¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Miguel Cabrera escriba una noticia?
Carlos en pleno trabajo Las puertas estaban cerradas, la entrada lucía desolada. Los rostros de los trabajadores de la empresa Cristalux estaban angustiados porque intuyeron lo peor: la fábrica había quebrado. En ese momento, un grito irrumpió en medio del zumbido de rumores, "¡debemos permanecer unidos!, tenemos que luchar por recuperar la fábrica, nuestra fuente de trabajo" . Era la voz de Carlos, uno de los trabajadores más antiguos de Cristalux. Aunque su rostro también reflejaba tristeza, sus palabras trajeron optimismo. Muchos de sus compañeros se acercaron a él con timidez. No lo sabían, pero Cooperativa Cristal Avellaneda estaba naciendo de la mano de los valores que siempre los habían mantenido unidos: la organización y la solidaridad.
Para que pudieran consolidar su iniciativa y crecer , Desarrollo Social les brindó apoyo económico. Con ello repararon un horno de 32 toneladas que originariamente utilizaban en sus tareas. También compraron moldería para fabricar platos hondos, playos, de postre y compoteras. Esto les permitió recuperar la producción de la línea de productos Durax, reconocidos por su resistencia y durabilidad, e incorporar nuevos trabajadores.
En la actualidad, de la mano de la economía social, este emprendimiento crece brindando trabajo y oportunidades de inclusión a 180 trabajadores. Este año, los miembros de la cooperativa invertirán en la construcción de un nuevo horno de 65 toneladas, que les permitirá triplicar la producción e incrementar la variedad en la línea de artículos y exportar.
A este crecimiento le sumaron iniciativas de capacitación: 25 de los trabajadores finalizan el colegio secundario en el marco del programa FinEs. Mientras que otro grupo está estudiando portugués, ya que la cooperativa tiene como meta realizar exportaciones a Brasil.
Hoy, el edificio de la Cooperativa Cristal Avellaneda luce como un gran motor en funcionamiento. Sus puertas siempre están abiertas y a toda hora entran y salen trabajadores, Carlos es sólo uno más. Muchos de ellos caminan cargando mochilas y cuadernos. Todos materializan los valores asociativos y solidarios de la economía social y son el ejemplo de que otra economía es posible.