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Principal Las Energías Renovables y el Cambio Climático. Vie, 04/06/2012 - 23:15 CONTAMINACIÓN Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Todos los días -muchas veces sin ser conscientes de ello– usamos grandes cantidades de energía para satisfacer nuestro estilo de vida, la utilizamos en todas partes.
¿Se ha preguntado alguna vez cuán importante es la energía para usted y la sociedad?
Bastaría imaginarnos el caos que se ocasionaría en tan sólo un día si por cualquier razón la compañía eléctrica no suministrara y tampoco se dispusiera de petróleo:
No habría transporte, no tendríamos luz eléctrica por la noche, no funcionarían los electrodomésticos, ni los ordenadores, no abrirían los bancos, se paralizarían las industrias, no habría manera de hacer llegar las mercancías a los comercios, tendrían graves problemas las comunicaciones, ni siquiera los ejércitos podrían movilizarse… Sólo gozarían de electricidad las casas y ciudades que se hayan independizado de la red general de electricidad autoabasteciéndose mediante energía renovable.
Lo mismo sucedería en el transporte: sólo funcionarían los coches solares, los que se alimenten de biocombustibles o hidrógeno y los autos híbridos a baja potencia para funcionar con el motor eléctrico sin tener que activar el de gasolina.
La energía es lo que mueve al mundo y sin ella nuestra llamada «civilización moderna» quedaría absolutamente paralizada.
La energía es el riego sanguíneo de la economía y del sistema financiero en su conjunto. Y debido a que la principal fuente de energía hoy día siguen siendo desgraciadamente el petróleo y los combustibles fósiles en general y la energía nuclear, que cubren nuestra gran creciente demanda, entonces el resultado es que hemos creado una sociedad adicta al petróleo, a las energías sucias.
¿Somos conscientes de la situación?
A diario consumimos miles de millones de barriles de petróleo, producimos millones de toneladas de emisiones y residuos por la quema de combustibles fósiles, así como abrumadoras cantidades de residuos nucleares.
Para satisfacer nuestro estilo de vida tan consumista envenenamos nuestro propio medio ambiente, como una droga que nos mata poco a poco, satisfaciéndonos por un instante, aislándonos de la realidad.
Afortunadamente para la vida en general los combustibles fósiles están ya agotándose y por lo tanto encareciéndose. Estamos presenciando el principio de su final.
Ellos son los responsables del calentamiento global y el oscurecimiento global, que a su vez están produciendo un cambio climático a escala mundial cada vez más devastador, hasta el punto de haberse convertido en una seria amenaza para nuestro futuro como humanidad.
Pero si la chispa que mueve al mundo es la energía. ¿Qué alternativa existe? ¿Qué camino debemos tomar para sustituir nuestras fuentes de energía?
Como nos decía el genial filósofo, poeta y novelista George Santayana: «El hombre y las sociedades que no conocen su historia, están condenados a repetirla».
Para no volver a cometer los mismos errores, tenemos que aprender de nuestra historia:
1- No podemos elegir tipos de energía que produzcan emisiones ni residuos contaminantes.
2- La economía mundial no puede estar basada, de ninguna manera, en fuentes de energía no renovables, que tarde o temprano agotaremos.
3- Debemos rechazar cualquier central de energía que suponga peligro y riesgos bélicos, terroristas, negligencias, etc. como las nucleares. Asimismo riesgos de transportación como en el caso del petróleo y nuevamente los materiales peligrosos de las nucleares.
4- El autoabastecimiento y la autogestión energética será siempre más justa, más práctica, democrática y equitativa que el depender de un sistema energético monopolizado y centralizado.
5- No tiene mucho sentido depender de combustibles de difícil extracción, hallazgo y transportación, ya que para ello se requiere de mucha energía para obtener energía, como los fósiles y el uranio empleado para la energía nuclear.
Claramente la energía nuclear no cumple ninguna de estas condiciones y aspectos. Las energías renovables cumplen todos nuestros requerimientos. No tienen procesos de combustión, son capaces de tomar los recursos energéticos de la naturaleza y transformarlos en energía útil para el hombre sin producir residuos ni emisiones contaminantes: su produccion es limpia.
Las energías renovables son un regalo excepcional y fantástico que la naturaleza nos brinda en las propias manos y de manera inagotable: No hay que excavar para recibir el sol, ni el viento, ni las olas del mar...es disponible y Los recursos energéticos de la naturaleza se renuevan constantemente.
Otra característica importante es que existe gran variedad de formas, ya que al ser tan versátil se puede disponer de la radiación solar, del movimiento del viento y del agua en ríos y mares, de la materia orgánica de los bosques, de los géiseres, y esto la hace «universal», puesto que todo país tendrá alguna fuente renovable.
El que no tenga sol, tendrá viento y olas de mar; el que no tenga ríos ni mar tendrá sol y biomasa.
España, como muchos otros países, es un país enteramente dependiente, ya que al no poseer petróleo está obligado a importar el 99 por ciento del petróleo que consume.
Desde hace ya 5 años el experto más respetado de la energía mundial, Jeremy Rifkin, economista y autor de varios éxitos literarios como «La economía del hidrógeno» o «El siglo de la biotecnología» y presidente de la fundación «Tendencias Económicas» aseguró que «si no llevamos acabo la transición hacia las energías renovables rápidamente, la próxima generación vivirá una catástrofe». Este experto insiste en que se disponen únicamente de 25 años antes del final del petróleo para concluir la transición energética. Y señala que «un petróleo caro y escaso, dólar débil, economía estancada y subidas de tipos de interés son los elementos precisos para una crisis económica mundial.» Diario Vasco, Expectativas. Octubre 30/2005
Las energías renovables deberían ser ya nuestra principal fuente de energía y ahora sólo tenemos 19 años para lograrlo. El experto en energía mundial culpa del retraso enfáticamente a «la miopia y falta de voluntad de los gobiernos y a los intereses de las grandes compañias.»
España está incumpliendo el Protocolo de Kioto que firmó para reducir sus emisiones de CO2, una cuarta parte de sus emisiones son producidas por las centrales eléctricas de carbón. Tan sólo doce empresas son las propietarias de las centrales eléctricas de carbón de toda la Unión Europea. ¿Sólo por los mezquinos intereses de un puñado de compañías tenemos que permitir que se continúe contaminando y agravando los problemas? ¿Por qué no se les obliga a que hagan la pertinente transición a las energías renovables?
El experto Rifkin también señala las pautas para llevar a cabo la transición: «Sería apropiado usar el gas natural, el combustible más limpio de las energías convencionales. No obstante, su precio sube de la mano del petróleo, reducir la energía nuclear, implantar un modelo de ahorro generalizado en la sociedad, incentivar el uso de automóviles híbridos, e invertir en energias renovables.» Diario Vasco, Expectativas. Octubre 30/2005
Ciertamente, lograr una eficiencia energética es el primer paso que se debe dar. El periodo momentáneo de la energía barata y abundante que hemos tenido con la era del petróleo nos ha llevado a despilfarros e ineficiencias de energía, y es muy claro y evidente que la energía más limpia es la que no se consume.
La optimización de nuestros recursos energéticos, evitar el excesivo consumismo y el despliegue de investigación, desarrollo e innovación para mejorar y crear tecnología devengará en un exitoso plan de eficiencia energética.
La Unión Europea ha implantado una etiqueta obligatoria para todos los electrodomésticos que indique claramente su eficiencia energética al consumidor (los productos nuevos pueden ahorrar hasta un 70 por ciento de consumo energético con respecto a los electrodoméstico viejos).
Una transición global
La transcición energética podrá efectuarse de manera paulatina pero en un período ya sólo de 20 años debe concluirse por completo. Debe contener un plan íntegro de la mano de un plan de eficiencia energética y debe darse de manera global, ya que el problema energético es global tanto económica como ecológicamente hablando.
Bastante cortos quedarían los esfuerzos si la transición sólo la efectúan los países desarrollados, pues los demás seguirían contaminando y siendo dependientes económicamente de la energía sucia.
La grave crisis de Irán es debida a que el gobierno se empeña en utilizar energía nuclear.
Si, según ellos, sólo la necesitan para fines pacíficos, es decir, su único argumento es que la necesitan sólo para producir energía eléctrica, entonces ¿Por qué la Unión Europea no ofrece ayuda para implantar un sistema de energía renovable, en lugar de empeñarse en amenazar con sanciones económicas y cosas que no han interesado ni intimidado lo más mínimo a los iraníes?
Si lo que quiere Irán es energía, ¿Por qué no ofrecer energía? ¿Por qué no ofrecer energía limpia y pacífica? ¿Por qué la UE no da el ejemplo y cierra las centrales nucleares suplantándolas por energía renovable? Tal como lo ha hecho la ciudad de Sacramento en Estados Unidos, al cerrar su enorme planta nuclear gracias a la presión pública, y en su lugar desarrollaron una súper estación de energía solar.
Recientemente un sofisticado informe avalado por el gobierno británico alarma al mundo entero de lo que para el simple sentido común es evidente: Las catastróficas consecuencias del calentamiento global en los próximos años si no se toman medidas inmediatas para disminuir las emisiones contaminantes de los combustibles fósiles, como el desplome de la economía mundial; millones de desplazados en todo el orbe; inundación de las ciudades costeras, entre otras catástrofes. EL PAÍS, en portada. Octubre 31, 2006.
En la era del siglo XXI, a pesar de nuestra ciencia y tecnología, todavía tenemos que extraer de la madre Naturaleza todo cuanto necesitamos para vivir: el agua, el aire que respiramos, los minerales, los vegetales y animales. Y a cambio le escupimos.
¿Por qué tanta ingratitud y soberbia? ¿Dónde está nuestro respeto y admiración por la vida y su diversidad, nuestra compasión por los seres vivos? ¿Dónde están nuestros mejores deseos para nuestros hijos, nuestro propio futuro?
Ya sólo quedan menos de la mitad del territorio de bosques en todo el planeta y también somos la causa de la extinción masiva de especies, y esto está a la vista de todo el mundo.
Por civilización se entiende un conjunto de personas civilizadas.
¿Cómo se puede hablar de civilización cuando nosotros -los habitantes- consumimos irresponsablemente desertizando, extinguiendo especies, agotando los recursos y contaminando el planeta? ¿Cómo podemos llamarnos «civilización moderna» si nuestro comportamiento es equiparable al de un parásito? ¿Si nuestro estilo de vida es bastante más nocivo para el planeta que el de nuestros antepasados cavernícolas?
¡Aún estamos a tiempo! La urgente transición hacia las energías renovables es la solución. Nada ni nadie debe impedirla, ¡exijámosla ahora!
Piero Zanatta 2007
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ARTICULO PUBLICADO Revista Natural: www.revistanatural.com/articulo.asp?id=751
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