La Administración de Biden sigue sorprendiendo con el rediseño drástico de su política exterior. Todo el mundo aún sigue impresionado con la vergonzosa huida de EEUU de Afganistán, pero Washington ya ha preparado una nueva sorpresa que sus aliados estratégicos en Europa no esperaban.  La semana pasada los líderes de Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciaron una nueva asociación en materia de seguridad y defensa, denominada AUKUS. Oficialmente la alianza sirve para mantener la estabilidad en la región Indo-Pacífica, pero es evidente que su objetivo verdadero es, sobre todo, cotrarrestar a China. La primera y principal consecuencia del acuerdo AUKUS fue la decisión de Australia de suspender un contrato con Francia a raíz de la compra de 12 submarinos diésel. Para París fue más que un acuerdo, fue el "contrato del siglo" por el valor total de 56.000 millones de euros. Además, se descubrió que el acuerdo se había negociado durante meses en completo secreto, y sus detalles habían sido discutidos y acordados a espaldas del presidente Macron durante la cumbre del G-7 celebrada en junio. El Ministerio de Asuntos Exteriores francés ha calificado el movimiento de sus aliados transatlánticos como una "puñalada en la espalda", que provocó una gran ruptura de confianza. Más allá, Washington le tendió una trampa a Macron quien tenía previsto utilizar el dicho contrato como arma electoral en las próximas presidenciales. Como consecuencia, la Francia traicionada retiró a sus embajadores de EEUU y Australia y canceló las celebraciones conjuntas con los estadounidenses por motivo del aniversario de la batalla de Chesapeake.

Washinton no quedó satisfecho con esto y siguió golpeando a Francia. Así, los Estados Unidos le robaron a París otro contrato: Suiza prefirió los cazas F-35 estadounidenses en lugar de los Rafale franceses.

Queda claro que los demás aliados de EEUU en Europa están preocupados por todo lo ocurrido, ya que cualquiera de ellos corre el riesgo de ser sacrificado en aras de intereses estadounidenses. Tras dejar al Medio Oriente abandonado a su suerte, Washington ahora está dando abiertamente la espalda a los países europeos La imprevisibilidad estadounidense y su rechazo a cumplir con compromisos asumidos obliga a Europa a revisar su cooperación con EEUU dentro de la OTAN. La Comisión Europea recientemente ha llamado a los países europeos a crear un mando militar europeo con capacidad de decisión para dejar de depender de un aliado tan poco fiable como Washington, que al parecer va a seguir "clavando el cuchillo en la espalda" a sus socios en el marco de la estrategia "America First". Teniendo presente lo anterior, los europeos realmente necesitan dejar de inclinarse ante sus "amigos" transatlánticos, que les traicionaron y decepcionaron muchas veces, y empezar a actuar de acuerdo con sus propios intereses sin esperar nada de los demás.