España, campeona del mundo, y Francia, campeona olímpica, se enfrentan este viernes (19h) en el duelo estelar de las semifinales del Mundial de Balonmano masculino, donde los anfitriones cataríes y Polonia juegan por su parte en un pulso entre 'outsiders'.

Un España-Francia sería sin duda un duelo digno de una final de Mundial y el ganador será el gran favorito para levantar el domingo el trofeo en el pequeño país del Golfo Pérsico. En los últimos años, los cruces entre los vecinos franceses y españoles se han convertido casi en una costumbre.

La ventaja psicológica es de entrada para los franceses, que superaron a los españoles en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Londres-2012 (23-22) y en las semifinales del Europeo de Dinamarca-2014 (30-27).

"Vamos a enfrentarnos a un equipo que tiene realmente nuestro nivel, con jugadores con tanto experiencia como los nuestros. Nadie puede decir quién es favorito", declaró el seleccionador francés, Claude Onesta.

Los franceses han sido los grandes dominadores del balonmano en los últimos seis años, pero España, con su título mundial en casa en 2013, y Dinamarca con el europeo de 2012, son los únicos que han conseguido grandes victorias recientemente.

En lo que va de Mundial en Catar, España ha encadenado siete victorias en otros tantos partidos, pero ha sufrido en varios de sus compromisos, especialmente en los cuartos ante Dinamarca, a la que sólo pudo ganar en el último segundo (25-24), con un gol de Joan Cañellas, figura de los 'Hispanos' en ese duelo junto a Valero Rivera Jr., que firmó diez tantos.

Francia tuvo un cuarto de final mucho más plácido, por 32-23 ante Eslovenia, y en octavos también se habia paseado, en aquel caso 33-20 contra Argentina.

- La revelación Catar -

En la otra semifinal (16h30), todas las miradas estarán puestas en Catar, el país anfitrión y gran revelación del torneo, con un plantel lleno de jugadores nacionalizados y a las órdenes de Valero Rivera, el entrenador que hizo campeona del mundo a España en 2013.

Polonia es el único obstáculo que separa al pequeño emirato de la gran final del Mundial, una competición donde anteriormente tenía un 16º lugar como mejor resultado.

Por el momento, Catar puede presumir de ser el tercer país de fuera de Europa en llegar a unas semifinales mundialistas, tras los casos de Túnez (4º en 2005 y Egipto (4º en 2001). Ninguno llegó a la final.

Su victoria 26-24 sobre Alemania, un país donde el balonmano es muy popular, rompió todos los pronósticos y prolongó el sueño de Catar, un país que está lanzado en busca de reconocimiento internacional a través del deporte.

"No podíamos imaginar esto hace apenas seis meses, pero en los últimos meses sí. Tuvimos amistosos muy buenos, nos entrenamos bien, con calidad. Y todos pensamos que podíamos hacer algo importante", explicó Bertrand Roiné, francés que defiende al equipo de Catar en este torneo. Polonia, por su parte, fue verdugo en cuartos de Croacia, vigente bronce mundial, por 24-22.