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Decenas de miles de monedas de plata procedentes de la Nuestra Señora de las Mercedes, fragata del siglo XIX hallada en el fondo del océano Atlántico por la empresa estadounidense Odyssey, muestran, en una exposición abierta este jueves en Madrid, la victoria de España sobre los cazatesoros.
Ante un enjambre de periodistas, el príncipe de Asturias, que el 19 de junio será proclamado nuevo rey Felipe VI, y su esposa, Letizia, inauguraron la exhibición en el Museo Arqueológico Nacional para celebrar el retorno del tesoro.
Objetos y documentos históricos recuerdan cómo la Marina británica hundió el 5 de octubre de 1804 la Nuestra Señora de las Mercedes, cargado con oro y plata, frente a las costas de Portugal cuando culminaba un viaje desde Perú.
El plato fuerte de la muestra, en el sótano del recientemente renovado museo, es una gran urna de vidrio que contiene, apiladas, más de 30.000 monedas de plata, de las casi 600.000 que transportaba el barco.
El tesoro, de unas 23 toneladas y valorado en más de 500 millones de dólares, volvió a España en febrero de 2012 tras una batalla legal de cinco años con Odyssey, que había descubierto el pecio en 2007.
El Tribunal Supremo de EEUU rechazó en mayo de 2012 los dos últimos recursos, uno presentado por la empresa estadounidense y el otro por el Gobierno de Perú, quien reclamaba el tesoro alegando que la fragata venía de su territorio.
La carga fue hundida 11 años antes de que Perú conquistara su independencia. "Es emotivo", afirmaba este jueves James Goold, un abogado estadounidense que defendió la causa del Gobierno español ante los tribunales norteamericanos. "Lograr devolverlo a España me dice: 'misión cumplida'", agregaba.
- Batalla naval, caza del tesoro -
En 1802, España y Francia habían firmado un tratado de paz con Gran Bretaña roto poco después. La Marina británica pensó que la Mercedes transportaba un tesoro destinado a las arcas de Napoleón. Así que disparó sus cañones contra la fragata, haciendo estallar sus barriles de pólvora y enviándolo al fondo del mar, un momento reproducido en una pintura de la época expuesta en la muestra.
El ataque, conocido como la batalla del Cabo de Santa María, llevó a España a declarar la guerra a Gran Bretaña y volver a las contiendas napoleónicas.
En mayo de 2007, la empresa Odyssey Marine Exploration localizó el pecio a 518 metros de profundidad en el Atlántico. Alzándose con el que está considerado como el hallazgo de un tesoro hundido más valioso de la historia.
España reclamó inmediatamente su propiedad, pero Odyssey la desafió afirmando que el pecio yacía en aguas internacionales. Ademas de Perú, también varios descendientes de los propietarios originales de la carga la reclamaron.
Pero un juez de Florida decidió en marzo de 2012 que el tesoro pertenecía a España. La mayoría de monedas ahora mostradas en Madrid fueron limpiadas, pero algunas de ellas se pueden ver cómo estaban cuando fueron descubiertas, en un amasijo de barro.
Otras 8.000 de estas piezas fueron expuestas el mes pasado en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, en la ciudad de Cartagena. Una tercera exhibición abrió este jueves en el Museo Naval de Madrid, para contar la historia del barco y de la batalla.
Más que un gran tesoro, la recuperación de las piezas perdidas es un motivo de orgullo para España, que en los últimos años ha intensificado la lucha contra el expolio arqueológico en el mar.
Manuel Mortari, coordinador de la exposición desde el organismo público Acción Cultural Española, espera que este caso "sirva como precedente y que la gente tome conciencia también de la importancia del patrimonio". "Es una batalla importante ganada", declaró a la AFP. "Es como ganar un Mundial, que sube la autoestima del país".