Brasilia - El gobierno de la presidenta brasileña Dilma Roussef ha cerrado una puerta y quien sabe si no ha abierto un porton para que la gran comunidad  árabe-musulmana que existe en ese país no le desee cosas muy buenas en sus proximos años de gobierno.

Roussef quien desde que gano las elecciones ha comenzado a alejarse de la tendencia socialista que el ex presidente Lula Da Silva había impuesto en el Brasil para tender más hacia el neoliberalismo ha dado su visto bueno para el cumplimiento de otra resolución del Consejo de Seguridad de las sanciones impuestas por las Naciones Unidas a Libia. 

En abril, el gobierno publicó un decreto para regular las sanciones previstas en Libia en la Resolución 1970, aprobada en febrero por el Consejo de Seguridad.

En el decreto publicado hoy (19) en el Boletín Oficial de ese país, la presidenta Dilma Roussef determina el cumplimiento de la Resolución 1973 la cual fue aprobada en marzo pasado por las Naciones Unidas (ONU), autorizando el uso de la fuerza para proteger a los civiles de los ataques de las fuerzas del líder Muammar Gaddafi. 

Entre las medidas figura la prohibición de vuelos en el espacio aéreo y el fortalecimiento de los embargos, las ventas y la congelación de activos financieros vinculados a Gaddafi.

La resolución también autoriza a los Estados Miembros de las Naciones Unidas a tomar medidas "que consideren necesarias para proteger a los civiles en Libia."

El texto de la ONU, ahora oficialmente ratificado por el Brasil, también se exige "el establecimiento inmediato de alto el fuego y el fin completo de toda la violencia y los ataques y los abusos contra la población civil."