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En los años de bonanza económica la media de productos bancarios por usuario, incluyendo las cuentas bancarias, era excesiva. La crisis nos ha resituado en lo que a cantidad de producto se refiere, pero, realmente, ¿Cuántas cuentas bancarias conviene tener?
Debemos tener en cuenta que no se trata de una pregunta poco importante. La acumulación de productos financieros ha sido uno de los graves problemas de las economías domésticas; pongamos por ejemplo la acumulación y uso de tarjetas de crédito, que, de manera muy similar a las cuentas bancarias, proliferaban de manera exagerada entre los usuarios. Éste ha sido uno de los principales motores del sobreendeudamiento, así como del paso a la morosidad en lo relativo a la financiación.
Teniendo en cuenta la importancia de regular la cantidad de productos bancarios que utilizamos, ya hemos ganado bastante. Ahora debiéramos emprender el segundo paso que consiste en revisar nuestros productos y racionalizar su uso. En este caso el uso y racionalización de las cuentas bancarias.
Cuidado con las cuentasDesde cuentas olvidadas hasta cuentas que generan comisiones sin que el usuario lo sepa, realmente mantener un exceso de volumen de cuentas puede acarrear al final más de un quebradero de cabeza al usuario. La primera recomendación en este análisis sobre el volumen de cuentas bancarias sería repasar todas las cuentas que poseemos, esto significa incluso retroceder en el tiempo si hemos cambiado de entidades financieras y repasar si dimos de baja a aquellas cuentas que utilizamos en su día, cosa que puede ser, pero también que puede ser no.
Del resultado de esa revisión debiéramos anular automáticamente todo lo que no utilizamos, este es el primer paso, cuentas viejas, cuentas sin uso, cuentas con gastos excesivos, todo debe desaparecer de la lista de nuestros productos financieros personales.
¿Qué es realmente necesario?Si tuviéramos que hacer una reducción al máximo de la necesidad, podríamos afirmar que hoy en día con una única cuenta bancaria a la que asociar los servicios por Internet, las tarjetas, las domiciliaciones y los pagos debiera ser suficiente. Sin embargo, tampoco nos vamos a ir de un extremo al otro, realmente podríamos visualizar tres situaciones concretas que justificarían en la actualidad tener una cuenta bancaria más, tres situaciones que además son diferentes entre sí:
Realmente podríamos decir que si, con una cuenta operativa en buenas condiciones y con una cuenta remunerada para el ahorro debiera ser suficiente para el usuario. Sin embargo, ni todas las circunstancias son iguales, ni todas las economías domésticas reclaman lo mismo. Por ejemplo puede darse la circunstancia de que trabajar con dos cuentas remuneradas diferentes, o, puede darse también la circunstancia de querer manejar cuentas conjuntas en el ámbito familiar además de las cuentas individuales, o también, la necesidad de la contratación de cuentas destinadas a soporte de inversiones...
En general, desde el punto de vista del usuario, lo más adecuado sería que esas cuentas conjuntas, o esas cuentas remuneradas ampliadas, no figurarán siempre exclusivamente a su nombre, se trata de diversificar la responsabilidad de la posesión de productos en el entorno familiar, aunque, obviamente, esto tiene mucho que ver con la manera de gestionar los asuntos económicos de cada uno.
Imagen wilkernet pixabay.com