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Los velatorios se realizaron en distintos puntos de la Capital y el Gran Buenos Aires. Mientras tanto, más de diez dotaciones siguen trabajando para extinguir el incendio que sigue en uno de los depósitos de archivo de documentación de empresas
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Monseñor Poli deseó a los familiares y allegados de los servidores públicos fallecidos "que el Señor resucitado los anime, les dé fuerza y los consuele en estos momentos de tristeza, de dolor y de partida".
"Recordaremos para siempre a nuestros camaradas muertos, no resulta sencillo expresar nuestros sentimientos de impotencia, desconcierto e incomprensión" por lo que ha sucedido, afirmó el Superintendente de Bomberos, Héctor Martínez, al despedir los restos.
"Nuestra función de bomberos -dijo- nos obliga diariamente a transitar experiencias muy opuestas y, a veces, sufrimos cuando una vida se nos escapa de las manos. Ellos expresan cabalmente los valores de nuestra institución, serán nuestro ejemplo, nuestro orgullo y nuestra motivación".
Una multitud acongojada acompañó la ceremonia de último adiós a los bomberos, que comenzó a la medianoche con el velorio en el Salón Dorado de la Jefatura de Policía y culminó en el panteón de la fuerza, donde también leyeron el mensaje de condolencia que el papa Francisco envió desde el Vaticano.
En ese panteón descansarán los cuerpos del comisario inspector Leonardo Day, la subinspectora Anahí Garnica -de la primera promoción de mujeres en la Superintendencia de Bomberos-, el cabo primero Damián Béliz y el agente Juan Matías Monticelli.
En tanto, los restos del cabo primero Eduardo Adrián Canessa y el agente Maximiliano Martínez fueron sepultados en cementerios privados y Sebastián Campos, el bombero voluntario de Vuelta de Rocha, fue velado en el cuartel en el que trabajaba, situado en Garibaldi 2042 del barrio de La Boca.
En el siniestro también murieron los rescatistas Pedro Baricola y José Méndez, integrantes de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires.
A Barícola lo velaron en Villa Adelina -norte del conurbano- y fue sepultado en Olivos, en tanto el velatorio de Méndez fue en el cuartel de bomberos de Wilde.
Previamente, el jefe de la Policía Federal, comisario general Román Di Santo, habló de "héroes" al referirse a los bomberos fallecidos en el derrumbe del depósito cuando combatían el incendio.
"Son nuestros héroes, es un día de luto para la institución, perdimos seis hombres", destacó esta madrugada el máximo dirigente de la fuerza de seguridad, al concurrir al velatorio de los seis bomberos de esa fuerza.
Mientras tanto, más de diez dotaciones de bomberos continuaban trabajando esta mañana para extinguir el incendio que sigue en uno de los depósitos de archivo de documentación de empresas.
Los fallecidos fueron el comisario inspector Leonardo Day, la subinspectora Anahí Garnica -de 27 años, madre de una niña y miembro de la primera promoción de mujeres en la Superintendencia de Bomberos-, los cabos primero Eduardo Adrián Canessa y Damián Béliz, además de los agentes Maximiliano Martínez y Juan Matías Monticelli.
Raúl Garnica, papá de la bombero Anahí Garnica y bombero también durante 33 de sus 56 años, dijo que "el dolor de la pérdida es inconmensurable, y con gusto cambiaría mi situación por la de ella si se pudiese".
"Anahí siempre quiso ser bombero, pero la Policía Federal hasta hace unos años no aceptaba mujeres, así que se había puesto a estudiar porque era muy inteligente pero ni bien se enteró que iban a tomar chicas fue la primera en salir corriendo a inscribirse", recordó.
"El día que me vino a contar que iba a ser bombero no le quise creer, pensé que me estaba haciendo una broma, pero tenía una cara de felicidad tan grande que me convenció de que era cierto", añadió el papá.
"Tuve el orgullo de poder servir con mi hija en varios operativos y no tengo dudas de que era una gran bombero, de esas de un incendio por día. Ver tanta gente que hoy la viene a despedir sinceramente a pesar de no haberla conocido también me emociona mucho", concluyó Garnica.
Marcelo Tucci, jefe de los bomberos voluntarios de Florencio Varela, dónde se formó Maximiliano Martínez, contó que: "Maxi llegó al cuartel de muy chiquito con una vocación enorme, y cuando nos dijo que iba a hacerse bombero de la policía Federal para poder vivir de esto y dedicarse de lleno nos pareció normal".
"Durante seis meses estuvo yendo y viniendo de Florencio Varela a Capital Federal, cumpliendo tareas de bombero en los dos turnos en ambos lugares con una energía enorme, pero hace tres meses empezó a armar una familia con su novia y como tenía que mudarse a Wilde renunció llorando a los bomberos de Varela", agregó.
"Maxi estaba siempre dispuesto a salir y a dar una mano, su vida era ser bombero y se va a hacer difícil acostumbrarse a su ausencia", finalizó.
En el siniestro también murieron los rescatistas Pedro Baricolo y José Méndez, integrantes de Defensa Civil de la Ciudad de Buenos Aires.