¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Humediñus escriba una noticia?
El último campeón del fútbol argentino enfrenta mañana a San Martín de Tucumán con la clara intención de no acentuar su desastroso presente institucional y deportivo. River necesita recomponer la relación con su hinchada, que a pesar de todo agotó las entradas
Boca y River. River y Boca. Los dos más grande del fútbol nacional jugarán casi por nada (a los de Gorosito les queda una mínima chance de dar la vuelta) a 4 fechas para el cierre del Clausura 09. Un escenario difícil de imaginar en enero de este año. El equipo de Ischia quedó eliminado sorpresivamente en Octavos ante el modesto Defensor Sporting de Uruguay, que le dió un duro cachetazo al vencerlo 1-0 en la Bombonera.
Allí intentará mañana ante el Santo tucumano ganar y enterrar los problemas que surgieron en la semana entre los principales actores de este drama (los jugadores, el cuerpo técnico, la dirigencia, la hinchada). Y alejar unas cuadras los fantasmas del último lugar que andan remoloneando por Casa Amarilla.
Esos mismos que se instalarón en Nuñez el pasado torneo y le hicieron vivir una pesadilla al Millonario (terminó abajo de todos por primera vez en su historia), jamás podrán ser olvidados. De alguna forma, sirven para explicar porqué el fastidió constante de la hinchada riverplatense contra sus jugadores, si se tiene en cuenta que River está quinto en el torneo, a 9 puntos del líder Huracán, con un partido menos y al rivál de toda la vida (Boca) décimoseptimo sobre 20 equipos.
De nada sirvió todos los juveniles que promovió Ischia y hoy son piezas fundamentales del primer equipo, los 2 títulos que obtuvo en 1 año y pico
En Boca, Ischia se tendrá que ir al finalizar el presente torneo, pese su negativa (dijó que el no renunció, lo echaron). De nada sirvió todos los juveniles que promovió y hoy son piezas fundamentales del primer equipo, los 2 títulos que obtuvo en 1 año y pico, el invicto ante River con victoria en el Monumental y las semifinales alcanzadas en la Libertadores 2008 jugando en gran nivel. Todo a la basura. Tolerancia 0. Ganar o ganar.
En River, Gorosito sufrió mucha tras la eliminación en primera fase de la Copa, pero con el correr del tiempo parece haber asegurado su continuidad en el cargo. El retorno de Ortega y los comicios en Diciembre abren una puerta de esperanza para recuperar el orden institucional y el líderazgo deportivo, dos características que se esfumaron por completo durante la actual gestión de JM Aguilar.