brasileños se quedaron mudos con el derechazo del Piojo López.

Con Bielsa, en las Eliminatorias para la Copa del Mundo 2002, la Selección ganó por 2-1 tras ir perdiendo 1-0 casi desde el arranque. Gallardo, de cabeza, y Cris, en contra, para la cargada eterna. Con un Riquelme fantástico y un equipo bien aceitado, Argentina dio cátedra en el Monumental. El 3-1 quedó corto la noche que el equipo de Pekerman consiguió el pasaporte para el Mundial de Alemania. Y el último recuerdo, quizás el más fresco, fue hace apenas un año, en los Juegos Olímpicos de Beijing. Doblete de Agüero y un penal de Román para pasar a la final y retener el título. Un título que ellos todavía no consiguieron.