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Es habitual que la realidad atrape a la ficción. El drama de la inmigración, instalado en la portada de todos los medios de prensa desde hace unos meses, lleva siendo tratado por el cine desde tiempo atrás y estas dos producciones comparten, con curiosas similitudes, abordan con honestidad y coraje este tema tan delicado.Dheepan, último trabajo del veterano Jacques Audiard, se mueve entre los géneros sin reparo alguno, crónica social, drama, western tardío actualizado, guerrilla urbana e inicia su historia de una manera espectacular, poética e inspirada(sólo por esta escena ya merece la pena verla). El cineasta cambia de tono en cada tercio de la película, método que le ha dado un excelente resultado, en vista de la Palma de Oro, entregada por los mismísimos hermanos Coen, en el último festival de Cannes.
Dheepan es un soldado, combatiendo en el pasado entre los Tigres de la Liberación, que decide huir de la guerra civil de Sri Lanka. La única posibilidad para escapar es crear una familia ficticia. Una niña huérfana y una mujer, en su mismo caso, deciden presentarse como familia y consiguen así llegar a un país de asilo, Francia.
Inspirada de las Cartas Persas de Montesquieu, bajo la influencia de Perros de paja (adaptación que sueña de realizar el cineasta), Jacques Audiard continúa con el análisis de la testosterona masculina y los disfuncionamientos sociales. Pese a su fuerza e interés, reconozco que su final me dejó totalmente descolocado. Sólo lo puedo entender como una sutil ironía (¿pragmatismo inglés frente a idealismo francés?). Ya me contaréis qué os parece a vosotros.
Sin duda alguna, lo mejor son los protagonistas de la película. Desconocidos de la gran pantalla, con vivencias muy similares que transmiten todo la dureza y crueldad de esta intolerable situación. Incluso Mediterránea va más porque su director conoció a su protagonista en un centro de acogida. La realidad también se instala en la ficción.
En Mediterránea son un puñado de emigrantes de Burkina Faso, que atravesando el mediterráneo, llegan al sur de Italia e intentan como Dheepan reconstruir su vida.
Mediterránea transpira belleza por cada uno de sus fotogramas, sus protagonistas son espectaculares, la situación presentadas de una altísima tensión y un verdadero momento de excelente cine de la mano de Jonas Carpignano.
Ambas películas acaban con un potente estallido de violencia, distinta en cada caso, pero que explica sinceramente y muestra en su integridad, lo que los medios de prensa anuncian demasiado breve. Tan cierto como la vida de los propios protagonistas. También presentada en Cannes, en su caso en la Semana de la Crítica, Mediterránea es una de las películas más potentes y comprometidas del año.