El crecimiento de la prostitución en las proximidades de la Estación del Ferrocarril General Roca del Barrio de Constitución, da la impresión que los proxenetas hacen un negocio jugoso allí. Las Dominicanas y Argentinas ya dominan la calle Salta desde Avenida Garay hasta Pedro Echague y se apilan sobre las puertas de los albergues transitorios o los hoteles de mala muerte, pero también lo hacen en las esquinas sobre las vitrinas de los comercios donde a modo de arbolillos, ofrecen sexo a los transeúntes de todas las edades.

La situación pareciera no incomodar a los responsables de la Comuna 1 del ejido de la CABA que ni siquiera se toman la molestia de fiscalizar la situación que no es para nada novedosa. El peligro latente del HIV, u otras enfermedades de transmisión sexual, puedan tener lugar a engrosar el trabajo que posteriormente le acarrea a los centros de salud de la ciudad.

A ello se suma la droga y el latrocinio constante en ese barrio porteño a la deriva en términos de seguridad. Ya que si bien se pueden observar policías dando vueltas todo el tiempo, este tipo de casos no parecen conmoverlos ni siquiera para promover una contravención por la ley de profilaxis.

"Barrio de Constitución, una zona roja que parecen no visualizar los funcionarios daltónicos del GCBA"

Realmente resulta ingrato que desde el periodismo, debamos realizar pesquisas o labores propias de los fiscales y los policías, haciendo notar estas situaciones públicamente para que alguien se vista los pantalones largos y tome cartas en el asunto que o bien no despierta interés en las autoridades o alguien entre tantos hechos mafiosos y corruptos, se lleva sus buenas ganancias con su funcionamiento y zona liberada.

Desde que la Policía pasó a manos de la Ciudad, se esperaba que esta franja de tan movimentado barrio porteño, cambiara para bien, pero lo cierto es que se lo ve peor que antes y la delincuencia no se ha disminuido como se afirma.

Es a toda hora, a la luz del día o en las sombras de las noches que estas practicas se cometen pero no parecen incomodar a las autoridades que tal parece, no miran lo que ocurre en las calles de cercanías a la estación Constitución.