¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Jenyl escriba una noticia?
Mi meta es al menos poder hacer reflexionar a una sola persona
Suena la alarma y ni cinco minutos más podemos permanecer en la cama, nos levantamos de un salto, porque en la noche ya habíamos planificado todo lo que teníamos que hacer. Y así en la calle sòlo vemos personas que van, vienen, suben, bajan, se saludan mientas pasan caminando porque no tienen tiempo de compartir un café con ese amigo que tanto hace que no ven. No tardamos más de media hora en salir a la calle. Gastamos quince minutos en desayunar y los otros quince en ir al baño y arreglarnos. En mi caso este tiempo suele ser menor teniendo en cuenta que me levanto tipo seis y a las seis y veinte ya estoy en el colectivo porque desayunar, no, desayunar es cosa de dioses, no tengo tiempo y me cae mal el desayuno.
Llega la hora del almuerzo y paran una hora para comer, en mi caso en esa hora sigo haciendo cosas extras y jamás en la vida me siento para almorzar con plato y cubiertos como dios manda. No señores, almuerzo masitas, barras de cereal, algo que me siga permitiendo ir y venir para seguir haciendo cosas.
Después de no descansar seguimos transitando la mitad del día, la peor parte del día, sacamos energía desde donde no tenemos y le damos para adelante.
Llegamos a casa a la noche, cansados, frustrados, doloridos, estresados. Nos bañamos, comemos y nos vamos a dormir. Pero antes meditamos sobre todo lo que tenemos que hacer al día siguiente así que otra vez dormiremos cuatro o cinco horas y trabajaremos diez.
Escuchamos en la tele o leímos alguna vez que es bueno dormir por lo menos ocho horas ¡Pero ustedes quiénes se creen qué somos para dormir ocho horas con tanto qué hacer!.
Es bueno salir en pareja o con amigos los fines de semana, a comer, al shopping, cine, teatro, o simplemente salir a caminar para distraerse. Pero eso que nos gustaría hacer es lo que haríamos si tuviéramos más tiempo. ¡Por favor yo no tengo tiempo ni siquiera para terminar de leer esta nota!
Ser feliz no es un derecho es una obligación
No nos ponemos a pensar jamás que la sociedad en la que vivimos, cada vez más exigente, nos arroja a la ansiedad, a la neurosis, nos enferma.
Pronto la vida pierde sentido, nos sentimos enfermos, nos damos cuenta de que la vida no funciona.
Por qué nunca nos detuvimos a pensar ¿Qué hacemos? ¿Por qué hacemos? ¿Para qué hacemos? Mejor dicho esto que hago ¿Me llena? Sincerandome ¿Me llena a mí o a los demás? ¿Estoy haciendo algo por mi? Como por ejemplo cultivar el amor, mimarme de vez en cuando, hacer lo que me gusta ¿Me conecto con mis emociones? ¿Estoy realizando algún sueño?
Nos creemos grandes, fuertes, invencibles porque nunca nos detuvimos a pensar ¡Qué frágil es la vida! De un segundo para el otro todo puede cambiar.
Pero cuando ese momento llega, cuando tenemos que entrar a un quiròfano y no sabemos si vamos a salir y tener el tiempo de hacer lo que queremos o a la inversa y mucho peor cuando esperamos que esa persona salga. Cuando nos detectan una enfermedad mortal o se la detectan a alguien de nuestra familia si nos ponemos a pensar qué hicimos, ¿y qué hicimos? Correr, bajar, subir, ir y venir.
Ser feliz no es un derecho es una obligación.
Autor: Jenifer Larraura
Blog: http://myfeelings-jeny.blogspot.com.ar/
Facebook: https://www.facebook.com/jenilarraura
Twitter: https://twitter.com/JenyLar.