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Un hogar es más que ladrillos, cemento y acero; una casa es más que sus materiales. El hogar se construye con el día a día y la casa no es la excepción
Diseñando más allá de los ladrillos
Un hogar es más que ladrillos, cemento y acero; una casa es más que sus materiales. El hogar se construye con el día a día y la casa no es la excepción. Si bien, entendemos que un proyecto arquitectónico nuevo tendrá siempre un aspecto sublime, el verdadero reto que tiene el diseño de interiores es mantener esta sensación etérea a lo largo de la vida útil del proyecto. Todo en esta vida se desgasta, incluyendo los materiales de una casa. Por eso mismo hay que estar conscientes del mantenimiento y renovación continua que hay que darle al lugar en el que se vive. Para esto, existen dos tipos de mantenimiento: preventivo y correctivo. El primero es básico y debe considerarse desde el inicio de la construcción. Este atiende desde acciones como limpieza, jardinería y cuidados generales hasta pinturas, barnices e impermeabilizantes. La construcción de una casa no termina con los trabajos de obra, sino que continúa cada que se vive en ella. El mantenimiento correctivo comúnmente se entiende como una reparación de algo roto o descompuesto, en realidad se habla de una renovación, acto de revivir el espacio por medio del diseño. La naturaleza transformable del humano nos incita a estar en constante cambio, abrazando la renovación. La filosofía regidora y estilo de vida de una sola persona se transforma numerosas veces a lo largo de su desarrollo. Es por esto que surgen las modas y tendencias que son cíclicas además de estar en constante cambio. La vivienda debe adaptarse a las exigencias contemporáneas, alterando su función y actualizando su expresión para así lograr una mejoría en la calidad de vida de sus ocupantes. A causa de una mala interpretación de conceptos, puede presentarse cierta incertidumbre referente a la renovación. Si bien, renovar se refiere al cambio drástico de elementos del diseño, no es necesario un cambio de estilo o del concepto original con el cual se diseñó el proyecto. Es pertinente aclarar la diferencia entre estilo y corriente. El primer concepto habla de un movimiento artístico alusivo a una expresión filosófica, condicionado a un contexto específico. En otras palabras, una corriente es una expresión artística que se desarrolla en un tiempo y espacio determinado rigiéndose por características externas. En contraste, el estilo es una asociación de productos con un mismo concepto estético, atemporal, integral y con un gran alcance cultural. El desafío de los diseñadores, ultimadamente, es identificar el estilo del proyecto, desarrollando una propuesta de renovación con los elementos de la corriente nueva. Reflejando de esta forma la actualizada expresión filosófica del ocupante sin corromper el alma de la vivienda. https://landandbuilding.com/blog/2021/08/24/disenando-mas-alla-de-los-ladrillos/
“El que ignora la belleza rápidamente se quedará sin ella. Quien invierte en ella la tendrá todos los días de su vida.” –Frank Lloyd Right