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El maniqueísmo religioso puede llegar de lo escatológico a lo paradójico hasta alcanzar el paroxismo, sobre todo cuando se trata de negar a la ciencia y especialmente, la teoría de la evolución
Antes que nada aclaremos entre nosotros qué es creer según el diccionario, Creer: Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado. Pensar u opinar algo. Tener confianza en alguien o algo.
Una vez aclarado el significado de la palabra creer, hay que seguir diciendo que una cosa es creer en algo o en alguien y otra bien distinta es la evidencia.
La ciencia no se apoya en creencias, sino en evidencias, es decir en la certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar, en la prueba determinante de un proceso.
Existe una evidencia científica sobre la evolución de las especies y sobre el origen de los planetas, por lo tanto no hay que creer en ello porque estamos ante una evidencia científica.
Por consiguiente, cuando alguien dice que cree en algo, hay que echarse a temblar, porque nos está hablando de fe, de afirmar algo que no conoce, algo que supone, algo que no está demostrado, algo, por lo menos dudoso.
Si usted lector, tiene por costumbre confundir algunas de estas palabras, recuerde que rectificar es de humanos y si alguien se las dice, pregúntele de qué está hablando.
Otra de las manipulaciones de los fanáticos religiosos es el uso de la palabra saber, que manipulada adecuadamente suele llevar a caminos tortuosos.
Saber: Tener noticia o conocimiento de algo. Estar instruido en algo. Estar seguro o convencido de un hecho futuro.
En el Corán se repite hasta la saciedad, la consabida frase: Yo sé lo que vosotros no sabéis. Alá sabe vosotros no sabéis.
Manipular la verdad con creencias y saberes caseros es pasar mentiras de contrabando
Hace algunos años estábamos convencidos de que esas expresiones eran algo simbólico, de la misma forma que se interpretan las expresiones de la Biblia, pero ahora y después profundizar sobre el Corán y sus lectores, resulta evidente que no es así, y que lo que dice el Corán, no sólo es indiscutible, es incuestionable.
Y esto es así, gracias a la confusión que en casi todas las lenguas existe a la hora de hablar de la verdad, la otra palabra maniquea que más se usa en el lenguaje de las religiones.
Antiguamente los diccionarios decían que Verdad, es algo que no puede negarse o algo por el estilo, hoy la RAE, más modernizada, nos dice de Verdad: Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
Pero a pesar de su modernidad, la RAE, conserva la acepción: Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
Pero la verdad, desde los griegos, hasta nuestros días ha sufrido el mareo de los vaivenes de la historia, así el Alétheia griego y Veritas latín, han pasado por la filosofía, las matemáticas, la lógica y la ciencia, hasta llegar al consenso de que es relativa.
La verdad está o es tal, en función de las culturas, ya que lo que en una época y/o cultura, se daba por cierto, con el paso del tiempo deja de serlo o se transforma.
Luego la verdad es algo que damos por cierto, en función de lo que conocemos y creemos que es cierto en nuestro pensamiento individual.
Y esa relatividad de la verdad, no hay que confundirla con la evidencia científica, contrastada y comúnmente aceptada por la comunidad internacional.
Cada individuo es muy libre de poseer su verdad, otra cosa es la evidencia científica de que sea cierta.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro