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Digan lo que digan y hagan lo que hagan, todo estará mal

07/11/2020 17:56 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La información en este mundo globalizado ha pasado a ser “increíble” para gran parte del público, sobre todo para esa gran parte del público que sólo lee los titulares o los resúmenes de las noticias, sin llegar a leerlas en su totalidad

 

Y la credibilidad es sumamente importante para todo y para todos, la credibilidad, es la base en la que se sustenta la confianza.

La pandemia, ha venido a contribuir a este “sentimiento generalizado” de desconfianza, reforzada por el miedo a lo desconocido, por el miedo al futuro y por no ver la luz al final del túnel.

A este caos han contribuido los desdichados ejemplos de algunos gobernantes que han hecho caso omiso a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y que han preferido crear mayor confusión si cabe ante una pandemia global que ya se ha cobrado millones de muertes en todo el planeta.

Esta actitud condenable y miserable de la que son cómplices buena parte de los ciudadanos de estos países, contribuye aún más si cabe a la confusión de otros ciudadanos y de otros pueblos.

Las medidas de carácter contradictorio que ha tomado algunos gobiernos, diciendo hoy una cosa y mañana la contraria ha sembrado el desconcierto en sus ciudadanos.

Así se explica el negacionismo y otras actitudes incomprensibles de sectores minoritarios que en muchos países desarrollados han promovido manifestaciones llamando a la desobediencia y negando la gravedad de la pandemia global.

Así se explica que buena parte del fundamentalismo religioso aúpe este tipo de movimientos, especialmente las iglesias evangélicas cristianas y los supremacistas blancos, que se afanan en negar la evidencia de una pandemia sin precedentes en la historia de la humanidad.

Por otro lado buena parte de occidente, no acaba de entender cómo ha sido posible que China y en general los países orientales hayan sido capaces de controlar la pandemia.

Y esto es debido fundamentalmente, a la diferencia de mentalidades, a ese concepto de supremacía que siguen albergado en el subconsciente de los occidentales, que tienden a despreciar e incluso a ignorar a los orientales y sus logros a lo largo de la historia.

No se acaba de admitir que los países orientales hayan sido capaces de doblegar y superar la pandemia, mientras tanto los países occidentales más estrictos en el confinamiento vuelven a sufrir una segunda ola de contagios masivos que ha llevado a nuevas medidas de confinamiento parcial y que terminarán en algunos casos en un nuevo confinamiento total.

El voluntarismo jamás sustituirá a la eficacia

Gran parte de los ciudadanos de las sociedades occidentales, están convencidos de que hagan lo que hagan sus gobiernos, todo estará mal o incluso peor que antes.

Y este es un asunto muy preocupante, preocupante no sólo para los gobiernos, preocupante para sus conciudadanos y para la economía de occidente que ve, cómo día a día cierran más y más empresas, hundiendo su economía y destruyendo sus mercados.

Sufriendo la muerte de seres queridos, por culpa de la ineficacia del Aparato del Estado que es incapaz de establecer un sistema de prevención y control adecuada de la pandemia, tal como han establecido los países orientales.

No han aprendido la lección de los orientales, disciplina, organización, programación, eficacia y corrección de errores.

No han aprendido de los países orientales el valor de la autocrítica, algo que en occidente sólo se entiende como una escusa ante el evidente error, sin poner los medios necesarios para rectificar y perfeccionar lo que se ha hecho mal.

La autocrítica lleva implícita la necesaria rectificación y los medios para no volver a caer en un nuevo error, es decir aprenderse la lección y no volver a equivocarse.

Claro que para eso hacen falta unas buenas dosis de humildad y vocación de ser útil a la sociedad, en lugar de erigirse en víctima de los conjuros de una sociedad ignorante que no entiende a sus gobernantes, algo muy extendido en occidente, véase sino el caso de EE.UU. o el de Brasil.

El capitalismo occidental no ha aprendido que si se mueren los consumidores y los trabajadores, el que pierde es el capitalismo, que los muertos no producen y que los muertos no consumen.

El capitalismo occidental sólo está preparado para producir y vender, le falta aprender a sobrevivir a una pandemia que le llevará a la ruina.

Es hora de que el fascismo y la derecha revisen aquello de que si no hay empresas no hay trabajadores, por que si no hay trabajadores, para qué coño sirven las empresas?

Lo dicho, al rincón de pensar y si no, a copiar a los chinos.

 

@ordosgonzalo

 

gonzalo  alvarez-lago   garcia-teixeiro

 


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