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No se explica ni se entiende, SE VIVE & SE SIENTE

29/06/2015 20:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

El argentino es así, enfermo de fútbol

Empezaba a esconderse de a poquito el sol, la noche se tornaba fría, y las ansias en el pueblo argentino se podían oler a kilómetros.

Es que era así; cuando jugaba la selección, las ventanas relucían banderas albicelestes y los corazones vibraban nerviosos a la espera del partido.

Nadie quería perderse del cotejo. Los embotellamientos eran productos de cada ciudad del país.

La picada y la cerveza se apoderaban de cada mesa, siendo un espectador más.

 Salían los equipos a la cancha, y la presión dominaba el campo de juego, el mensaje era claro: GANAR O GANAR.

En instantes se formaron los jugadores y surgía la canción que nos identificaba como argentinos; la piel de gallina era una constante en cada hincha propio que, con lágrimas en el rostro, encerraba el estadio en un mismo grito eufórico: “¡O juremos con gloria morir!”

 

Arrancaba el juego, y los galácticos de Martino tocaban e imponían su buen juego, mientras que los rivales eran como muros gigantes que buscaban desarmar las gambetas de los nuestros sea como sea.

 

Argentina demostraba que si se encendía podía llegar al área rival, pero a la hora de defender, parecía un equipo primerizo, poco profesional; eran puros desacoples, donde el sufrimiento y el malestar de la hinchada se hacía presente.

De repente, el error defensivo surgía entre los jugadores uruguayos y la viveza del cordobés nos regalaba la victoria temporal: un autopase del ‘flaco’ Pastore, demostrando su elegancia, quien habilitaba a Pablito Zabaleta, que venía corriendo como Usain Bolt a punto de batir alguno de todos sus récords y desplegó un centro sublime para Kun Agüero, que definió de cabeza, culminando una jugada excelente, y con un gol sumamente necesitado.

BAstó con ver cómo la pelota traspasó la línea de cal sobre la yerba para estallar en un orgasmo coral. Lo necesitaban ustedes, jugadores, lo necesitábamos nosotros, los fieles.

Argentina sufría más de lo esperado, los celestes se habían adueñado de la pelota, dejando a nuestra selección frágil a la hora de defender.

Había que ir por más, pero sin descuidar la victoria, había que cuidar al resultado como si fuera oro, me corrijo, había que cuidarlo porque era oro.

La selección no podía perder, no tenía que defraudar a tantos que viajaron y a los que apoyaban desde su hogar. ¡¿Cómo es posible que tarden tanto en pasar 90 minutos?! Mientras tanto, Uruguay buscaba de cualquier manera cortar, agredir y restar al nivel de los nuestros; pero no lo lograron. Por poquito.

 

La realidad es que a esta Argentina le falta la actitud, las ganas de pelear, la alegría y la garra que contagiaban en el pasado mundial. Si buen juego tenemos, muchachos, armas tenemos. ¿Jugadores? ¡Tenemos a la mejor ofensiva del planeta! ¡Tenemos astros! Falta ese no se qué, que me enamore en cada jugada, que den ganas de pararse a aplaudir por cada gambeta.

Ustedes dejen la vida por cada pelota, nosotros estamos ahí cantando con el alma, alentándolos en cada cancha. Donde estén, vamos a estar. Porque el argentino es así, enfermo del fútbol.


Sobre esta noticia

Autor:
Micapereyra (25 noticias)
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Opinión
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