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Cómo miramos para otro lado, cuando es nuestro deber jugarnos
A fuerza de solicitar a menudo la intervención de la Justicia, por el carácter de mi profesión (Abogado), en cuestiones delicadas donde se juegan derechos humanos tan importantes, como el trabajo, la salud, la vivienda única y digna, observo con estupor la liviandad conque distintos integrantes de dicho Poder, descuidan sus más elementales deberes, los de prestar un adecuado servicio de justicia, apelando a subterfugios como los de apelar a declarar abstracta la cuestión, cuando no se dan las mas elementales condiciones procesales para hacerlo. O de afirmar que no existe por parte de un fiscal, cuestión constitucional o de interpretación de normas en una causa judicial. Todo con el fin último de eludir su obligación de expedirse en la cuestión de fondo, donde los Juzgados y puestos en la Picota, son Miembros del Mismo Poder JUdicial, todo ello en el marco de una acción de AMPARO ( el proceso más rápido) para obtener justicia.-
La reflexion final y definitiva para juzgar esta falta de compromiso, con el Rol que debemos desempeñar en una determinada sociedad, es la ausencia de una cabal vocación, en estos personajes que, sólo formalmente esgrimen el carácter de jueces o fiscales, para ser magistrados de un Poder al que le cabe dentro de la división de tareas de Montesquieu en el Espiritu de las Leyes, el más excelso de todos los roles, cual es el de administrar justicia en el caso concreto, entendida como la Perpetua y Constante voluntad de dar a cada uno lo suyo de acuerdo a la inmortal definición de ULIANO.-
Lo más triste de esta historia es que estos mismos personajes que en lo cotidiano no ejercen tan excelso deber, dictan cátedra en algunos casos o escriben libros, para expedirse sobre el "deber ser" sintener autoridad moral para hacerlo, entendida la misma, como el ejercicio del Rol en o cotidiano. Al que le toque el sayo que se lo ponga.-