Lucas 13: 18 - 21

18 Decía, pues: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé?

19 Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.»

¿ Como se puede entender que el Reino de Dios se parezca a un árbol cuyo fruto alimenta a los pajaros?... nosotros entendemos que un *Reino* es un país con un Rey como gobernante, pero el Reino de Dios es diferente inimaginable, el Reino de Dios es el Reino del Amor, porque Dios es Amor. .. es decir que no importa el lugar o lugares o todo el universo.. lo que importa es el amor* ... donde reina el Amor de Dios que todavía no podemos sentir por causa de nuestro cuerpo de carne y huesos... es lo que hace que todo sea de maravillas... en el Amor de Dios reside toda la omnipotencia y la Sabiduría. el Amor es Espíritu, el Espíritu es indestructible, está por sobre todas las cosas incluso el tiempo, el Espíritu de Amor es creativo y todo lo crea con amor, el amor es perfecto, no se equivoca, no puede equivocarse. Jesús es el Espíritu de Amor, por eso, Jesús es el hijo de Dios único, y por esa razón, todos los hijos de Dios, o sea nosotros, somos únicos, no dos iguales. si no unidos por el amor.

20 Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios?

21 Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.»

En este caso, la levadura es el Amor, que en nosotros debe fermentar o hacernos crecer, .. crecer en el Amor de Dios. no el amor que conocemos, sino el Amor que no conocemos, todavía, pero que está creciendo, es doloroso como el dolor del parto de una mujer..

Las palabras de Jesús, el Evangelio, es palabra de Dios, su palabra es Espíritu que hace crecer el amor dentro de nuestro ser, .las enseñanzas del Evangelio es la semilla de mostaza, y nosotros el jardín... pero debes ser tierra fértil, dócil como una oveja que escucha la voz de Jesús... la voz del Espíritu de Amor. y el Espíritu que te *convierte* en hijo de Dios... y así como es el Padre, así seremos los Hijos.