Un atentado despierta la prohibición de venta de armamento. 

¿Venta de armamento o no? ¿Prever una posible masacre o no? 

Son unas de las muchas preguntas que se hacen muchas personas a lo largo del planeta, después de los recientes sucesos en Nueva Zelanda. 

La seguridad y la preservación de la vida es un impulso básico en el ser humano, le hecho del mismo esta contemplado dentro de la declaración universal de los Derechos Humanos, “Derecho Humano número tres (3): `Todos tenemos el derecho a la vida y a vivir siendo libres y teniendo seguridad”. wwwhumanrights.com 

La preservación de la vida comienza con uno mismo hasta a protección misma de un grupo de personas de las que dependemos directa e indirectamente, como la familia, un país y la raza humana por completo. 

La venta de armas un negocio muy lucrativo

Muchos países fabrican armamento y comercializan las mismas. Puede alinearse de varias maneras, protección del estado contra amenazas extranjeras, el caso de las “Guerras”. Protección interna con el uso de armas por las autoridades policíacas o militares. Y puede llegar al porte de armas por un civil, incluso, en algunos países no hace falta ni siquiera un porte o un permiso de armas para ir comprar un arma y tenerla en tu casa. El problema más grave se presenta cuando y como se la da uso a esa arma. 

La venta de armas un negocio muy lucrativo al punto que es uno de los negocios dentro del mercado negro que proporciona mayores dividendos. Detrás de todo este mercadeo existe el miedo, un marketing infundado la mayor parte del tiempo de que debes estar protegido y armado contra los peligros del entorno. 

Es una responsabilidad muy grande portar un arma, es un hecho ético, muy personal el uso de esa arma y es u hecho moral el mal uso de la misma, donde se debe delimitar su uso. 

“Asesinar” es algo totalmente distinto. Por definición significa: “Acción de matar ilegalmente a uno (o a más), seres humanos realizada por otro, especialmente con malicia y premeditación”. L. Ronald Hubbard.