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Con una media de vida de los buques de 27 años, las aeronaves en una escala de vida de 34 y los vehículos terrestres también ya con 27 años de servicio de promedio. La Armada Española enfrenta serias dificultades para mantener sus capacidades ante los escasos presupuestos disponibles
La Meridiana es el encuentro que el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, AJEMA, Teodoro López Calderón, mantiene cada año con los especialistas en defensa de los diferentes medios de comunicación, la meridiana de este 2020 se retrasó en dos ocasiones, la primera a causa del COVID-19 y en una segunda ocasión para no quitar protagonismo a un acto público de la Ministra de Defensa.
Recién celebrada en el Cuartel General de la Armada en Madrid el AJEMA y sus más cercanos colaboradores no dudaron en presentar a los representantes de la prensa un panorama bastante sombrío sobre el futuro inmediato de la Armada.
Sombrío por una suma de factores: la antigüedad de gran parte de sus buques y material, el dado de baja de hasta 20 buques en los últimos diez años por edad y la incorporación de solo seis y la falta de presupuestos que permita a la Armada sostener sus capacidades operativas, cumplir con sus misiones y renovar su material puntualmente.
Un cuadro realista que aunque presentado sin alarmismos pone a las claras los graves problemas de operatividad que enfrenta la Marina Española sin que por parte del poder político sea de mucho interés por intentar solucionarlo.
El tiempo enemigo imbatible
Es innegable que la falta de sustitución de buques antiguos por navíos nuevos es el principal problema de la Armada, durante 10 años, desde 2010 hasta la actualidad no ha habido apenas construcción naval militar en España y los buques que se quedaban viejos y superaban su vida útil iban dándose de baja al cumplir sus años de servicio sin que se les sustituyeran nuevos navíos, los seis BAM entregados hasta la fecha son la excepción. Pero desde su anterior buque insignia, el Portaaviones "Príncipe de Asturias", dos submarinos, patrulleros, buques de transporte y desembarco o vehículos de la Infantería de Marina, la Armada ha dado de baja el material que alcanzaba un límite de edad y no existía una reposición adecuada de material nuevo.
Como expreso el almirante jefe de planes, almirante Sánz, el objetivo es mantener un equilibrio en la gestión de los recursos a corta plazo para mantener en activo las misiones permanentes e internacionales que la Armada tiene encomendadas, equilibrio que se consigue mal que bien alargando la vida útil del material al máximo y optimizando su mantenimiento, y adquiriendo material de segunda mano, "surplus", que sirva de puente hasta la incorporación de equipos modernos y de última fila, una medida que se está aplicando especialmente en tema de helicópteros, aunque provisional es un arreglo cuando menos interesante que aunque no resuelve si aplaza temporalmente el problema.
Pero este equilibrio no es más que un arreglo temporal si no existe una renovación de material en el medio plazo la Armada perderá capacidades y no podrá cumplir las misiones que tiene encomendadas. El AJEMA fue muy categórico al respecto.
El problema de esta falta de renovación es el carecer de un presupuesto de defensa sostenido y constante, España lleva ya tres años con unos presupuestos prorrogados que no proveen la adquisición de nuevo material naval salvo los proyectos ya aprobados previamente, submarinos S-80 y fragatas F-110, que todavía no se han materializado en nuevos barcos.
Para colmo si finalmente se aprueba el presupuesto para 2021, como parece probable a la hora de escribir esta crónica, el incremento de defensa será solo de un 4, 8% totalmente insuficiente y salvo por los presupuestos ya aprobados para los Programas Especiales de Armamento, PEA, (vehiculo 8x8 para el ET, S-80 y F-110 para la Armada y programa FCAS para el EDA) la escasez presupuestaria impediría la consecución de nuevos programas hasta 2028 quedando hasta entonces muchas necesidades por cubrir en las FAS aparte de las que atenúen los PEA.
De hecho el mismo AJEMA anunció que incluso con el presupuesto de 2021 aprobado el gasto seria insuficiente y la Armada solo podría satisfacer el 70% de sus necesidades por lo que una solución inmediata parece imposible.
Las necesidades una a una
Revisando las necesidades de material moderno de la Armada podemos encontrar varios aspectos principales: submarinos, fragatas, helicópteros, aviones embarcados, patrulleros y vehículos de Infantería de Marina.
-Submarinos. Pocos programas de armamento han tenido tanta polémica y se han enfrentado a tantas dificultades retrasos, revisiones e inconvenientes como el programa de submarinos S-80. El programa tras el último retraso provocado por la perdida de carga de trabajo provocada por la epidemia de coronavirus, la botadura estaba prevista para el pasado octubre, ha tenido actualmente un hito importante cuando se ha puesto en tensión al submarino con éxito, "una maniobra más complicada que el colocar un enchufe", como resumió el jefe de planes pues consiste en comprobar que todos los sistemas electrónicos del submarino funcionan y soportan la corriente. Por este logro se prevé que salvo algún inconveniente repentino y totalmente imprevisible, el buque sea botado en marzo de 2021.
Ahora bien a esta botadura le seguirá una batería interminable y exigente de pruebas que se prolongara por dos años por lo que el buque no será entregado a la Armada hasta 2023, hasta entonces la Armada tendrá que apañarse con los dos submarinos de la clase S-70 que le quedan y hasta que la serie de cuatro sumergibles este entregada estos viejos submarinos, aunque con sus carenas ya realizadas, convivirán con los nuevos a medida que sean entregados, por lo que será necesario realizar una adaptación de unos medios a otros y adaptarse tácticamente a las capacidades que el nuevo submarino promete.
-Fragatas. Las fragatas F-80 están en esa media de 27 años de edad que tienen los buques de la Armada pero hasta que sus sustitutas de la clase "Bonifaz", más conocida como F-110, entren en funcionamiento a partir de 2027 y esta nueva serie este en funcionamiento en su totalidad tendrán que seguir las F-80 en activo, con lo que cuando sean finalmente remplazadas para finales de la década de los 30 ya contarán con más de cuarenta años de servicio.
Para entonces también habrá sido necesario realizar las obras de modernización de media vida a las fragatas F-100, clase “Álvaro de Bazán”, antes de pensar en el sustituto de estas, la clase F-120 que aun solo es un estudio a largo plazo en las que se evalúan mas sus capacidades tecnológicas que la plataforma que las sostendrá.
Solo unos presupuestos de defensa sostenibles progresivos y realistas con las necesidades impedirán esa perdida de capacidades
Con ello la única solución posible es alargar la vida al máximo de las F-80 hasta finales de la década de los 30, modernizar según su calendario de las F-100 y que como está planeado estas convivirán con las futuras F-110, algo previsto pues los diseños de ambos buques se idearon para ser plenamente compatibles, hasta que a una fecha sin concretar por encima de 2040 se conozca la naturaleza de las todavía por definir F-120.
-Helicópteros. La idea de emplear material "surplus" para mantener las capacidades operativas hasta la llegada de un remplazo definitivo es una solución a la que se está recurriendo para mantener las capacidades de helicópteros de la Armada, así en los helicópteros de transporte y operaciones anfibias y especiales el veterano SH-3D "Sea King" cumplirá su vida útil en 2022 y hasta 2024 no se recibirá a su sustituto natural, el NH-90 "Caimán" navalizado para temas tácticos y de transporte, y este aún tardará unos años en estar plenamente operativo por lo que se han adquirido media docena de SH-60F "Seahawk" a EEUU para suplir este intervalo hasta que el 2030 este el "Caimán" en pleno funcionamiento.
Solución más complicada la tienen los SH-60B "Seahawk" antisubmarinos pues los sistemas de la aeronave están integrados como un todo en el sistema de combate de la fragatas F-80, no son compatibles con otro sistema, por ello solo se prevé alargar su vida útil con las fragatas hasta 2030 en que sea muy probable que sea España la única nación que tenga todavía el SH-60B operativo, un suceso parecido al que se cuenta para el Harrier, por un lado limita la operatividad por la obsolescencia de la tecnología pero por otro lado permite acceder a una generosa fuente de repuestos sobrantes lo que hace pensar que se podría mantener esa capacidad hasta entonces aunque al nivel de un sistema de armas concebido en los años 80 aunque paulatinamente modernizado.
Los AB-212 con capacidad antisubmarina también cumplirán su vida útil en 2025 por lo que todavía está en estudio como mantener esas capacidades, pues el hecho es que no se dispondrá de un NH-90 con capacidades antisubmarinas desarrolladas hasta 2035, estos nuevos "Caimán" equiparán a las fragatas F-110.
Los helicópteros de enseñanza H-500 también cumplen su vida útil en 2025 aunque se prevé para entonces su relevo por los H-135, ya usados en esa tarea por las FAMET del Ejército de Tierra.
-Aviones embarcados. Solo existe un sustituto para el caza Harrier de despegue vertical, el F-35B "Lightning", no hay nada más en el mercado, pero España ni entró ni mostró interés por el programa del F-35, caro hasta el derroche y cuajado de inconvenientes en su desarrollo, y ahora la única solución para remplazar al Harrier es adquirir el F-35B desde fuera del programa de construcción lo que daría problemas inasumibles de coste.
Pero se cuenta con un par de ventajas, el Harrier no cumplirá su vida útil hasta 2030, es posible que para mediados de la década de los 20 sea España la única nación que lo empleé, lo que le dará acceso a lotes extra de suministros y repuestos provenientes de Italia y los EEUU, y para entonces el F-35 será ya un avión testado, probado que habrá superado sus problemas de desarrollo y que probablemente haya bajado su prohibitivo coste actual, incluso que exista un programa de contrapartidas con el fabricante, Lockheed Martin, y no se base la adquisición de la aeronave en una simple compra monetaria.
En conferencias y artículos en prensa especializada, numerosos expertos de la Armada han declarado que para España sería "dramático" perder esa capacidad de disponer de una aviación embarcada e incluso dejaría un flanco de la defensa nacional abierto a un eventual agresor, por ello el obtener el F-35B es una necesidad prioritaria aunque a medio plazo, es por ello que la Armada reclama que en no más de cinco años se inicie un proyecto para dotarse del F-35B para poder contar con él a partir de 2028 para que remplace plenamente al Harrier al llegar a 2030.
-Patrulleros. La llegada de los BAM supuso un verdadero refuerzo para las capacidades de acción marítima de la Armada, una tarea en que la Marina se ha volcado en los últimos años merced a las operaciones contra la piratería. Pero este bienvenido refuerzo no cambia el hecho que los patrulleros de la clase Serviola tienen ya 34 años, las "Descubierta" 40 años y los "Alerta" 43. Eso sin contar que los tres buques hidrográficos ya tienen 50 años como el "Neptuno" de rescate submarino.
¿La solución? Una serie extra de otros seis patrulleros clase BAM a dotarse a partir de 2025 que terminen dando de baja al resto de modelos de patrullero, un nuevo BAM especializado como buque oceanográfico y un tercero, ya aprobada su construcción, especializado en rescate submarino. Una solución necesaria pues la entrada en servicio de los S-80 necesitará de un buque de rescate específico, se prevé su botadura para 2024 al tiempo que el primer S-80 este plenamente operativo.
Todo depende de que se disponga de presupuesto para un programa naval tan ambicioso que pese a su coste garantizará carga de trabajo a los astilleros españoles durante dos décadas, posibilidades de exportación incluidas, lo que lo hace un objetivo bastante atractivo por la carga política que conlleva.
-Vehículos de Infantería de Marina. La retirada de servicio de los carros M-60A3 ha dejado a la Infantería de Marina sin carros de combate puros y los vehículos de desembarco AAV empiezan también a llegar a su ocaso, el sustituto del AAV todavía sigue siendo una incógnita pero la Armada ha encontrado en el proyecto de un vehículo 8x8 del ET un camino interesante para encontrar un medio con capacidades de un carro de combate.
Es por ello que se prevé que con el 8x8 "Dragón" en pleno desarrollo se complemente el proyecto con un modelo especifico para la Infantería de Marina, una solución inteligente que favorece la cooperación entre ejércitos y permite aprovechar la experiencia ganada en el desarrollo del "Dragón" para una variante especifica naval como las muchas que se prevén para el 8x8 del ET.
Veredicto
Como puede verse un panorama complicado y que fue expuesto a las claras ante los periodistas especialistas presentes en la “meridiana” y una serie de dificultades que solo se podrán superar apostando, como se apuntó en la misma por la alta tecnología y el desarrollo para "no conformarse con ser irrelevantes" y manteniendo las capacidades de la Armada.
Las soluciones están en su mayoría perfiladas solo hace falta la voluntad política y los fondos necesarios para llevarlas a cabo mediante unos presupuestos serios, progresivos y sostenibles y esta solución con el presente panorama político español y la actual crisis económica, agudizada al extremo por la actual pandemia, parece una solución harto difícil.
La Armada se enfrenta aun futuro lleno de incertidumbres por la perdida de capacidades al tener que dar de baja gran parte de su material por antigüedad
Solo el tiempo y los hechos nos dirá la evolución de la situación y si la Armada logra salir de estas incertidumbres de perdida de capacidades que se vislumbran en el horizonte.