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"Ocio". El filme de Juan Villegas y Alejandro Lingenti, basado en la novela de Fabián Casas, se centra en la adolescencia
Juan Villegas (Sábado, Los suicidas) es el codirector experimentado de Ocio. El otro, el que empezó el proyecto -adaptar la novela de su íntimo amigo Fabián Casas-, es el debutante Alejandro Lingenti. "Al principio yo me acerqué a darle una mano a Alejandro en la producción (en la que participa Mariano Llinás) -explica Villegas-. Hasta que un día le confesé a Lingenti que tenía ganas de dirigir la película con él, y él me dijo que tenía la misma idea".
Alguna vez, Casas -poeta, narrador, charlista encantador, vindicador o creador de una épica barrial, en constante cruce entre el humor, el ingenio y la melancolía- definió a Ocio como una novela de iniciación. "Es un trabajo sobre una edad interesante, no muy retratada en el cine -opina Villegas- Alguien está dejando la adolescencia pero no tiene las herramientas para abrirse paso en la vida. Una vez, en la Lugones, vi una miniserie alemana que se llamaba La segunda patria, con un personaje que transitaba esa etapa de la vida. El de Ocio todavía no pudo llegar a su segunda patria. Está en el momento previo al despegue, como suspendido en el tiempo, con los amigos y la música como referentes".
La música y la amistad son, desde luego, dos elementos centrales del filme. "El protagonista de la novela escucha todo el día Abbey Road. Por supuesto que no teníamos los derechos para la película. Pero sí incluimos mucho rock nacional de los '70. Ocio tiene el espíritu rockero de aquella época: mezcla de potencia y melancolía. Además, en la película actúan algunos músicos del rock independiente contemporáneo. Y se destaca la música de Ariel Minimal, amigo íntimo de Casas y Lingenti. Esa amistad se ve reproducida, reflejada en pantalla: es un eje. Yo, a la vez, me fui haciendo amigo de ellos durante el rodaje. Codirigir así se me hizo muy placentero".
La joven muerte de su madre es otra de las constantes en la literatura de Casas. "Esa ausencia es un elemento fuerte que está al principio del relato: lo que dispara el deseo de él de hacer algo en la vida. Pero no hacemos de esa muerte nada explícito. Tratamos de contar cómo se va adaptando la familia (un padre y dos hijos varones) sin ella. En la novela, que tiene mucho de autobiográfico, aunque no de un modo explícito, es muy fuerte la voz del narrador en primera persona. Nuestro desafío fue evitar esa voz: reflejar las sensaciones del protagonista a través de atmósferas, de climas cinematográficos".
Villegas, que ya trabajó en la adaptación de una novela -Los Suicidas, de Antonio Di Benedetto-, cuenta que Ocio fue filmada en la casa de la infancia de Casas. "Al padre le pagamos unas vacaciones en Mar del Plata para que nos dejara filmar ahí. Y, en su ausencia, le hicimos cambios. Se la pintamos. Al principio no estuvo muy de acuerdo, pero después le gustó. Contar con esa casa no fue menor: agregó autenticidad, sin dudas".
Boedo es el centro del universo de Casas, su Aleph, su prisma. "Fue un desafío retratar el barrio: Boedo/Pompeya -concluye Villegas-. El riesgo era caer en el costumbrismo. La literatura de Fabián, que incluye familia de clase media, música, fútbol, barrio, da para esa estructura típica de la TV y de cierto cine. Nosotros la evitamos: un logro premeditado.«
(Hoy, a las 23.15, Hoyts 9)
La otra película de hoy en la competencia argentina es "Gorri", de Carmen Guarini, sobre la vida del artista Carlos Gorriarena. Hoyts 11, a las 20.15.