A los hombres que cometen delitos sexuales se los confina en lugares separados, porque los otros presos pueden llegar hasta matarlos. La angustia de los padres me puso en aquella encrucijada; debía darles una mano y lo único que estaba a mi alcance eran mis conocimientos de la Biblia, lo cual serviría para tratar de rescatar a estas personas que ya estaban sentenciados por sus propias inclinaciones al mal.

Separé un día en la semana para dicho fin, y allí estuve, los policías me miraban mal, no podían entender cual era mi misión, y por que trataba de ayudar a estas personas; quienes ya estaban sentenciados por la sociedad. Yo también los hubiera despreciado si no fuera que en mi interior tenía una fuerte convicción: Dios podía cambiar las vidas de las personas.

Nunca les preguntaba a los detenidos cuales eran los motivos por el cual estaban en esa condición, solo me limitaba a escucharlos cuando ellos querían hablar y compartir con ellos un momento de predica y oración.

El jóven Cury, permaneció casi tres años en esa comisaría con otros veinte hombres, un lugar que apenas podían caber diez, comer y defecar en el mismo espacio, dormir unos casi encima de los otros, peleas y situaciones de extrema peligrosidad, producto del hacinamiento. Aunque todo parece ser poco cuando se trata de destruir la vida de otras personas.

Siempre me pregunte cual era la razón que impulsa a un hombre o mujer a cometer hechos tan oscuros, delitos, muertes, horrores, violaciones y cosas que por años me tocó palpar de cerca, sin entender jamás cuales son sus orígenes. Cualquier persona un poco simplista me dirá; que es por culpa del diablo, o el pecado de los hombres, y estoy hasta allí, un poco de acuerdo; pero esas respuestas, si bien son ciertas, son un poco pobres en el momento de tratar con la problemática humana.

Un hombre entre sombras, tratando de develar el misterioso tejido del corazón humano

Cury era un jóven de clase media, su padre un hombre trabajador, su madre; una buena mujer. Se crió en una buena familia, más allá de algunos inconveniente cómo suele pasar en cualquier hogar. ¿Que lo llevó a cometer semejante atrocidad? Era de buen parecer, amistoso, tenía una bella novia y podía conseguir lo que cualquier joven desea de la mejor manera.

Aquellas preguntas quedaron en un hueco insondable, en un basto silencio de incertidumbres que se empacaba en no responder.

Un hombre con escasa cultura, llevando una vieja Biblia bajo el brazo, y muchas ganas de ayudar, mirando desde una descascarada reja a un mundo que; quizá, jamás podrá comprender.

Un hombre entre sombras, tratando de develar el misterioso tejido del corazón humano.

Salí silvando bajito, manos en los bolsillos caminando hacia la parada del micro ómnibus que me llebaría a mi casa, la comisaría quedó atrás, los policías con sus preguntas inoportunas o aquella costumbre de hacer esperar para después decir: "Tiene 5 minutos, nada más"

Sueños...sueños de ver a una persona cambiar, años llevando esa fuerza o esperanza sin poderlo concretar, ¿Será que los presos no cambian? Lentamente comenzó a caer una fresca llovizna sobre mi cabeza, "iré a casa" pensé... allí me esperaba mi bello y dulce hogar, mi esposa, el mate, y la alegría de mis hijos.

¿Quien podrá entender la mente falaz...

y su crueldad? Solo Dios colgado en un madero.

Continuará.