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La transición española no depuró el Aparato de Estado franquista y menos a sus fuerzas armadas y sus cuerpos represivos, lo que trajo y sigue trayendo como consecuencia, una constante intromisión de los herederos del franquismo en la gestión de cualquier gobierno
El llamado Pacto para la Libertad, se convirtió en una fórmula mágica para pasar de la dictadura a la Transición Democrática y permitir la entrada de España dentro del club de las democracias de Europa, gracias a la claudicación del PCE frente al ala reformista del franquismo.
Pero si observamos detenidamente la historia, podemos ver que el fascismo en España, no ha sido superado y mucho menos borrado del mapa, algo que también ha sucedido en Italia y en otros países de Europa, en mayor o menor grado.
El fascismo sigue esparciendo sus semillas entre el funcionariado, en todas y cada una de las organizaciones armadas del Estado, incluidas las CC.AA..
Los cambios de nombre y de organigrama de los servicios de inteligencia no han llevado a ningún tipo de depuración o limpieza de la vieja guardia fascista y buena prueba de ello son los constates escándalos provocados por las llamadas de forma eufemística cloacas del Estado.
Prueba de ello es que desde el inicio mismo de la transición los militares y los cuerpos represivos han promovido numerosos Golpes de Estado que ha fracasado de forma más o menos estrepitosa.
Para los más jóvenes lo único que les suena es el 23F, protagonizado por la Guardia Civil con la toma del Congreso de los Diputados y la salida de los tanques a las calles de Valencia por orden del General Jaime Milans del Boch.
Después de este fallido golpe, nunca ha quedado claro quiénes estaban realmente detrás, ya que los que pagaron el desaguisado fueron los torpes del pelotón y los que dieron la cara por ellos, además muy probablemente ni ellos mismos sabían que eran marionetas de otros.
Regla de oro de todo fascista es ser tonto útil del que te manipula emocionalmente, así que pasados unos años, los autores reales vuelven a la carga.
A principios de los años 90 se crea el conocido como Sindicato del Crimen (AEPI) Asociación Española de Periodistas Independientes, en el que estaban implicados entre otros los periodistas Pedro J. Ramírez, José Luis Balbín, Manuel Martín Ferrand, Antonio Burgos, Antonio Herrero, José Luis Gutiérrez, Julio Cerón, José María García, Federico Jiménez Losantos, Camilo José Cela, Antonio Gala, Francisco Umbral, José Luis Martín Prieto, Antonio García-Trevijano, Raúl del Pozo, Julián Lago, Pablo Sebastián y Luis María Anson.
La escusa era destrozar al Gobierno de Felipe González, por aquel entonces imbatible en las urnas y conseguir un Gobierno del Partido Popular encabezado por José María Aznar, algunos de ellos se apearon del “Sindicato” sobre la marcha, unos por razones de pudor y otros por miedo a las represalias, unos por descubrir que se trataba de un Golpe de Estado y otros por ver en peligro sus vidas.
La tarta de los golpistas de guante blanco está en los medios de comunicación
Todos llegaron a saber que detrás de la “Operación” que en teoría pretendía la dimisión del entonces Vicepresidente Narcís Serra, estaban las cloacas del Estado, capitaneadas por el bien pagado Coronel Juan Alberto Perote, agente del CESID, que iniciaría una operación de acoso y derribo al Gobierno de Felipe González que culminó con el escándalo de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación).
Narcís Serra dimitió dos semanas después de conocerse que el CESID, había practicado escuchas ilegales a relevantes personalidades de diferentes ámbitos de la vida pública, incluido el Rey Juan Carlos I, pero los perros de presa de las cloacas no cesaron hasta destruir totalmente su imagen y apartalo definitivamente de la vida pública.
El caso de Narcís Serra se repetiría con Jordi Pujol, y con otros muchos políticos, hasta que las Cloacas del Estado se desbordaron con la insubordinación de José Manuel Villarejo, que se montó un chiringuito a cuenta de unos y otros.
Atrás quedaron los enchufes de hijos, primos y cuñados, el reparto de la tarta digital y las concesiones de los canales televisivos, etc., etc..
Esta banda de golfos que se hacen pasar por empresarios y gente honrada no son otra cosa que los herederos del franquismo, que entretejen constantes conspiraciones en torno al Poder, para obtener beneficios personales.
Como siempre los pardillos que les lamen la punta de los zapatos se visten un uniforme y se apuntan a radicalizar al resto de honrados uniformados, que acaban siendo rehenes de estos falsos patriotas cuya única causa es la de sus intereses económicos.
Es en este marco en el que se desarrolla el intento de acoso y derribo del Gobierno de Coalición PSOE-Podemos, en medio de la pandemia más grave que ha conocido la humanidad y a las puertas de una de las más graves crisis económicas de todos los tiempos.
Mi espacio es reducido, pero espero que así se entienda mejor porque se está hablando de intento de Golpe de Estado de guante blanco, Lo de Narcís Serra les salió bien, así que por qué no intentarlo con otros.
Son los mismos perros con diferentes collares y la democracia la tragan por que se la imponen los mercados, nunca han dejado de ser fascistas, el golpismo lo llevan en los genes.
@ordosgonzalo
gonzalo alvarez-lago garcia-teixeiro