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La independencia de Cataluña tiene muchas implicaciones para la industria de las telecomunicaciones, aunque probablemente no se estén teniendo demasiado en cuenta. Imagen: El País.
22/09/2015.- Es el tema destacado en todos los informativos y tertulias nacionales. Las elecciones autonómicas de Cataluña y la posible victoria de la candidatura independentista copa las portadas y titulares de los medios de comunicación, abriendo muchas dudas sobre el futuro de la región ante la creación de un hipotético nuevo estado.
Por supuesto, dichos interrogantes surgen a todos los niveles, y de cumplirse los planes de la coalición de Junts pel sí, serían muchos los cambios que la industria de las telecomunicaciones tendría que afrontar; y no se puede decir que sean, precisamente, positivas.
De hecho, el presidente de Telefónica, César Alierta, ha aprovechado la celebración de un evento en la Casa de América de Madrid para advertir a los empresarios catalanes de los efectos negativos que puede tener la independencia de Cataluña para la economía: "Quiero lo mejor para los catalanes y lo mejor para los catalanes es seguir en España. Los efectos económicos de una supuesta independencia de Cataluña, que no se va a dar, son súper negativos. Es inviable [...] En todos los procesos de separación el flujo comercial baja un 25 por ciento y si el flujo comercial baja, aumenta el paro, y si aumenta el paro, baja la recaudación, y si baja la recaudación, las pensiones hay que bajarlas y también el gasto público social".
Cambios que habría que tener en cuentaLa magnitud de proceso soberanista catalán es tal que es normal que no se lleguen a considerar todos los cambios (y sus correspondientes consecuencias) que habría que afrontar de lograrse la independencia.
Basta recordar el informe elaborado por la compañía de servicios de numeración virtual Fonvirtual, que recoge algunos de los "problemas de gestión en las telecomunicaciones del nuevo país".
Para empezar, porque al constituirse como nueva nación, las llamadas telefónicas entre España y Cataluña tendrían que comenzar a tarificarse como internacionales, con el consiguiente gasto que supondría para usuarios y empresas.
Es más, al tener que salir Cataluña fuera de la Unión Europea, hablar con el hipotético nuevo país podría ser más caro que hacerlo con algunos países africanos, ya que se aplicaría una tarifa de roaming extracomunitario. Tanto para los catalanes que entren en la UE como para aquellos ciudadanos comunitarios que realicen un viaje a este nuevo estado.
Por otra parte, es un hecho que Cataluña tendría que seguir utilizando el prefijo internacional asignado a España (+34) durante un largo periodo de tiempo. Recordemos que Kosovo se independizó en 2008 y todavía continúa utilizando el de Serbia para las líneas fijas y los de Mónaco y Eslovenia para las móviles.
El mismo informe (elaborado a raíz de las dudas planteadas a la empresa por parte de clientes catalanes) destaca la necesidad de Cataluña de tener que constituir un nuevo órgano regulador y de utilizar las infraestructuras pertenecientes al Estado español; lo que obligaría a ambos gobiernos a un "un hipotético acuerdo por el que España cediese el uso o la titularidad de las mismas a cambio de algún tipo de acuerdo compensatorio". Eso u optar por las expropiaciones.
Hablando de la institución reguladora, la sede que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tiene en Barcelona (que precisamente es la que más temas referentes al sector telco trata), tendría que volver a ser reubicada en otro lugar de España.
Nadie dijo que la plena independencia fuera algo fácil de llevar a cabo.
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