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El aumento del impuesto al consumo en Japón, que pasó del 5% al 8% en abril, frenó la economía japonesa y también contribuyó al aumento de la inflación, según los datos publicados este viernes.
En abril, las familias gastaron un 4, 6% menos comparado con el mismo mes de 2013, mientras que la producción industrial cayó un 2, 5% con respecto al mes anterior.
La economía japonesa necesita reactivar el consumo interno, uno de los pilares de la 'abenomics', la política económica del primer ministro conservador Shinzo Abe, un objetivo que podría verse frenado por la inflación, que en abril subió un 3, 2% interanual (excluyendo los productos perecederos).
Los precios se vieron afectados por el aumento del impuesto sobre el consumo, pero también por la subida de la electricidad y la gasolina, consecuencia de la depreciación del yen, que hizo aumentar el precio de los hidrocarburos extranjeros.
Aunque aumentar la inflación es uno de los objetivos del gobierno y del banco central japonés, que desde abril de 2013 lleva a cabo una política de estímulo monetario, las autoridades quieren que ese aumento sea el resultado de la actividad económica y no de factores coyunturales.
También como consecuencia del aumento de precios, los ingresos reales medios en las familias en las que el cabeza de familia es asalariado han caído un 7, 1% en un año. Si la tendencia se confirma, esta bajada podría ser un freno al consumo y al crecimiento.