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El Estado tal cual como lo conocemos es de los monopolios
Los gobiernos de turno y todas las instituciones fundamentales como por ejemplo el Parlamento, la Justicia, las fuerzas represivas etc., no sólo están al servicio de las empresas como fue durante muchos años, sino que de hecho sus personeros son empleados salidos de sus gerencias, ocupando puestos de decisión política.
El Congreso elabora leyes diseñadas a conveniencia de los planes de las multinacionales y por supuesto la Justicia -que es del Estado monopólico- inclina la balanza para esos intereses millonarios.
Este gobierno -como los anteriores- es de los monopolios, y como gerentes de esas empresas y de esos bancos que se han instalado en la Casa Rosada, nos quieren venir ahora con el cuento de que la estatización de las empresas es hacer patria…
También aparecen los otros gerentes que gobernaron el país en años anteriores –hoy afectados por esas medidas- a decirnos que estatizando llevamos el país al retroceso, que en ninguna parte del mundo, salvo en Venezuela de Chávez, pasan esas cosas...
Pareciera que no se percataron que en el propio EEUU, hace sólo unos días, Obama estatizó el 60% de General Motors (GM), la principal empresa automotriz del mundo hasta el año 2008.
Más allá de sus diferencias, nosotros en-tendemos que dentro del sistema capitalista, cuando la burguesía habla de nacionalización, lo que intenta es controlar lo que se descontrola en el caos de la fase imperialista por la que atraviesa el mundo.
Esa estatización de empresas es una gran mentira: ningún gobierno de los monopolios va a estatizar o nacionalizar una empresa si la misma da ganancia.
LUCHA
INTERMONOPOLICA
Lo que sucede en nuestro país es que se nacionaliza o se estatiza una empresa para que los platos rotos de las pérdidas los pague todo el pueblo; a esas empresas se las quiere salvar para luego de saneadas, volverlas a nuevos dueños.
Y quienes están en contra de la estatización o nacionalización son los mismos farsantes y estafadores que durante la época de las privatizaciones lucraron con la sangre de décadas de trabajo de nuestro pueblo.
Ni unos ni otros, ni defensores ni opositores de la estatización, tienen razón.
Decíamos más arriba que el Estado es de los monopolios.
Entonces ¿de qué estatización o nacionalización estamos hablando? ¿Al servicio de quiénes se toman estas medidas?
Por ejemplo, si la energía está en manos del Estado, el mismo la subsidiará a las grandes empresas con el sacrificio de todo el pueblo.
No es casual que el ministro De Vido se haya tirado contra EDESUR (una empresa que se puso al frente de las privatizaciones, que se robaron todo durante más de 10 años, que exportaron capitales a mansalva en contra de los intereses populares), y resulta que este señor se preocupa ahora…
Es simplemente un ridículo, lo que tiene que decir el Ministro es que hoy persiguen a EDESUR porque hay otros monopolios que le exigen a este gobierno que nacionalice o estatice la energía para que todo el pueblo les subsidie a ellos las tarifas, a costos que les permita competir en el mundo y poder incrementar sus ganancias a costa de una mayor explotación de nuestro pueblo.
Si se estatizan los ferrocarriles pasará lo mismo, pero ojo, sólo para las empresas que usan esos medios para transportar los productos terminados, nada de esos privilegios irán para el pueblo.
UN ESTADO
REVOLUCIONARIO
Para que una estatización o una nacionalización tenga efectos directos para favorecer a nuestro pueblo, primero de todo tiene que desaparecer este Estado monopólico y crearse otro, un Estado revolucionario, socialista, que pase a manos de las mayorías y que sea capaz de quitarle el poder de decisión a las minorías.
Así es como comenzaremos a valorar las medidas revolucionarias que sabrán qué hacer con las estatizaciones y nacionalizaciones de quienes hoy explotan, oprimen y reprimen al pueblo.
Una verdadera nacionalización o estatización se la puede diferenciar de estos burdos engaños de “socialización”, cuando son parte de un plan revolucionario que previamente supo tomar el poder.
No nos dejemos engañar y que nos quieran confundir debatiendo nacionalización sí o no. En todo caso, tenemos que llevar el debate para mostrar a dónde van los recursos que todo el pueblo produce con su trabajo y así veremos que, detrás de todos estos alcahuetes de gobernantes, están los monopolios decidiendo qué hacer.
De allí que nuestra posición tiene que ser firme y de principios.
No dejarnos llevar por los debates entre ellos y traerlos a nuestro terreno, al terreno revolucionario, en don-de una nacionalización y una estatización serán consecuencia inmediata para que un poder de todo el pueblo pueda sostenerse dando solución a los problemas que estos monopolios y sus gobiernos jamás quisieron solucionar.«