Cuatro millones de litros de leche tirados a la basura En primer lugar y para ubicar a los lectores extranjeros en el objeto de esta nota, debo explicar que en los últimos días ha habido en las provincias argentinas de la región central, que es el área principal de una importantísima producción láctea, un conflicto originado en el precio que las empresas le abonan a los productores lecheros, a los tamberos. Debido a la disconformidad de quienes producen la leche aduciendo que el precio que se les abona es injusto y aclarando que coincido con ellos en tanto que se les paga un precio ínfimo y el público consumidor, la población paga en góndola, en los supermercados otro precio muy superior, excesivo para un país de producción lechera exepcional como Argentina; sucedió entonces que los productores decidieron y así lo hicieron arrojar CUATRO MILLONES DE LITROS DE LECHE desparramándolos a la vera de las rutas, como muestra la nota gráfica. Esta medida de protesta irracional, egoísta, desconsiderada de este sector productivo solo puede ser posible en un país desopilante como mi país: la Argentina. Nadie podrá decir jamás que me expreso contra los productores porque apoyo al gobierno de turno de Cristina Fernández, ni ebrio ni dormido apoyaría al régimen totalitario que ha amontonado una recua de inútiles para la tarea de gobernar. Quienes me conocen saben que soy un peronista disidente, opositor que no se limita a la militancia cibernética. Pero ello no me impide advertir que hay quienes critican al gobierno ( con razones válidas) y cuando deben demostrar su superioridad moral, humana, intelectiva, axiológica, desnudan en su miserable accionar su esencia inhumana, sus intereses sectarios, su bajeza, su insensibilidad por el prójimo, su egoísmo extremo y su avaricia. Los productores lecheros habían advertido muchos días antes que si el conflicto no se solucionaba iban a derramar la leche, hubo tiempo suficiente para distribuirla entre la población humilde de la Argentina, en hogares de niños huérfanos, en hogares de ancianos, en los millares de comedores públicos para indigentes, en los comedores escolares o simplemente llevando la leche casa por casa en los barrios marginados, como hicimos alguna vez los peronistas que convivimos junto a los pobres. ¿Que le diría Evita a estos señores? me lo imagino. ¿Que piensan de esta actitud los millones de africanos que mueren de hambre, cuyas imágenes aterradoras de esos niños desnutridos muriendo lentamente vemos en los medios de comunicación y nos hacemos los afligidos? Quienes derramaron la leche viven en provincias privilegiadas como Córdoba y Santa Fe de la Vera Cruz ( que es mi provincia, la que habito) ¿ Qué deben pensar los argentinos que viven el el noroeste, noreste o sur empobrecido y que no tienen dinero suficiente para comprarle a sus hijos un litro de leche diario? No todos los argentinos somos iguales ; malvados hay en el gobierno y también en los sectores opositores. Mientras primen los intereses sectarios y corporativistas y cuando nos mencionen la palabra solidaridad debamos recurrir a un diccionario para averiguar de qué se trata, seguiremos siendo inútiles votantes y no ciudadanos de un país gobernado por una asociación de ridículos cuya picardía reside en conocer el arte del fullero. Quienes arrojaron los cuatro millones de litros de leche a la basura han cometido un grave delito contra los pueblos que sufren la pobreza y el hambre y que solo en Argentina son millones. Deberían reflexionar y reparar el acto vergonzoso y despreciable que han cometido.