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La esperanza de vida de los hombres japoneses superó el año pasado por primera vez los 80 años, pero es todavía inferior a la de las mujeres, que son las más longevas del mundo, según los datos oficiales.
Un niño japonés nacido en 2013 puede esperar vivir 80, 21 años, frente a los 79, 94 del nacido en 2012, anunció esta semana el ministerio de Sanidad.
Si se compara con el resto del mundo, Japón aparece en cuarta posición en longevidad masculina, por detrás de Hong Kong (80, 87 años), Islandia y Suiza.
Las mujeres japonesas también han aumentado la esperanza de vida hasta los 86, 61 años, superando a las hongkonesas (86, 57).
Según los datos de la agencia de prensa Jiji, su esperanza de vida estaba por debajo de los 60 años en 1947. En 1984, superaron los 80 años y en 2002, los 85.
Esta longevidad se debe sobre todo a un régimen alimentario sano y a un sistema de salud eficaz.
Pero no todo son ventajas en la longevidad, ya que se combina con la caída de la natalidad, amenaza con provocar una grave crisis demográfica y el derrumbamiento del estado del bienestar, ya que hay menos personas para sostener al número rampante de jubilados.
La población de Japón disminuyó en 2013 a unos 127 millones de habitantes. Los mayores de 65 años representan un cuarto de dicha población y se espera que aumenten al 40% para 2060, según los cálculos del gobierno.