¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Josrlito escriba una noticia?
No sería incoherente pensar que, en el primer período de la morada del hombre de este mundo, hizo un amigo y compañero de algún tipo de representante aborigen de nuestro perro moderno, y que, a cambio de su ayuda para protegerlo de los animales salvajes, y en la vigilancia de sus ovejas y cabras, le dio una parte de su comida, un rincón de su casa, y aprendió a confiar en él y cuidar de él.
Probablemente el animal fue originalmente poco más que un chacal, inusualmente suave, o un lobo enfermo expulsado por sus compañeros de la manada salvaje merodeando para buscar refugio en un entorno extranjero.
Uno puede así concebir la posibilidad de que, en el comienzo de la asociación, se dio la circunstancia de algunos cachorros indefensos traídos a casa, en principio por los cazadores, para ser cuidado y criado por las mujeres y los niños.
Los perros introducidos en la casa como juguetes para los niños tendieron a considerarse y ser considerados como miembros de la familia.
Con algunas excepciones, en casi todas partes del mundo se encuentran huellas de un perro de la familia indígena, una señal de que algún perro, lobo o zorro haya existido como un verdadero animal mascota o compañero de trabajo.
En las antiguas tierras orientales, y en general entre los primeros mongoles, el perro sigue siendo salvaje y descuidado durante siglos, rondando en manadas, demacrado y con aspecto de lobo, y hasta hoy dia, anda por las calles y en los callejones de todas las ciudades del Este.
No se intentó seducirle en compañía humana o para mejorar en la docilidad.
No es hasta que llegamos a examinar los registros de las civilizaciones más avanzadas de Asiria y Egipto, que se descubre ninguna variedad distinta de forma canina.
El perro no fue muy apreciado en Palestina, y tanto en el Antiguo y Nuevo Testamento se habla de él, comúnmente con desprecio y desdén como un "animal inmundo".
La gran multitud actual de diferentes razas de perro y las enormes diferencias en su tamaño y el aspecto general son hechos que hacen que sea difícil de creer que podrían haber tenido un ancestro común.
Uno piensa en la diferencia entre el Mastín y el Spaniel japonés, el Deerhound y el Pomeranian, el San Bernardo y el Terrier Miniatura Negro y está perplejo al contemplar la posibilidad de que hayan descendido de un antepasado común.
Sin embargo, la disparidad no es mayor que la que existe entre un caballo y un pony, o la que se da entre el ganado, tanto vacuno como caprino, y todos los criadores de ganado y de perros saben lo fácil que es producir una variedad de tipos y tamaños con estudiada selección.
Aun en nosotros, los seres humanos, se dan diferencias notables dentro de la complexión física de las diferentes razas. Y hasta hay casi gigantes y pigmeos.
En el próximo post vamos a comparar el perro con el lobo para aprender más y encontrar el hilo del asunto.