AZUA, REP DOMINICANA; Difícil, hasta cierto punto es entrar a la imaginación de un ser, que aun desarrollando grandes cualidades intelectiva cae como servir sin escrúpulos a las peores causas, arquetipo de la pendencia enferma como cobro de impuesto trasiega su dignidad a la oferta de las 30 monedas y pasa a la euforia fanática esclavizarte de empuñar a quienes el pueblo no les importa.

Son muchos quienes en la gloria de alcanzar metas, frustrado en su debilidad son peldaños que sujetan a otros, la crisis de los valores como virtud cuestionable los que arrastrar migajas de poder, tras la búsqueda de llegar hacer importantes encubriendo la perversidad de las violaciones.

No es fácil estar frente al espejo para ver el reflejo de los defectos, pero cuando logramos confundir, seducir o comprar la dignidad de muchos, que son  capaces de prestarse a los más perversos actos del encubrimiento, es entonces cuando nos nace las fuerza de arrojar una piedra contra el espejo, ya la dignidad no importa, ya el pudor es un mito y la moral una utopía donde los ideales y los proyectos no  cuentan.

Puedo sentir dolor en medio de tantas indiferencias, puedo sin hacerme eco puedo enfrentar los que en medio de las la oferta de las 30 monedas y  la euforia fanática esclavizarte buscan beneficio a costa de ser agentes del silencio conocedores de una realidad que ocultan, mientras el pueblo paga la culpa y se aleja de propuestas de impulso que lo involucren con el despegue de su desarrollo.

Ya la dignidad no importa, ya el pudor es un mito y la moral una utopía

Un tiempo transcurrido queda atrás sin resultados  de lograr metas, un tiempo que no lo olvidaran los que fueron cómplices de los beneficios, pero si, en la ausencia de soluciones de los problemas un pueblo siempre recordara las huellas de la indiferencia.

Nadie se sorprenda cuando el tiempo no de respuestas, porque en el tiempo no habrá sorpresa cuando se usa la misma inteligencia del individualismo, sectarismo que fortaleció grupo de ocultamiento de la realizada de un pueblo.

La pendencia que  trasiega su dignidad y los venduteros del comercio político en la euforia de su fanatismo serán sembradores de odio y de divisiones, alejando como resultados la falta de la unidad para propuestas que sirvan para en enrumbar al pueblo hacia un mejor destino.

Las huellas como fiel testigo ya no será motivo del olvido de aquello que no se hizo, una cambio de responsabilidad libera de obligaciones, para que se descubra en el tiempo que el espejo aun después de roto es capaz de mostrar los defectos más que de un de todos aquellos a los que el pueblo no le importo

No es fácil estar frente al espejo para ver el reflejo de los defectos

POR HECTOR J. CAAMAÑO