Esta medida, el pin parental, forma parte del asalto a la enseñanza desplegado por Vox con apoyo de sectores ultacatólicos como HazteOír, su objetivo no es otro que impedir que los niños puedan asistir a charlas contra la homofobia, bifobia y transfobia. Para ello se agarran a argumentos como la tan manida libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, ya que a su entender esto es adoctrinamiento.

Lógicamente, las organizaciones educativas se muestran contrarias a la propuesta, a la que califican de censura e intromisión educativa. Hecho que sin duda alguna vulnera el derecho a la educación integral de los niños y niñas de Murcia, Andalucía y Madrid, que son las autonomías donde Vox puede presionar para que PP y Cs traguen con este sapo.

Pero, ¿qué hay detrás de esta estudiada medida? Está claro, debilitar la democracia y acentuar la desinformación de los más jóvenes para que crezcan en una total ignorancia de la realidad social que tanto miedo causa en la ultraderecha. El partido radical reclama así que los padres tengan la opción de autorizar a sus hijos a ausentarse de las aulas cuando se vayan a impartir contenidos de género.

Cuando el prodigio intelectual de Teodoro García afirma cosas como que «Pedro Sánchez quiere adoctrinar a tus hijos de forma obligatoria con charlas extracurriculares», está pisoteando el derecho a una educación sana, real y veraz de los estudiantes.

El control en las aulas ha sido históricamente el origen de los movimientos extremistas y del fascismo

España siempre ha sido un país plural. Tenemos un sano planteamiento autonómico, con una rica cultura lingüística, unos excelentes profesionales en la educación pública y un buen aunque también mejorable sistema educativo. El problema es que la derecha es intolerante y le cuesta asumir esto. Siendo tan constitucionalistas como se dicen.

No se pueden utilizar argumentos tan peligrosos para cuestionar la libertad de cátedra y la profesionalidad de los docentes, acusando al profesorado de ideologizar contenidos para lanzar mensajes partidistas. Porque eso genera desconfianza social en el sistema.

Pero lo peor es que con esta medida pretenden introducir elementos de control en las aulas y limitar una educación plural, un pensamiento crítico y modelar al menor al gusto de su ideología.

Hablan de que el Gobierno quiere adoctrinar a los estudiantes, pero ¿qué es el adoctrinamiento? ¿Acaso es adoctrinamiento hablar de la igualdad entre hombres y mujeres? ¿Es adoctrinamiento hablar de pluralidad? ¿Hablar del medio ambiente o de la xenofobia? ¿No es más adoctrinamiento imponer unas determinadas creencias religiosas, negar la diversidad sexual o inculcar ideología pro vida contra la eutanasia o el aborto? ¿Es adoctrinamiento enseñar literatura, filosofía, pensamiento crítico, otros pensamientos religiosos? Que nos explique esto Vox, pero que lo hagan abiertamente, sin subterfugios. Porque igual los demás estamos equivocados.