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Los responsables del transporte aéreo demandaron el martes a la ONU la elaboración de un marco legal para el uso de armas antiaéreas que suponen un riesgo para la aviación civil y pidieron más información sobre los riesgos para las compañías aéreas de sobrevolar zonas de conflicto.
La muerte de 298 personas tras la caída del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, abatido por un misil en el este de Ucrania, en una zona controlada por los separatistas prorrusos, precipitó una reunión de los profesionales del transporte aéreo bajo la égida de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), una agencia de la ONU.
"El vuelo MH17 pudo haber señalado un fallo en el sistema" de seguridad aérea, dijo Tony Tyler, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), en una rueda de prensa tras el encuentro.
El martes, cada uno se puso de acuerdo en reconocer a los Estados la responsabilidad de manejar el riesgo en su espacio aéreo, en tanto la OACI no tome medidas de restricción, sino que simplemente pueda recomendarle a los gobiernos que pidan prudencia a las compañías. "Debemos, sobre todo, poner el acento en la responsabilidad de los Estados (...) nosotros no los podemos forzar", dijo Raymond Benjamin, secretario general de la OACI.
Todas las compañías deben poder disponer del mismo nivel de información para determinar sus rutas aéreas y evaluar los riegos para evitar las zonas de conflicto, donde pueden ser utilizadas armas antiaéreas como los misiles tierra-aire.
Los servicios de inteligencia estadounidense, por ejemplo, tenían información antes del derribo del MH17 de que los separatistas prorrusos disponían de baterías de misiles.