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Crónicas de una sentencia (Parte 3)

24/04/2010 20:50 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La comisaría fué el comienso de otra historia, el joven fué trasladado a un penal carcelario, y allí segui sus pasos, donde encontré un grupo de jovenes adictos a las drogas, y delincuentes comunes con ganas de cambiar

El viaje se hacía largo desde casa, debía cruzar toda la ciudad de Buenos Aires, tomar el tren en la estación Constitución, hora y media hasta aquella otra vieja estación y el tren...aquel cuyos asientos de hojalata hacían que el invierno fuera más frío, me llevarían cerca de un destino, que para muchos era su calvario: La Unidad carcelaria.

Cuatro horas desde casa, y allí estaban sus alambrados, estilo campo de concentración; pero sin torturas, albergando a muchos jóvenes con problemas de adicciones.

También estaba Cury entre ellos; pero su estadía fue breve; pues él sólo podía permanecer en un pabellón especial que en esa cárcel no había.

No volví a ver a este joven, que aún sigue preso y tiene para muchos años más; pero en esa Unidad fué el comienzo de otra historia, la historia de otros jóvenes sinceros y con verdaderos deseos de cambiar de vida.

Allí tenían tratamientos terapeúticos con sicólogos, escuela y distintas actividades que les ayudaba a ver la vida desde otro ángulo. Conocí a muchos jóvenes con ganas de cambiar, y a muchos, tuve la oportunidad de verlos una ves en libertad.

¿Que hace un hombre que nunca fué delincuente, ni adicto a las drogas, tratando de entender las inclinaciones más oscuras del corazón humano?

Que pueden esperar esos hombres de alguién que solo les habla de amor y de paz, en un mundo donde todo es violencia y muerte?

¿Puede cambiar un hombre que solo conoció la calle, el abuso en su niñes, el abandono? ¿Es posible transformar el odio en amor? ¿O solo son hombres los que se baten a duelo con puntas de hierro hechas por ellos mismos, o con algún elemento cortante que dirá al fin; quien es el más macho?

¿Podrán las palabras traspasar aquellos corazones endurecidos, que no conocen otra cosa que no sea la locura o crueldad? ¿Podrá un abrazo hacer que por aquellas mejillas se deslicen algunas lágrimas o solo su hierro tiene que ser aplacado con otro hierro aún más feroz ?

Un hombre entre sombras que pretende ingresar en un mundo de locura y violencia total, sin otra arma que no sea su corazón cargado con un amor que sólo Dios puede dar.

Un día les pregunte: ¿Quien fué un niño de la calle? Dos levantaron las manos, en un grupo de unos veinte hombres, y así fuí conociendo la historia de Manu (Nombre ficticio) Este jóven; se había criado en la calle después de la separación de sus padres. En ella conoció lo peor: la rudeza de ese mundo que parece invisible para la mayoría de las personas que pasan por las calles de su ciudad enfrascados en sus asuntos personales, sin percatarse del submundo que se vive en sus entornos.

En las calles aprendió que hay personas que ofrecen cosas a cambio de favores, los favores son crueles, sucios y producto de las peores bajezas humanas. Quizá esas personas fuera de sus momentos de lujuria; para quienes no lo saben, parecen personas respetables.

También conoció el desprecio, el abandono de quienes se hallan entre las personas más respetables de nuestra ciudad, conoció la droga, luego la delincuencia y al fin la cárcel.

Continuará

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Charlypol (856 noticias)
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