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Dicotomías argentinas para extranjeros

08/05/2009 20:10 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Frente a las elecciones del próximo 28 de Junio vemos alternativas que aparecen un tanto extremas. ¿Cuál es el origen histórico de estas dicotomías ?

 

Un buen ejercicio para despegarse de la minuciosa frivolidad con la que muchas veces los medios tratan el acontecer político, es pensar que le tenemos que explicarle a un extranjero lo que pasa por estas latitudes. Esto nos obliga a simplificar algunas ideas por el hecho de que nuestro interlocutor es alguien ajeno a los detalles y a la cotidiana transpiración del barro de la patria.Contrariamente a lo que pretende el periodismo, que es generar títulos legibles a simple vista y de alto impacto, debemos ser cuidadosos para no confundirlo. Parados en una situación hipotética como ésta, podríamos decirle que en la Argentina hay dos tradiciones ideológicas bien marcadas en aquellas fuerzas políticas que son y han sido realmente capaces de sostener el poder un tiempo suficiente como para modificar algo de la realidad.Estas son: la Liberal y la Nacional Popular. En el medio entre una y otra hay algunas variantes y matices, pero básicamente todos los movimientos o partidos que han existido están inscriptos entre estas dos grandes corrientes. El caso de Alfonsín y su intento de conformar un Tercer Movimiento Histórico, lo mismo que la Transversalidad Kirchnerista, o el Desarrollismo radical, aparecerían como ejemplos de intentos fallidos para superar esta dicotomía “desperonizando” al campo Nacional y Popular. Lo esencial en este punto sería tratar de advertir que en realidad no ha existido hasta nuestros días ningún movimiento político capaz de catalizar unos ciertos sentirse populares sin querer cambiarlos o teñirlos de máscaras de clase media profesional exitosa o bienpensante, ni mucho menos estructuras que pudieran suplir la contención social que, buena o mala, el peronismo ha sabido sostener. Esta dicotomía entre Nacional Popular y Liberalismo no es homologable a la izquierda y derecha de los partidos europeos, en donde se entiende que las clases bajas votan al Laborismo o la Socialdemocracia y los pequeños burgueses a los Conservadores o Socialcristianos. La dicotomía criolla delimita campos de acción política que tienen más que ver con factores culturales y con una especie de utopía de inclusión social relacionada al primer período presidencial de Perón y del otro lado a la utopía agropecuaria de principios de siglo XX. Así llegaríamos al punto de tener que enmarcar esto en nuestra situación actual.

Saldados los problemas que suscita la frivolidad mediática, tendríamos que dar cuenta de los motivos por los cuales hoy vemos tres variantes en el panorama que no escapan a nuestra idea. En la zona gris de nuestro croquis, están por izquierda y por derecha aquellos que reniegan de las dos vertientes históricas y que en última instancia siempre terminan siendo absorbidos por alguna de éstas o simplemente fracasan en el intento. En uno de los extremos aparece la solidez Liberal, que remozada por la tecnocracia y el marketing, se conserva prácticamente sin variantes desde hace 33 años: deseosa de la apertura a los capitales externos, admiradora de las potencias del mundo y amante del orden de quienes deben trabajar y del desorden de los que tienen el dinero. En el otro lado, encontramos a la mutante corriente Nacional Popular que a veces parece plagiando un libreto antiguo, otras permuta también en sus modos liberales y siempre luce épica. Pero con todas sus contradicciones es la única que puede arrogarse el derecho de representación de las clases populares, más allá de sus motivos históricos o económicos. Es así como este esquema nos ayudaría a dar cuenta de la evidente pregunta del extraño acerca de las ideas mesiánicas del Kirchnerismo actual y del Liberalismo noventero o setentista, hoy escondiendo sus garras debido a la derrota que supuso el colapso financiero.

Diríamos que hay que tener cuidado con las estigmatizaciones en términos de buenos y malos porque lamentablemente en el análisis político esto no tiene ningún sentido y menos si hablamos de campos que se centran en el principio pragmático de gobernar. Que tanto la tradición liberal como la Nacional Popular son las únicas formas de ejercer el poder que este país ha conocido, y que en el caso del menemismo la confluencia de estas dos variantes fue justamente lo que le permitió hacer estragos de todo tipo. Y que si bien es cierto que existen los matices y que hasta sería importante que éstos alguna vez cobraran envergadura, en la historia argentina ninguna fuerza intermedia (incluída la UCR en todas sus facetas) ha podido sostener un proyecto político a mediano plazo por fuera de estas dos tradiciones tan marcadas. Es cruel, cínico, triste y hasta reduccionista, pero esta sería una buena forma de explicarle a un extranjero nuestras opciones.

 


Sobre esta noticia

Autor:
Calcagnoagustin (2 noticias)
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Tipo:
Opinión
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