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El estado de Arkansas prevé ejecutar en abril a ocho prisioneros en 10 días, un ritmo inédito justificado por el acercamiento de la fecha de vencimiento de una sustancia incluida en las inyecciones letales que se le administran a los condenados.
Los opositores a la pena de muerte denuncian ejecuciones "en cadena", basadas en un motivo tan absurdo como prosaico.
Los involucrados son ocho hombres que pasaron en promedio dos décadas en el corredor de la muerte.
De acuerdo con el decreto firmado por el gobernador republicano de Arkansas, Asa Hutchinson, esos presos serán ejecutados según el siguiente calendario: dos el 17 abril, dos el 20 de abril, dos el 24 y dos el 27 de ese mes.
Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC por su sigla en inglés), un organismo independiente muy respetado, ningún estado ha realizado ocho ejecuciones en 10 días desde que la Corte Suprema de Justicia restableciera la pena capital en 1976.
Programar dos ejecuciones para el mismo día es, además, "atípico", subraya el DPIC, que observa que "ningún estado" ha ejecutado a más de dos condenados en una misma semana.
- Ninguna ejecución desde 2005 -
La paradoja es tanto más notable cuanto que Arkansas no ha ejecutado a ningún detenido desde 2005. En abril el estado habrá, pues, ejecutado brutalmente a un cuarto de sus condenados a muerte.
Esta precipitación se explica por el hecho de que el mes pasado la Corte Suprema en Washington se negó a abordar el protocolo de inyección letal utilizado por las autoridades de Arkansas, validándolo por la vía del los hechos.
Ese protocolo asocia tres productos, de los cuales el primero, el midazolam, es muy controvertido. Se supone que este ansiolítico tiene un efecto anestesiante, pero se lo ha denunciado por no dejar suficientemente inconsciente al condenado, lo que supone el riesgo de grandes sufrimientos para él.
Le midazolam sigue siendo, no obstante, legal, pero las reservas que posee Arkansas están cerca de llegar a su fecha de expiración.
Ahora bien, se ha hecho muy complicado para las prisiones estadounidenses obtener nuevas sustancias letales, a causa del rechazo de muchas grandes compañías farmacéuticas a suministrarlos.
"Me gustaría mucho poder planificar (esas ejecuciones) en un período de varios meses y varios años, pero no tengo esa facultad", explicó el gobernador Hutchinson.
"Existen dudas acerca de cómo procurarse un nuevo producto", agregó, y "las familias de las víctimas no pueden seguir viviendo con esta prolongada incertidumbre".
- Un cerdo indultado -
Al actuar de esta forma, Asa Hutchinson pensó seguramente en sus votantes conservadores. Arkansas vio nacer al expresidente demócrata Bill Clinton y le sirvió de trampolín para su carrera política, pero en los últimos años siempre se han impuesto los republicanos. Sin embargo, su anuncio provocó reacciones fuera de este estado del sur predominantemente agrícola.
El gobernador "justifica un frenesí de ejecuciones legales por una fecha de caducidad estampada en un frasco", denunció en un editorial el New York Times, que calificó de "absurda" esta "precipitación".
Muchos internautas contrastaron el respeto a un bien superior como es la vida con la trivialidad de una medida de ahorro, un poco como quien vacía su refrigerador de alimentos perecederos antes de irse de vacaciones.
Kenneth Roth, un jurista que dirige la organización Human Rights Watch, habló de una decisión "grotesca".
Otros señalan con ironía que el gobernador Hutchinson le había dado la gracia por decreto hace unas semanas a un cerdo apodado Roxy Hamilton, en homenaje a esos mamíferos usados por la industria farmacéutica para producir la insulina que necesitan los diabéticos.