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La crisis, intrusa "non-stop" en la vida diaria de las parejas germano-griegas

03/07/2015 12:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

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"La crisis nos ha acompañado siempre", bromea Bettina, esposa de Anestis desde 2009. Como muchas parejas germano-griegas, ambos han visto cómo los acontecimientos políticos que han enfrentado a sus países se iban introduciendo en su día a día.

"Hablamos de ello todo el tiempo", confía Bettina Zauhar, de 44 años, a la sombra del castillo de Núremberg, en el sur de Alemania.

Fue allí donde la asistente parlamentaria conoció hace seis años a su futuro esposo, durante una manifestación proeuropea. Unos meses más tarde ya eran pareja, justo cuando salió a la luz el mal estado de las cuentas de Grecia, al albor de la crisis que amenaza ahora la estabilidad de Europa.

Anestis Aslanidis, de 46 años, fotógrafo, nació en Núremberg, donde siempre ha vivido. Si se le pregunta de dónde es, Anestis responde categóricamente: "Soy griego". Sus padres, llegados en los años 1960 como tantos otros compatriotas, siempre le hablaron en griego, y hoy viven en Grecia. Él mismo tiene dos pasaportes.

Alrededor de 350.000 griegos y personas de origen griego vivían en Alemania en 2013, de cuando data el último censo. Muchos llegaron para hacer posible el milagro económico alemán tras la Segunda Guerra Mundial, mientras que ahora se trata de jóvenes graduados forzados a emigrar por el paro endémico del país heleno.

- 'Muy preocupados' -

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Bettina y Anestis están "muy preocupados" por los acontecimientos actuales. Por la familia de Anestis en Grecia, a la que le cuesta llegar a fin de mes; por la atención médica, cada vez más irregular, de sus tíos y tías, que se hacen viejos. Pero también por el proyecto europeo en general, que para ellos es tan importante.

"Estamos en la misma línea", asegura Bettina. "Pero veo que a veces yo opto por la defensa las instituciones, y Anestis, por la de Grecia", admite.

A 200 kilómetros de allí, en Darmstadt, no muy lejos de Fráncfort, Giorgos Terizakis también está preocupado. "Hasta ahora, tenía la impresión de que estábamos en un contexto normal de negociaciones, ahora tengo miedo de que las cosas se rompan irremediablemente entre nuestros dos países", dice, al lado de su mujer alemana, Corinna Caspar-Terizakis.

Giorgos, de 40 años, también nació en Alemania y tiene dos nacionalidades. Su esposa y él se conocieron en el instituto. "Durante mucho tiempo la crisis no fue un tema para nosotros", cuenta Corinna, pero desde hace algunas semanas es omnipresente en sus conversaciones y en sus preocupaciones, "es una locura".

"No hay conflicto entre nosotros", asegura Giorgos, investigador en Ciencias Políticas en la universidad. "Tenemos las mismas ideas políticas y afinidades, y nos conocemos desde hace mucho tiempo".

Pero está harto "de todas las supuestas bromas" que escucha en su entorno sobre el griego endeudado y mal pagador. "La gente que hace este tipo de bromas quiere pasar un mensaje, soy una válvula de escape a su cólera", lamenta.

- '¡Eso es la democracia!' -

En Núremberg, Bettina emprende contra el referéndum de este domingo en Grecia, que "no tiene razón de ser" y que, a sus ojos, es una acto cobarde por parte del gobierno de Alexis Tsipras.

Su marido es más comedido. Tratándose de "una decisión con consecuencias tan fuertes, entiendo que no descanse únicamente sobre los hombros de algunos". "¡Pero eso es la democracia!", le interrumpe Bettina.

El 13 de agosto, la pareja partirá para pasar varias semanas en Grecia, como cada año. Esta vez, "con flojera en las rodillas", reconoce Bettina, intranquila por la degradación de las condiciones de vida de su familia política.

Corinna, Giorgos y sus dos hijos también estarán en Creta en agosto. "Me pregunto si la gente será diferente conmigo", se pregunta la joven mujer. "Hasta ahora, yo era simplemente la esposa de Giorgos, ¿pero cambiará esto?".

El año pasado, Bettina vio la final del Mundial de Fútbol en un restaurante en Grecia. "¡Todo el mundo estaba contra Alemania! Me di cuenta de cuánto nos querían...", cuenta, irónica. Pero no todos fueron tan malos: "Un camarero griego me felicitó" después de que Alemania venciera a Argentina.


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Autor:
Redacción Economía (12813 noticias)
Fuente:
AFP
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