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La pedofília es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsaciones.
En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia, una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales. Por lo demás, en determinados casos en que la relación entre el pedófilo y el menor se prolonga en el tiempo, puede haber por parte del adulto un enamoramiento real con esa persona a la que él considera como su joven pareja, sobre todo cuando se ubica en la edad de paso entre la infancia y la pubertad.
Los pedófilos son personas que obtienen placer sexual a través del acercamiento con un niño. Según el doctor Ricardo Valenzuela, especialista en salud mental y comportamiento Infantil y Adolescente, en líneas generales se estima que entre un 2 y 3% de la población cuadra con la descripción de "pedófilo". Sin embargo para el experto, éste puede ser pobre o rico, ignorante o tener estudios.
"La pedofilia no discrimina a nadie, cualquiera puede ser sospechoso. Las víctimas son principalmente varones, siendo la proporción 3 a 1 o 4 a 1 (es decir, de cada niña que es víctima de pedofilia, 3 o 4 niños también lo son)", señala el experto.
"Es importante saber que una persona recién es diagnosticada como "pedófila" cuando cumple los 18 años de edad y tiene por lo menos 6 meses de experiencia de intensas urgencias y fantasías sexuales recurrentes, que incluyen actividades con un menor de 13 años o con una diferencia de edad mínima de cinco años", explicó Valenzuela aCambio21, al mismo tiempo que remarcó que esa es la información "técnica".
Por su parte e l psiquiatra Ricardo Capponi sugiere enseñarles, además, que los niños no deben aceptar caricias cuando están solos con alguien y deben conocer las estrategias de los abusadores, como los regalos y sobornos.
Las siguientes son algunas de las señales que manifiestan los pedófilos.
-La materialización de la pedofilia no presenta una única cara
-La atracción erótica que algunos pedófilos sienten por los niños no se traduce necesariamente en actos sexuales completos. El pedófilo puede limitarse a desnudar al niño y a mirarlo, a exhibirse, a masturbarse en su presencia, a tocarlo con delicadeza y acariciarlo. Puede convencer al niño para que a su vez lo toque y así sucesivamente.
-Cognitivamente, el pedófilo se caracteriza por no considerar inapropiada su tendencia o conducta, por lo que no suele presentar sentimientos de culpa o vergüenza; en ocasiones, incluso, apelan a la seducción del menor como causa de la misma o a que su comportamiento se puede entender como una forma de educación sexual de los menores.
-Con la aparición de Internet, muchos de ellos han expresado y difundido públicamente sus pensamientos al respecto, reivindicando la licitud de sus acercamientos y sosteniendo que no deben ser identificados con abusadores, en tanto que no fuerzan o usan nunca la violencia para relacionarse con los menores. Por lo demás, afirman que los niños están capacitados tanto para elegir estas relaciones como para rechazarlas.
-La pedofilia en Internet crece al amparo del anonimato. Pese al esfuerzo de los organismos internacionales y a las investigaciones realizadas, parece imposible desarticular el vínculo entre pedofilia e Internet. Y es justamente ese anonimato, condición fundacional de la web, uno de los principales obstáculos para combatirla.
-Los especialistas coinciden en que los pedófilos aprovechan el cambio de identidad en Internet para seducir a niños y para distribuir material pornográfico.
Ricardo Valenzuela aseguró que "el anonimato dificulta la investigación". Y agrega: "Es realmente difícil encontrar a los responsables cuando cambian de sexo y de edad".
En Internet, se pueden crear correos electrónicos con cualquier nombre. Esas cuentas de e-mail pueden utilizarse para mantenerse en contacto con los niños o, por medio del chat, para seducirlos.
Fuente: Cambio21