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Como creo que ya me la pasé bastante tiempo de corrido criticando duramente tantas cosas y haciendo énfasis en cosas negativas o poco agradables de tratar o pensar, voy a hacer esta entrada con un foco distinto, donde también voy a considerar muchas cosas buenas respecto a la "amistad".
Bueno, ¿qué decir sobre la amistad? Es un tipo de relación y vínculo que creo que todos hemos experimentado alguna vez en nuestras vidas, y lo más curioso es que hay muchos tipos de amistad de los cuales nos podemos dar cuenta sin hacer una tipología rebuscada o leyendo algún manual o algo así.
A simple vista podemos notar que hay personas con las que tenemos un trato amistoso ocasional y que nos caen bien, personas con las que tenemos una amistad reciente, otras con las que tenemos una amistad pero que no vemos casi nunca (pero sabemos que van a estar ahí para nosotros), como también amistades que son regulares y constantes, agregando además amistades sólidas, añejas o tan intensas que crean un vínculo especial entre dos personas, inclusive el enamoramiento mismo fuck you, friendzone
La amistad obviamente tiene muchísimos beneficios, que van desde uno enriquecerse a nivel intelectual, emocional, social o espiritual, como el ayudarnos a mantenernos cuerdos y sanos más fácilmente. También puedo agregar el experienciar muchos momentos o instantes de sensaciones y afectos agradables y positivos, como también evitar, elaborar o descargar emociones y sentimientos tales como angustia, frustración, tristeza, soledad y demás.
No sé si es muy común entre las personas que constantemente se digan "amigo" explícitamente, quizá sea porque muchas veces hay un trato tan informal que se les pasa por alto, o porque simplemente uno comienza a relacionarse con otro y cuando menos se da cuenta ya se tiene un vínculo amistoso (o una potencial gran amistad), pero sí puedo afirmar que uno sí se da cuenta y muy bien cuánto nos afecta el otro, ya sea al echarlo de menos o al ver en nuestro interior o a nuestro alrededor cuánto cambió nuestra vida desde que conocimos a esa persona y comenzó a ser parte de ella: ¿regalos de su parte en una mesa? ¿nuestro humor cambió? ¿nuestra mente se ocupa con pensamientos referidos a esa persona? ¿un compromiso que tenemos dentro de una hora porque vamos a juntarnos en grupo?
Por otra parte, creo que las personas a medida que van compartiendo cosas y a medida que el tiempo progresa, van enriqueciendo, estructurando y modificando el concepto que tienen del otro, ya sea por conocer sus rasgos y constancias como así también sus miedos, debilidades, complejos o costumbres.
Además puedo decir que uno va "calculando" cuánto potencial se tiene con el otro o qué "límites" puede llegar a tener, y esto se nota cuando vemos que tenemos tanta afinidad, confianza, cariño y dedicación al otro que básicamente siempre nos entendemos, o al menos lo incluimos en nuestra rutina de una manera importante.
Pero por otro lado, refiriéndome ya a las amistades con "límites" puedo citar ejemplos tales como amigos que viven distanciados físicamente, sujetos con personalidades opuestas o que al conjugarse mucho pueden surgir resultados un tanto incómodos o caóticos (peleas, ponerse pelotudos, discutir mucho) y también cuando con el/los otro/s no tenemos mucho en común (temas/gustos/intereses para hablar, compartir, etc.)
El caso es que la amistad representa muchísimo si uno se pone a significarla y valorarla en un nivel más abstracto o metafórico: yo dije de manera tonta que amigos son aquellos con los que querrías sobrevivir y resistir un apocalipsis zombi, como también son aquellos aliados de la vida que sabés que te van a echar una mano cuando no tengas a dónde ir o cuando ya no tengas fuerzas para sostenerte por tus propios medios, como algún caballero exiliado buscando un nuevo reino sobre el cual ampararse o algo así.
La amistad también produce un sentimiento de fraternidad, de hermandad, de compañerismo, y son básicamente la familia que uno elige y no con la cual venimos al mundo o nos es impuesta por asuntos de consanguineidad o políticos y demás. Estas personas son una manera de demostrar que uno es aceptado, admirado, querido o necesitado por otros en su vida, es una manera de demostrar que uno puede tener vínculos exogámicos y que tiene la habilidad de abrirse y compartir su mundo interior con otros.
El sonreír al verte en fotos con esas personas, el escribirse seguido con ellas, el referirse a ellas orgullosamente con terceros, el preocuparte por ellas, el afligirte cuando sabés que pueden estar presionadas o agobiadas por ciertos asuntos o el cambiar de humor al simplemente tenerlas cerca son indicadores generalmente de que tenés una amistad importante, o al menos un trato sano y que te hace bien, y que es un gusto y que dibuja una sonrisa seguido.
Ellos pueden cumplir distintos roles: de terapeuta cuando intentan comprenderte y contenerte, escuchándote e interpretando tus sentimientos y pensamientos, de hermanos o familia cuando crecés junto a ellos, de rivales inclusive cuando deciden confrontarte o cuando disienten abiertamente con vos, sea por alguna actitud tuya o sea por diferencias consecuentes del hecho mismo de relacionarnos con los demás, o inclusive de abogados cuando ponen todo su esmero en defenderte o mantener tu nombre limpio ante las adversidades o personas que intentan arruinarte el día.
En caso de haberlos perdido o habernos distanciado de ellos (puesto que las relaciones y las personas cambian con el tiempo) pueden ser un lindo recuerdo, una buena anécdota o también un motivo para la nostalgia, siendo imposible que nos de igual el haber perdido una parte nuestra o siendo no-creíble que lo superemos tan rápido.
¿Pero las amistades son perfectas? Es obvio que no. Suponen generalmente limar asperezas, tener paciencia y tolerancia, apertura al otro y la capacidad de recibir de él. También supone modificar algunas cosas o estar abiertos al cambio, demandan tiempo y energía, y hasta inclusive nos dan unos cuantos dolores de cabeza al intentar decidir qué hacer con estas personas ante ciertas situaciones tensas.
¿Cómo termino esta entrada? Afirmando que terminé de expresar estas reflexiones que prometí arriba sobre esta curiosa naturaleza que puede adoptar un vínculo con el otro, sin el cual nuestra vida podría ser monótona, opaca, insípida y aburrida.