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Argentina es un país inagotable

07/01/2011 22:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Mientras este triste diciembre mostraba por la televisión el rostro patético de los parques y predios ocupados por personas evidentemente manipuladas,

Argentina es un país inagotable. Son tantas las conformaciones culturales que anidan en su territorio que cuando cree uno haber logrado configurar los límites de sus características, algo diferente surgió y hay que ampliar, ampliar, ampliar, ampliar… (Gracias Sarmiento).

Mientras este triste diciembre mostraba por la televisión el rostro patético de los parques y predios ocupados por personas evidentemente manipuladas, que reclamaban una casa, en un pequeño pueblo del norte de la patria, egresaban 56 alumnas del profesorado de Nivel Inicial.

¿Te parece poco sorprendente? Te cuento: esas jóvenes mujeres habían luchado durante tres años para alcanzar sus metas. Habían salido en los inviernos a caminar el monte para juntar leña y vender a los hornos de carbón para lograr pagarse sus estudios, habían trabajado largas ornadas como empleadas domésticas

y estudiado los fines de semana; muchas de ellas, madres a cargo de sus pequeños hijos, habían transitado la oscuridad de cuadras y cuadras por la noche con ellos a cuestas para dejarlos con algún familiar mientras cursaban sus estudios; una de ellas, con una pequeña enferma de la columna vertebral, que la acompañó todos los días de esos tres años, y el último, como no podía ser de otra manera, también asistió al acto de colación para recibir su premio, con una radiante sonrisa.

En contraposición con aquella acalorada señora que gritaba indignada que su padre había “esperado veinte años que le dieran una casa”,

Muchas cosas más podría contar de mis cincuenta y seis heroínas, pero baste agregar que en ellas siempre estuvo latente la alegría, las ganas de construir y de participar, que llevaron a todos los Jardines del pueblo y las escuelitas rurales de la zona sus obritas de teatro, su animación infantil, sus librotes artesanales llenos de fantasía y color. Baste agregar que el día de su egreso portaron como único uniforme una chalina anaranjada, cuyo color, abrazando sus pechos, quería ser un símbolo del fuego interior.

Es posible que algunas se hayan “macheteado” en el último examen, que otras se lleven consigo más faltas de ortografía que las que uno quisiera, pero de algo estoy segura: se llevan consigo un sentimiento de dignidad que las planta como personas en este mundo de masas. Se llevan consigo el valor de alcanzar sus propios sueños con el esfuerzo y el sacrificio, el amor al trabajo y la conciencia de su propia competencia.

En contraposición con aquella acalorada señora que gritaba indignada que su padre había “esperado veinte años que le dieran una casa”, éstas habían luchado esos mismos veinte años por conseguirla por sí mismas. Y partieron de la misma pobreza y soledad. Partieron de la misma situación de indigencia. La diferencia es, tal vez, que no se dejaron tentar por discursos demagógicos, o acaso la fe que se tuvieron a sí mismas los superó y los dejó de lado. No lo sé con exactitud. Lo que sí es que este año ellas son la razón de mi esperanza.

Mientras este triste diciembre mostraba por la televisión el rostro patético de los parques y predios ocupados por personas evidentemente manipuladas,

¡Feliz Año Nuevo!

María Rosa Meléndez


Sobre esta noticia

Autor:
María Rosa Meléndez (25 noticias)
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1153
Tipo:
Suceso
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