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Ni estar ciego, ni brotes verdes, ni raíces vigorosas ni músicas celestiales. Me quedo con la “lluvia fina que acabó calando” que nos auguró el ex Presidente José María Aznar y con el que vivimos la época económica más dorada de toda nuestra reciente democracia
Se cumple un septenio desde la irrupción de la crisis y recesión en España allá por el año 2007 y, lamentablemente, del ciego de Zapatero que no consiguió verla y casi nos interviene y rescata Bruselas, pasando por la aciaga Elena Salgado, su Ministra de Hacienda, que no cosechó nada porque sus brotes verdes se helaron y petrificaron, a las “raíces vigorosas” de este gobierno que no calan en los bolsillos de los ciudadanos, mientras congelan el sueldo de los funcionarios, los impuestos continúan siendo confiscatorios, todos somos presuntos defraudadores a los ojos del montonero Montoro y el crédito bancario, si existe -que se duda- solo se ofrece al que no lo necesita.
Lo único que percibe la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país desde hace siete años es la misma canción triste de que “hoy estamos peor que ayer, pero mejor que mañana” porque cada día que pasa los ahorros se agotan, las deudas y sus intereses crecen y las personas y familia del entorno están ya peor que uno mismo y por tanto no hay donde arrimarse.
Decía Mark Twain que el banquero es un tipo que te ofrece un paraguas cuando brilla el sol y te lo pide cuando empieza a llover. En España, el estado que somo todos, ha llenado con decenas de miles de millones de euros las arcas de cajas y bancos y estos los han aplicado a sanearse, reducir oficinas, colocar cajeros automáticos, y despedir miles de empleados, sin fabricar un solo paraguas.
El crédito ni corre ni tiene intención de hacerlo
Mientras, ofrecen los paraguas que no tienen, a quien no lo necesita porque si llueve se puede quedar en casa y, si alguno accede a tomarlo prestado, corren al BCE a que les preste a su vez el paraguas, para dejárselo.
Ni estar ciego, ni brotes verdes, ni raíces vigorosas ni músicas celestiales. Me quedo con la “lluvia fina que acabó calando” que nos auguró el ex Presidente José María Aznar y con el que vivimos la época económica más dorada de toda nuestra reciente democracia.
AscoHastaLaNáusea